Un análisis del bulevar que discurre por el antiguo trazado del ferrocarril no podía faltar en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) al tratarse de un eje que cose la ciudad de Este (Juan Ramón Jiménez) a oeste Universidad y en los primeros meses del año lo hará también con la avenida de Valentín Niño. El documento señala como defectos la escasez de rotondas y la imposibilidad de realizar giros a la izquierda para facilitar la permeabilidad transversal y los conflictos que genera por el uso compartido por los automóviles, carril bus-taxi y ciclista puesto que lo conductores en los giros a la derecha invaden los carriles reservados para el transporte público y de bicicletas.

Por ello, los redactores proponen que se pueda girar a la izquierda en su intersección con la calle Madrid, al considerar que es un eje estructural y está ubicada en el punto medio del bulevar y se conseguiría la mejora de la permeabilidad transversal y reducir la presión del tráfico rodado en el centro. La idea sería construir un carril reservado para el giro a la izquierda de 100 metros de longitud por sentido de circulación, que permitiría la espera de unos 14 vehículos. Se modificaría el ancho de los carriles destinados al automóvil sin alterar la configuración actual y conservando el espacio que en la actualidad tienen los peatones, el carril bici y el carril bus-taxi.

De tal manera que se elimina la mediana actual de 2 metros de ancho, reduciéndola a 1,2 metros y estrechando los carriles actuales de circulación de 4 a 3 metros y se incorporaría un nuevo carril de 2,8 metros reservado para el giro a la izquierda. «Esta potenciación del bulevar en combinación con la restricción al tráfico rodado por la calle Santander eliminarían tráficos de paso por el centro potenciando el papel de las rondas y el bulevar para acoger estos tráficos», se señala en el documento.

En una segunda fase, y dependiendo del funcionamiento de la medida anterior, podrían habilitarse dos intersecciones más, una ubicada en el inicio del bulevar en el giro con la calle Siervas de Jesús y otra al final en la confluencia de las calles Casillas y Santa Clara.

En cuanto a las situaciones de conflicto que se generan los giros a la derecha por el uso compartido del bulevar, se propone permitir que los coches puedan invadir el carril bus taxi en los 5-7 metros anteriores a la intersección de manera que e l conductor tenga una mayor visibilidad del carril bici. Se plantea modificar la línea continua que separa el carril bus en los últimos metros y ponerla discontinua, además de modificar la línea continua que separa el carril bus en los últimos metros y ponerla discontinua.

Las intersecciones en las que se propone actuar son las calles Siervas de Jesús, Eduardo Ontañón, José María González, Albacete, Bonifacio Zamora de Usabel, Madrid, San Julián, Juan de Garaya, Carcedo, Inés de Suárez, Gloria Fuertes, Las Casillas, Santa Cruz, Madrid, del Carmen y Gumiel de Izán.

limitación de velocidad a 30. Como no se puede evitar el tráfico rodado en la ciudad, el objetivo es lograr su ‘calmado’. La mejor forma de conseguirlo es con la limitación de la velocidad a 30 kilómetros a la hora creando denominadas ‘áreas 30’. El PMUS planea su implantación de manera gradual en vías cercanas a centros educativos, hospitales, ciclocalles y ciclocarriles o centros de mayores. En una primera fase se limitaría a cales de un sentido y con un único carril de circulación mientras que en una segunda fase se incluiría a calles de dos sentidos con un único carril por sentido de circulación, de esta manera se cubriría gran parte del viario urbano para dar mayor seguridad pero sin llegar a interferir en las vías más importantes de la ciudad.

La nueva Ordenanza de Movilidad, ahora en periodo de información pública, también contempla esta posibilidad aunque solo en vías de un carril, dado que se cambió el texto a última hora y la Dirección General de Tráfico también trabaja en incluir este límite.

Los redactores del PMUS señalan la necesidad de poner en marcha planes de concienciación, educación y sensibilidad ciudadana para mejorar la movilidad, fomentar el transporte público y potenciar las rutas a pie. También hace especial incidencia en la sensibilización en el ámbito ciclista con la realización de campañas de educación de su uso, talleres para reducir los conflictos entre la bici, el peatón y el coche, así como también en los entornos escolares para mejorar la seguridad.