El patrimonio local ha recibido más de 9 millones para su recuperación

G.A.T. / Miranda
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Además de grandes obras como las del Castillo o la rehabilitación del Teatro Apolo, en los últimos cuatro años se han hecho actuaciones menores en templos religiosos o en edificios como la antigua estación de viajeros

El Castillo es el ejemplo más claro de recuperación del patrimonio, con una inversión superior a los dos millones de euros. - Foto: G.A.T y R.L.

Sin ser Miranda una ciudad excesivamente rica en patrimonio artístico y cultural, carente de grandes templos religiosos o edificios de carácter monumental, una serie de actuaciones llevadas a cabo en los últimos años han permitido que gracias a la colaboración entre diversas administraciones se estén conservando y hasta recuperando algunos de los notables ejemplos de patrimonio existentes. La presentación a un concurso regional por parte del Ayuntamiento de la actuación llevada a cabo en el castillo de La Picota pone en evidencia el interés por sacar provecho de los recursos locales en materia de arte, historia y arquitectura.
Y lo cierto es que haciendo balance de lo ocurrido recientemente salen a la luz varias intervenciones, de mayor o menos calado y envergadura, que han significado una inversión que ronda los 9 millones de euros para recuperar, preservar o mejorar algunos de los elementos patrimoniales existentes en el casco urbano y sus alrededores.
Hay obras de enorme trascendencia, como la ya mencionada del Castillo, donde más de 2 millones de euros se han invertido gracias a la colaboración entre las administraciones, ya que el proyecto presentado fue dotado con un programa de ayudas europeas (Fondos Feder), lo que ha permitido su ejecución. Y es ahora cuando el Consistorio presenta este proyecto al Premio Internacional AR&PA de intervención en el patrimonio cultural, convocado por la Junta de Castilla y León. A través de una serie de pósters que ya han sido enviados a la Consejería de Cultura se explica la historia del Castillo, desde que fue construido en el siglo XV, su deterioro a partir del siglo XVIII y las intervenciones que se han hecho en los últimos años para convertirlo en lo que es hoy, un centro de referencia turístico, cultural y de ocio en la ciudad.
 
El Apolo. La recuperación patrimonial, más que la necesidad de dotar a la ciudad de un nuevo espacio escénico, fue el motor del otro proyecto que sobre los demás destaca. Se trata de la rehabilitación del Teatro Apolo, que con más de 6,3 millones de  euros de inversión ha supuesto la unión de esfuerzos entre el Ministerio, el Ayuntamiento y la Junta (esta última administración aún no ha completado su parte de financiación).
Pero a estas dos grandes iniciativas se suman otra que, no por ser menores, dejan de ser notables. Un ejemplo claro es la decisión adoptada por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) de recuperar la antigua estación de viajeros (llamada de segunda clase). Se trata del edificio que preside la plaza de La Estación, y que tras casi 500.000 euros de inversión se ha rehabilitado.
Un esfuerzo que por ahora únicamente tiene resultado estéticos, ya que el complejo sigue cerrado sin un uso decidido, aunque en su momento se planteó como un posible edificio de servicios para los viajeros para cuando la línea de alta velocidad llegue por fin a la ciudad. Una inversión que aunque no es útil actualmente, al menos ha frenado el deterioro que el desuso provocaba en el inmueble.
Otro ejemplo de lo anterior es la iglesia de San Juan. Si bien durante años se han invertido cantidades menores en la compra de parte de los edificios, el pasado verano el Ayuntamiento tuvo que hacer una importante intervención. La dejadez y la falta de mantenimiento, unidas a los efectos de las humedades y el viento, provocaron algunos desprendimientos en la iglesia que obligaron a vallarla.
Por ello se ejecutó una intervención de urgencia que conllevó cerca de 60.000 euros de inversión para reponer buena parte de la cubierta del templo de estilo gótico. Así, al menos, se eliminaron los huecos existentes en ventanas y tejados por los que se colaba el agua y las palomas, dos de lo grandes males que han hecho que el templo presente en alguna de las zonas un estado ruinoso.
De menor envergadura pero vitales han sido otras acciones en el patrimonio local, como la reparación de una de las torres de la iglesia de Orón, la reposición del tejado de la iglesia de Valverde de Miranda o el dinero que en breve se va a invertir para mejorar algunos templos de pedanías como Montañana y Ayuelas.
 
Bajo tierra. Otra parte del patrimonio local a conservar está oculto, pero no por ello está menos necesitado de intervención para su mantenimiento y, en especial, para que los ciudadanos sepan que existe. Hay dos ejemplos claros. Uno se ha recuperado en una mínima parte, y es el yacimiento arqueológico de Arce Mirapérez, en el que se conservan restos de asentamientos de época celtibérica y romana. Solo lo que hay bajo el nuevo vial de Ircio va a ser visible, pero el complejo guarda cerca de 60.000 metros cuadrados en los que las prospecciones arqueológicas realizadas demuestran que hay importantes restos del patrimonio y la historia local.
En otro extremo de la ciudad, en el casco histórico, aparecieron cuando se ejecutaron unas obras de demolición de edificios unas tenerías, espacios usados en épocas remotas para trabajar las pieles y que desde hace años están a la espera de un proyecto, el del Museo de la Ciudad, que permita ponerlas en valor.