Detectan 54 roturas en el pavimento del Casco Viejo reformado en 2013

G.A.T. / Miranda
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La convivencia en varias calles del Centro Histórico de un intenso tráfico con un acabado sensible (adoquines) para mejorar la imagen de la Parte Vieja obliga a invertir 15.000 euros

Compaginar la preferencia peatonal y la estética con un incesante tráfico no es fácil, y cuando se hace conlleva algunos problemas cuyos efectos estos días se dejan notar sensiblemente en Miranda. Así es que unas calles reformadas íntegramente hace año y medio han tenido que ser cortadas al paso de los vehículos durante más de una semana. Es lo que pasa en Real Aquende, Oroncillo, La Fuente e Independencia, todas en el Casco Histórico y en el entorno de la plaza de España, donde la acumulación de daños en el pavimento ha obligado al Ayuntamiento a aplicar esta drástica medida y así permitir a los operarios dar una solución.
El problema afecta a prácticamente a los 500 metros de longitud que conforman la manzana que rodea la plaza de España, espacio que ha sido el último en someterse a la reforma total de calles aplicada en los últimos años en el Casco Histórico para hacer unas vías semipeatonales, en las que acera y calzada están al mismo nivel, donde se eliminaron las zonas de aparcamiento y donde se aplicó un acabado de adoquines más acorde con la estética del resto de calles de la zona antigua de Miranda.
Pero esa notable mejora en la estética y en la pacificación viaria de la zona conlleva otros inconvenientes, como es la menor durabilidad de la calzada y la mayor sensibilidad al paso de los vehículos y a las inclemencias del tiempo. Y en los últimos meses se ha juntado todo. 
Éste es un trayecto habitual para conectar el centro urbano con equipamientos como el hospital, el tanatorio, el centro de FP Río Ebro, el CIMA, el ITM o el Conservatorio... y además conecta la ciudad con zonas residenciales como El Crucero y Orón. Además, los efectos de las lluvias, las nevadas y las heladas han ayudado a acelerar los daños, de tal forma que se han levantado adoquines, desprendido morteros y hundido algunas tapas.
En suma se interviene en 54 puntos dañados entre las cuatro calles, lo que va a suponer un desembolso de unos 15.000 euros para reparar los desperfectos. Un gasto de mantenimiento que desde el Consistorio se asume con normalidad, entendiendo que el efecto del agua, la nieve y el hielo «ha ayudado a acelerar el problema y a acrecentarlo», explica el concejal de Obras, Gustavo Modino. 
La reforma de La Fuente e Independencia supuso un desembolso de cerca de 500.000 euros en las obras ejecutadas en dos fases en la segunda mitad del año 2013. Y ya entonces, una vez acabadas, se concluyó que el aguante del pavimento iba a ser menor que el aglomerado asfáltico que habitualmente se pone en zonas donde hay bastante tráfico. «Necesita algo más de mantenimiento con la actual densidad de tráfico que soporta», dice Modino, recordando que se apostó por eliminar el asfalto de esas calles «para poder tener un Casco Antiguo en mejores condiciones y con un pavimento más adecuado a lo que es este barrio de la ciudad».
También recuerda que se trata de una pavimentación pensada a largo plazo y que unifica la estética del Casco Histórico, ya que en un futuro se prevé que puedan dejarse esas calles para uso peatonal, desviando el tráfico por vías alternativas. Sería el caso de la carretera de las canteras (cuando sea reformada) y el paso inferior de El Crucero (también cuando se ejecute).
Pero hasta entonces, siempre que no se aplique ninguna nueva restricción, la presión del tráfico por estas calles seguirá siendo alta, ya que además soporta el paso de vehículos pesados como los camiones de recogida de basuras o los autobuses.
 
Hasta el día 7.
Sobre la extensión del corte de tráfico durante ocho jornadas (empezó ayer y no se abrirá hasta el día 7 de abril), el responsable de Obras explica que si bien las obras como tal solo conllevan tres días de trabajos, es necesario dejar varios días para que sequen los morteros y el pavimento se fije correctamente, ya que de abrirse al tráfico sin respetar este tiempo de asentamiento y secado el problema resurgiría en pocas semanas debido al peso de los coches, autobuses y camiones. «Sería como no hacer nada», comenta, al tiempo que explica que se ha esperado a reparar estos daños a tener bastantes puntos estropeados ya que debido a la estrechez de las calles es indispensable cortar el tráfico.
De ahí que se haya optado por un periodo en el que baja el tráfico notablemente al no haber clases en los centros docentes, acumularse varios días festivos y ser una semana que algunos mirandeses disfrutan fuera de la ciudad aprovechando sus vacaciones de Semana Santa.