Las DO de Castilla y León suman 23 nuevas bodegas el último año

Ical / Valladolid
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A pesar de la difícil situación económica, las inversiones realizadas en las denominaciones de origen superan los siete millones de euros en su conjunto

Las DO de Castilla y León suman 23 nuevas bodegas el último año

No son las grandes inversiones de antaño, pero las zonas productoras de vinos con denominación de origen en Castilla y León mantienen un dinamismo envidiable en plena recesión económica. No en vano, 23 nuevas bodegas se han incorporado a los diferentes consejos reguladores en la última campaña respecto a la anterior, con inversiones conjuntas por encima de los siete millones de euros. Se trata en su mayor parte de pequeños proyectos, que apuestan por la calidad y la diferenciación que confieren estas zonas productoras, pilotados en unos casos por empresas familiares con experiencia en el sector que quieren crecer; y en otros, fruto de herencias que se aprovechan para iniciar un nuevo proyecto económico; aunque también los hay que han constituido una salida para profesionales de diferentes sectores, sin olvidar los impulsados por los grandes grupos empresariales.

Las incorporaciones de bodegas se corresponden con El Bierzo (diez); Ribera del Duero (cuatro); Tierra de León (tres); y Rueda, Cigales y Toro (dos en cada caso); mientras que en el resto no se modificó. Así, las nueve denominaciones de vinos de la Comunidad pasaron de 537 bodegas inscritas en 2011 a 559 en 2012, lo que arroja un saldo de 22 bodegas nuevas (23 nuevas incorporaciones teniendo en cuentas que en El Bierzo se dio de baja una). Asimismo, la superficie de viñedo también se incrementó en el último año en estas zonas productoras, al pasar de 47.507 hectáreas en la anterior campaña, a las 48.170 de ésta.

Tierra de León. Las mayores inversiones se han producido en la DO Tierra de León, que ya cuenta con 34 bodegas y 1.368 hectáreas (1.240 en 2011), gracias a la incorporación de tres nuevas, que suman un desembolso superior a los cuatro millones. Por volumen, la más importante es Bodegas y Viñedos del Páramo, ubicada en la localidad leonesa de Valdebimbre, que está desarrollando un proyecto de tres millones con el que este año embotellará 250.000 litros. La intención de la empresa, que ya ha creado cinco empleos, es crear una bodega de referencia y dedicar buena parte de la producción a la exportación.

El director de la bodega, Pedro González, aclaró que el proyecto surgió de la confianza en dos variedades únicas de la zona, como son el prieto picudo y el albarín blanco, de las que el mercado nacional está «totalmente desabastecido» y «aún más el internacional». «Nos lanzamos porque son vinos que van a funcionar, son muy diferentes», dijo. Asimismo, constató que la bodega, con 78 socios, toca muchísimas líneas de producción y de negocio, desde vinos de calidad a graneles, pasando por la elaboración de uva de terceros.

También en la localidad leonesa de Valdebimbre se ha instalando Bodegas Abrego, con una inversión superior al millón de euros, y una producción inicial en torno a 150.000 litros. Totalmente diferente es el caso de Campo Redondo, bodega en Melgar de Abajo (Valladolid), que después de 15 años elaborando vino de autor fuera de la DO, ahora se incorpora para mejorar la comercialización de los 5.000 litros que embotella.

Rueda. La DO Rueda alcanza ya las 60 bodegas y las 12.826 hectáreas (12.584 en 2011) con la incorporación de Hugad, ubicada en Serrada (Valladolid), y Herrero Vedel, en Nieva (Segovia). En el primer caso, la inversión ronda el millón y se pretende alcanzar una producción anual de diez millones de litros, que luego serán comercializados por J.García Carrión, la primera bodega de Europa y la quinta del mundo por volumen de facturación.

En el caso de Herrero Vedel, la inversión ha superado el millón. La producción de este año será de 150.000 botellas, aunque el objetivo es alcanzar las 350.000. Se trata de una empresa familiar en la que trabajan tres hermanos con gran experiencia en el sector y que ya ha contratado a un persona.

Ribera del Duero. Ribera del Duero ha visto nacer cuatro nuevas bodegas en vendimia en su última campaña, hasta las 268, con 21.494,3 hectáreas, frente a las 21.129 anteriores. Pequeños proyectos pero con importante producción y muchas ganas de salir al mercado exterior, que han sabido aprovechar la crisis para iniciar una andadura con ilusión, pocas ayudas e inversión acorde.

Melchor Domingo, responsable de la bodega El Mosaico del Baco, ubicada en Baños de Valdearados (Burgos), se muestra contento de haberse arriesgado en un momento tan complicado, con una inversión sobre los 70.000 euros. Con una trayectoria de producción vinícola de casi nueve años, decidió comprar una nave para poner una bodega, lo que ha permitido que el montante destinado no haya sido muy alto y dar más visibilidad a estos caldos.

Su apuesta por la Ribera del Duero se debe al «importante potencial» dentro del sector vinícola en una zona «privilegiada». Además, Domingo señala que significa la calidad y la diferenciación a pequeña escala, «porque no se puede competir en precios», aunque también se centran en la exportación. Esta marca comercializó el pasado año 40.000 botellas de vino de las seis hectáreas que posee (80% en el mercado nacional y el resto en el internacional).

Similar es el caso de Bodegas Sire, en Peñafiel (Valladolid), que es de carácter mixto, ya que produce vinos de Ribera del Duero, Rioja y Rueda. Nació con una estrategia de marketing en la que «se apuesta por todo lo que tiene tirón», aunque echan de menos «más ayudas» de las administraciones a la hora de emprender. La primera producción tuvo lugar en 2011, momento en el que se comercializaron 45.000 botellas.

Dentro del territorio ribereño destaca también el nacimiento en Aranda de Duero de Dominio del Águila, que inicia su andadura tras destinar en torno a 80.000 euros para la adquisición de maquinaria y barricas, principalmente, y la contratación de tres trabajadores, entre ellos un enólogo, dado que sus propietarios ya contaban con viñedo que ha producido 26.000 kilos de uva y que permitirá sacar 15.000 botellas. Tras años vendiendo uva a otras bodegas, la familia decidió elaborar su propio vino «por necesidad». Para ello la crisis no fue un freno, sino un impulso.

En el proyecto, aunque más a medio y largo plazo, se prevé la recuperación de las antiguas galerías de la bodega, «poco a poco», ya que es muy costoso. Pero en un futuro, el objetivo es elaborar un vino más «selecto y autóctono», con la idea de exportar el cien por cien de la producción, ya que en el exterior «hay más garantías de venta». De momento, Dominio del Águila no sacará ninguna botella hasta dentro de dos o tres años, ya que solo hará reservas.

Por último, otra de las bodegas que han decidido comenzar una nueva aventura, amparada por Ribera del Duero, es Agrisilva Frutos Del Campo, ubicada en San Martín de Rubiales (Burgos).

Bierzo. La Denominación de Origen Bierzo cuenta en los últimos meses con una decena de nuevas bodegas que han decidido iniciar esta actividad, en la mayoría de los casos para continuar con la tradición familiar y gracias a la «herencia» de viñas o terrenos, y en general con pequeñas inversiones con las que se pretende, fundamentalmente, ofrecer un vino de calidad y, si la situación económica lo permite, ir ampliando el negocio paso a paso.

Peculiar resulta el caso de la bodega de Jorge Vega García, que se encuentra en el proceso de primer año y que tiene como propósito la producción de vino ecológico sin el uso de sulfitos, con lo que se pretende hacer vino «más natural». Será así una de las apenas diez bodegas de estas características en España, y pretende alcanzar una producción de 2.000 litros de vino con una superficie cultivable de una hectárea.

La producción es muy similar en la mayoría de las bodegas nuevas, entre 4.000 y 10.000 botellas. Algo mayor son las 13.000 en sus tres variedades (blanco, tinto y crianza) de Aurelio Feo Viticultores o la producción de bodegas y viñedos Amaya, que pretende alcanzar las 20.000 botellas, aunque pone por encima la calidad. En todos estos casos, la inversión inicial ha sido, en general «pequeña», alcanzando en los mejores casos los 60.000 euros.

Bodegas Demencia de Autor apostaron por la comarca de El Bierzo por su «variedad, climatología, viticultura y tradición» e invirtieron un presupuesto «ridículo» de 10.000 euros, aunque con el apoyo de entidades financieras han superado los 300.000, a pesar de que la situación económica está «ralentizando» la actividad. Disponen de tres hectáreas y su primera producción ha superado las 6.300 botellas de ‘Demencia 2008’.

Un caso algo diferente es el de las bodegas Castro Bergidum, que llevan muchos años en el mercado, aunque recientemente se vendió la participación en otra empresa, por lo que se ha comenzado la actividad, aunque con el aval de la experiencia y con una producción de entre 120.000 y 140.000 botellas, fruto de las 20 hectáreas propias de las que disponen. Otras bodegas que se han incorporado son Bodegas Viñas de Viñales y Jaime Álvarez (La Cava del Loco).

Toro. La DO Toro ha registrado la entrada de dos nuevas bodegas, Bodegas Valmartin y Bodegas Ordóñez, hasta un total de 53, con 5.760 hectáreas, 44 más que en 2011. La primera, regentada por Martin Maria Krachler, ingeniero agrónomo de origen austriaco, espera producir este año 6.000 botellas de crianza tinto. «La alta calidad siempre va a tener mercado», asegura el gerente. La bodega ha invertido más de 200.000 euros en el proyecto que pretende sacar todo el partido de la Tinta de Toro.

En cuanto a Bodegas Ordóñez, la empresa, que prefiere no facilitar cifras sobre inversiones, cuenta con una bodega de 1.000 metros cuadrados y dos parcelas de viñedo viejo para obtener una producción «pequeña y selecta», según la gerente, Victoria Ordóñez.

Cigales. En Cigales también han sido dos las bodegas que han entrado, Proeza, en la localidad de Corcos del Valle, y Bodegas y Viñedo Pago Las Norias, en Cubillas de Santa Marta. Aunque ambas tienen como objetivo una producción de 40.000 litros, el enólogo Javier Rico ha realizado una inversión de 40.000 euros en Corcos en un negocio familiar, con el que ve cumplida una de sus aspiraciones, mientras que Esther Fraile destaca que sólo los gastos en la adquisición de maquinaria ascendieron a 360.000 euros. «Tenemos una finca de 12 hectáreas y ante la caída del precio de la uva, decidimos buscar la rentabilidad en el vino».