La familia de un hombre de 77 años que falleció el domingo por la tarde noche en el hospital San Juan de Dios ha denunciado en la Comisaría y en el juzgado de guardia que la Funeraria San José se llevó sin su permiso el cadáver. Por su parte, Víctor Martínez, de la funeraria, asegura que recogieron el cuerpo por encargo de uno de los parientes, que contactó por teléfono con el tanatorio el mismo día del fallecimiento. Más tarde, este mismo familiar acudió hasta las oficinas del negocio y solicitó el presupuesto, pero no firmó ningún documento, reconoce el propio Martínez, porque tenía que acordar con el resto de los allegados a qué empresa de pompas fúnebres encargar el sepelio del pariente.
El denunciante, José Ramón Martín Escribano -persona distinta a la que contactó con San José el domingo- indica que acudió a San Juan de Dios ayer por la mañana a hacerse cargo del cuerpo, pero le comunicaron que ya se lo habían llevado. Les mostraron un documento sin firmar por ninguno de los hijos del finado en el que la funeraria se autorizaba a recoger los restos. Efectivamente, en ese escrito aparecen las letras mayúsculas P.O. (por orden), no la rúbrica de los parientes, pero es una práctica habitual en el sector, «pues a la hora de ir a por los cadáveres o bien no hay familia en el hospital o no es el momento de completar un trámite así».
Martínez entiende que la conversación telefónica del domingo con el otro pariente constituía ya una petición para ir a recoger el cuerpo. De hecho acudieron a San Juan de Dios al poco tiempo de mantener la conversación telefónica y para cuando el pariente se presentó a por el presupuesto, el cadáver de su allegado ya se encontraba en las cámaras del tanatorio San José. Pero los hijos que presentaron ayer la denuncia disienten y aseguran que «no contrataron nada» y que se habían decantado, incluso días antes, por La Paz.
Al telefonear a la primera para reclamar el cadáver les informaron de que debían firmar un documento en el que renunciaban a los servicios de San José. Pero se negaron a tal extremo «porque nunca habían requerido» sus servicios, señala la denuncia ante la Comisaría. Martínez explica que es «el trámite habitual», pues no pueden desprenderse de un cuerpo «tras una simple llamada telefónica». Requirieron que quien acudió el domingo volviera de nuevo a la funeraria para renunciar por escrito a sus servicios o bien alguien con el DNI de esa persona. Pero asegura que no se presentó nadie. Además, explica que ese acto de renuncia no conlleva ningún coste económico.
Los familiares aseguran que después de presentar la denuncia ante la Comisaría y el juzgado, la funeraria San José se avino a organizarles el sepelio con una rebaja ostensible en la tarifa, pero se negaron en redondo.
Por su parte, el propietario de la funeraria San José no entiende que presenten esas denuncias «cuando tienen el cadáver para recoger cuando así lo quieran, solo con completar el acto de renuncia, que tiene coste cero». La familia se queja de que hoy acuden a Burgos parientes de otras partes de España. «No van a ver el cadáver de nuestro padre», lamentan.