Sube un 10% la velocidad media en la N-I

I. ELICES
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En el mes de noviembre los vehículos alcanzaban, como mucho, un máximo de 104 kilómetros por hora en la nacional, mientras que ahora, desde la liberalización de la autopista, se llega a los 120 y se superan los 110 con mucha frecuencia

Sube un 10% la velocidad media en la N-I - Foto: Alberto Rodrigo

La realidad no ha desmentido a la lógica. El sentido común llevaba a  pensar que una N-I con menos circulación daría paso a una carretera donde los vehículos circularan más rápido. Y así ha sido, como lo demuestran las tablas estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT).  La velocidad ha aumentado una media de un 10% desde que se liberalizó la AP-1 y buena parte de los usuarios de la nacional se trasladaron a la nueva A-1. Si hasta el 1 de diciembre era imposible alcanzar los 110 kilómetros por hora en la N-I, después de esa fecha se ha superado en cinco días y se ha llegado incluso a los 120 kilómetros por hora (ver gráfico).

Es normal, pues el tráfico en la nacional ha caído más de un 75% en los últimos 11 días. Este descenso, que es patente en el caso de los camiones, ha descongestionado la N-I, lo que da opción a los conductores a pisar más el acelerador. Las colas de tráilers que pasaban a diario por la carretera, por si solas ya hacían disminuir la velocidad media en la vía, pero también obligaban a levantar el pie a los conductores de vehículos ligeros. Antes del día 1 de diciembre era imposible adelantar en muchos tramos, mientras que ahora resulta mucho más sencillo. Esta combinación de factores ha contribuido a elevar la velocidad en toda la vía.

Al comparar los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre hay datos que llaman la atención. Respecto a las velocidades máximas, antes de la liberalización solo se alcanzaron los 100 kilómetros por hora en tres días -26, 29 y 30- y solo en dos jornadas se superaron, la del 27, con 104 por hora, y la del 23, con 101. Con la gratuidad de la AP-1, las máximas siempre han estado por encima de 100 por hora y se ha llegado a los 120, algo impensable con anterioridad.

En cuanto a las mínimas, sucede algo similar. En las últimas jornadas del pasado mes hubo cuatro días en que no se alcanzaron los 80 kilómetros por hora y hubo uno, el día 28, en que se quedó en 67 por hora. En este mes, todos los días los vehículos han circulado por encima de los 80 por hora y los 90 se han superado en tres jornadas. Todo ello pone de manifiesto que ahora se circula más deprisa.

¿Cómo afectará a la seguridad? Por ahora no se han producido accidentes de importancia en la N-I. La mayoría de los siniestros que ocurrían antes de la liberalización eran colisiones frontales con camiones implicados. Ahora las opciones de que un vehículo pesado esté presente en un accidente caen exponencialmente, porque muchos se han pasado a la A-1, pero en caso de choque de frente, al aumentar la velocidad, las consecuencias serían también trágicas.

 En la N-I hay cuatro radares fijos, tres de ellos a la altura de Pancorbo y un cuarto cerca de Briviesca, en Cameno. Asimismo, toda la vía es objeto de vigilancia especial para la DGT, pues el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil destina allí con frecuencia los cinemómetros móviles.

vía convencional. El comandante jefe inspector de Servicios de Castilla y León, Juan José Medel, ya avanzó hace 15 días que «los agentes» del destacamento «no van a descuidar la N-I para vigilar la autopista liberalizada», aunque dejaba la puerta abierta a «una adaptación de los servicios». Advertía, además, de que «donde hay más accidentes graves es en las convencionales, con lo que es en ellas donde hay que hacer mayor esfuerzo con presencia de efectivos, controles y campañas». Y la N-I se va a convertir en vía convencional.

A priori, «en la A-1 se producirán más averías, más incidencias, por lo que existe la posibilidad de que los agentes que patrullen por la N-I dediquen menos tiempo a ésta y más a la vieja autopista», comentaba. Pero en todo caso, «como son vías paralelas, pueden ir hacia al norte por una, bajar por la segunda y cruzar de la una a la otra en función de las necesidades». Medel subrayaba la importancia de ser ágiles en el diagnóstico de los nuevos problemas para cambiar la forma de efectuar los servicios.