El castillo de Lezana da la vuelta al mundo

A. Castellanos / Lezana
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Su propietario, Eduardo Gil Lang, ha recibido ofertas de numerosos inversores extranjeros desde que puso en venta la edificación y medios internacionales se han hecho eco

El castillo de Lezana da la vuelta al mundo

El pasado mes de diciembre, Eduardo Gil Lang puso en venta su bien más preciado y herencia de sus antepasados, los Velasco. El castillo medieval de Lezana, que conserva su barbacana, patio de armas, paseo de ronda y puente levadizo, cuesta 3 millones de euros, un precio que su propietario asegura «ya está adaptado a los tiempos de crisis», porque de lo contrario hubiera sido de, al menos, 5 millones. En todo este tiempo ha tenido contacto con al menos una treintena de interesados, la mayoría de países extranjeros, y su edificación ha dado la vuelta al mundo en medios de comunicación de varios países, incluido China, portales inmobiliarios, algunos de carácter internacional, e incluso una feria del sector inmobiliario celebrada en Moscú el pasado mes de mayo.

Un príncipe austrohúngaro, con residencia en Alemania, rusos, estadounidenses, mejicanos, colombianos, chinos e incluso sociedades de inversión suizas y luxemburguesas han puesto sus ojos en esta magnífica construcción de 800 metros cuadrados del siglo XIVy una finca de 23.000 a su alrededor. Pretendientes no le faltan al castillo de Lezana, rodeado por los magníficos montes de la Peña y con vistas privilegiadas a una buena parte del verde Valle de Mena. Aunque de momento, ninguna operación ha prosperado.

El empresario Eduardo Gil ha mantenido la mayoría de los contactos vía correo electrónico y en algunos casos ha llegado a recibir la visita de los compradores, quienes, no obstante, tienen oportunidad de ver casi un centenar de imágenes de la torre en www.castilloenventa.es. Gil Lang cree que no tardará mucho en fructificar algunas de las numerosas gestiones realizadas por él de forma directa o por las inmobiliarias que lo publicitan.

Uno de los primeros interesados que estuvo a punto de hacerse con el castillo fue un príncipe austrohúngaro, que además está emparentado de forma política y lejana con la larga saga de los Velasco. Esta coincidencia y los planes que este comprador tenía, así como sus ideas para la torre, hicieron que Gil Lang lo considere todavía como el mejor postor para su propiedad. La mayoría, como este aristócrata europeo, busca en el castillo una residencia.

Pero también un grupo hotelero español y una empresa sudamericana han pensado en convertir la torre y su entorno en un alojamiento turístico. Ambas tenían en proyecto habilitar una especie de poblado medieval con plazas hoteleras en la finca que rodea el castillo. Pero por ideas que no queden, como la de una importante galería de arte española, que valoró la posibilidad de crear una nueva sede en Lezana de Mena y colgar sus obras de arte de los recios muros de la torre, dividida en cuatro plantas y tres entreplantas.