El fabricante estadounidense Ford anunció ayer un recorte de miles de empleos en Europa, sin aportar cifras concretas, la salida de mercados no rentables y el cierre de líneas con las que busca mejorar la rentabilidad. Entre los ajustes laborales no se menciona a la planta valenciana de Almussafes, ni en un sentido negativo ni positivo.

La división europea de Ford, que actualmente da empleo a 53.000 personas, tiene dificultades para ser rentable, con unas pérdidas antes de impuestos de 245 millones de euros en el tercer trimestre. Para revertir la situación se recortarán costes, apoyándose en eliminar mano de obra excesiva. En este sentido, también valorará una «potencial alianza con Volkswagen para compartir costes y crecer en vehículos comerciales».

Entre las cuatro acciones claves que ha avanzado no se cita a la planta valenciana de Almussafes. «Estamos tomando decisiones contundentes para transformar el negocio en Europa», afirmó Steven Armstrong, vicepresidente del grupo y presidente de Ford Europa.

Armstrong anunció el cierre en agosto de la planta de Burdeos; el fin de la producción del modelo C-MAX y Grand C-MAX en la planta de Saarlouis (Alemania); reconsiderar su actividad en Rusia; y «consolidar» su negocio en el Reino Unido, uniendo Ford UK y Ford Credit.

El fabricante detalló que para lograr la reducción de costes laborales que se ha propuesto recurrirá a «bajas voluntarias» y trabajará «estrechamente con los interlocutores sociales».