La reconstrucción del viaducto de la línea de alta velocidad que salva el río Arlanzón entre Frandovínez y Buniel ha acabado en los tribunales. Cuando el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) aseguró -el 8 de marzo- que «la UTE sufragará el coste de la demolición y la posterior reconstrucción» de la estructura, ocultó que esta ha presentado un contencioso administrativo contra esa orden de derribo, recurso que reconoce ahora, ante la insistencia de este periódico por saber qué había ocurrido con la reclamación de la contratista. Obligada a acometer esa operación por los «daños visibles» y las «dudas razonables sobre la seguridad, funcionalidad o durabilidad de la estructura» actual, lo que se dirime ahora es quién lo paga.Más en la edición impresa.