Estudian desmontar el ábside de la iglesia ante el peligro de derrumbe

M.J.F. / Castil de Peones
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Técnicos del Arzobispado preparan un proyecto para eliminar uno de los contrafuertes del templo que amenaza con desplomarse de forma inminente contra dos casas de veraneo

El templo, que data de los siglos XV yXVI, presenta unos cimientos muy deficientes. - Foto: M.J.F.

El Arzobispado de Burgos ha enviado a sus arquitectos a Castil de Peones para revisar el estado actual de la iglesia de la localidad, que presenta serios problemas en sus cimientos con los consiguientes derrumbes. La situación de peligrosidad se ha ido agravando con el paso de los años y la estructura se encuentra cada vez más dañada si bien ahora la preocupación está en la inminente amenaza de desplome de uno de sus contrafuertes que podrían caer de lleno contra dos viviendas de veraneo muy próximas. El alcalde del municipio, Gregorio Ortega, explica que «todo el asunto está en manos del Arzobispado».

Francisco Javier Gómez Oña, secretario de las comisiones de Templos y Patrimonio Cultural de la Diócesis de Burgos, anuncia que se está redactando un proyecto de desmontaje de aquellas partes del inmueble que mayor peligro corren y que esta iniciativa obedece a las peticiones hechas tanto por el Consistorio como por los propietarios de las casas colindantes. «La iglesia no se tirará entera, ya que hay una parte mejor conservada y se podría recuperar», afirma. Gómez Oña agrega que el templo está cerrado al culto desde hace quince años precisamente por el peligro que encerraba y añade que la débil estructura del edificio no es un asunto reciente. Además, recuerda que hace más de cuarenta años fueron colocados unos tirantes de hierro. En cuanto al interior, señala que se pretende sacar el retablo para evitar daños sobre él. «Tenemos que buscar la forma más segura para entrar y poder extraerle», indica.

Los oficios religiosos

La iglesia de Castil de Peones data de los siglos XVI y XVI si bien presenta restos de épocas anteriores. Vecinos de la localidad explican que hace diez años se recogieron en una cuestión popular cerca de 100.000 euros para restaurar todo el tejado del templo pero ahora comprueban que «el verdadero  problema son los cimientos» y piden al Ayuntamiento que señalicen la zona más peligrosa para impedir el paso de personas y evitar riesgos. En los últimos años, los oficios religiosos que se celebran en la localidad se realizan en la planta baja de un edificio de titularidad municipal.

El caso de Castil de Peones es uno de tantos en la comarca burebana y en la provincia burgalesa. El propio Gómez Oña explica que en su reciente libro Las mil y una iglesias de la Diócesis de Burgos, alerta sobre el lamentable estado abandono en el que se encuentran más de un centenar de templos y vaticina que «en cuarenta años habrá 300 iglesias fuera de juego». En La Bureba, otros casos de ruina o semirruina se encuentran en las iglesias de Revillagodos y Quintanilla Cabe Soto. «Un caso especial es Ahedo de Bureba donde solo queda el ábside que es muy interesante y que habría que trasladarle pero la ley no nos deja», indica Gómez Oña.

Con respecto a los problemas de financiación para restaurar iglesias, Gómez Oña recuerda que cada vez son mayores debido a la retirada, hace dos años, de la Junta de Castilla y León del convenio a tres bandas que firmaba con Arzobispado y Diputación para dar ayudas a los templos. A ese acuerdo se le conocía como «el de las goteras» ya que su dotación iba para reparar tejados.