Cuando los ingenieros contratados por elAdministrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) diseñaron el túnel de Las Calbezadas, a 20 kilómetros de Burgos, no sabían que además de las bocas de entrada y salida de la estructura se sumaría con el paso de los años una tercera, la del lobo. Para la administración, porque no gana para sustos en este tramo del AVE, pero también para los ciudadanos, porque -como en el cuento- amaga con venir pero nunca llega.
El último sobresalto ha sido la decisión, comunicada a la plantilla la semana pasada, de paralizar los trabajos con la excusa de la llegada del mal tiempo, aunque de fondo parece existir un nuevo desencuentro entre las empresas adjudicatarias -Altec y Torrescámara- y Fomento.
Mientras Adif calla sobre las causas y la repercusión en la fecha de llegada del AVE a Burgos de este nuevo frenazo, las imágenes del tajo cantan. Apenas media decena de operarios se mueven en la boca del túnel más cercana a Estépar.De un vistazo se aprecia que solo les falta de cerrar el semicírculo superior de la visera de acceso al pasadizo.Cierto es que en la zona sopla un viento gélido, que el terreno está embarrado, aunque no lo suficiente para impedir que hasta la zona se pueda acceder en un turismo, y que las heladas anunciadas para esta semana impiden proseguir con las labores de encofrado, pero más allá de 7 días resulta casi imposible predecir el tiempo en este invierno tan extraño.
Sin embargo, la UTE adjudicataria parece haber decidido usar las atmosféricas para otro tipo de presiones y desmontar las estructuras con las que trabajaba hasta ahora. A diferencia de la presa de Castrovido, donde se realiza una parada oficial en cuanto llega el invierno, en los 6 años de obras de alta velocidad nunca se había dado este caso, con otoños -y por supuesto inviernos- mucho más severos que este.
En el resto del tramo tampoco se ve movimiento, con máquinas paradas a un lado y otro del túnel. No obstante, la plataforma está prácticamente terminada y también muchas canalizaciones paralelas al trazado. Aunque de la nieve no queda ni rastro, el terreno está muy blanco y a la altura de la carretera que va a Medinilla de la Dehesa se ha formado una importante balsa de agua.
Cambios en el proyecto
El pasadizo de las Calbezadas se localiza entre Estépar y Cavia, aunque sus 904 metros de longitud discurren por el término municipal de la segunda localidad. Inicialmente se diseñó con una fórmula mixta, con unos tramos de acceso en túnel artificial por ambas bocas de 110 y 115 metros, respectivamente, y una zona de excavación en mina de 680 metros, aunque luego se modificó por razones de seguridad y de costes para quedarse en artificial de principio a fin. Así, se realizó primero el desmonte de todo el terreno para después construir la bóveda a cielo abierto, fase que está a punto de concluir. Posteriormente, habrá que cubrirlo de tierra para devolver al paisaje la apariencia original, o al menos intentarlo.