La mitad de las operaciones se realizan sin ingreso hospitalario

R.L. / MIranda
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La mejora de la tecnología permite que cada vez más pacientes sean intervenidos por la mañana y regresen a casa por la tarde. La operación de cataratas es un buen ejemplo

 
 
La mejora de la tecnología, la formación de los especialistas y la incorporación de técnicas más modernas, menos invasivas y que conllevan un menor riesgo para el paciente se está traduciendo en un progresivo aumento de la cirugía mayor ambulatoria. Son aquellas operaciones quirúrgicas  programadas que se realizan en el hospital y que no requieren el ingreso del paciente. La intervención se realiza por la mañana y, si todo va bien, se le da el alta unas horas después. Ese día, el paciente duerme en casa. 
Esta práctica, que hasta hace unas décadas era impensable, se ha convertido en algo habitual en el Santiago Apóstol, hasta tal punto que en estos momentos prácticamente la mitad de todas las operaciones programadas se hacen de forma ambulatoria. Exactamente el 47,64%. De las 2.249 operaciones que se programaron el año pasado en el hospital mirandés, 1.119 no necesitaron ingreso hospitalario. El resto, 1.230, sí que supusieron para los enfermos pasar al menos una noche en el hospital.
Es obvio que para que el paciente y también para sus familiares es mucho más cómodo operarse por la mañana y volver a casa por la tarde. Obviamente, explican desde el centro hospitalario, «cuando a un paciente se le manda a casa se hace con todos los requisitos médicos y con todas las garantías; si no es así, se le ingresa». Y es que la tecnología ha avanzado casi a la misma velocidad que la mentalidad de los pacientes. Los médicos cuentan que hasta hace unos años cuando se operaba de cataratas y  al paciente se le mandaba a casa en el día,  ninguno quería irse, sentían miedo de marcharse tan rápido del hospital y que les ocurriera algo. Ahora, en cambio, sucede lo contrario. Nadie quiere quedarse. 
La operación de cataratas es un buen ejemplo de cirugía mayor ambulatoria. Prácticamente con el 100% de estas intervenciones quirúrgicas que se realizan en el Santiago Apóstol se sigue esta práctica: se les opera por la mañana y se marchan a casa unas horas más tarde, tras comprobar que todo ha ido bien y que la evolución del paciente es la habitual en estos casos. Así pasó el año pasado con la mayor parte de los pacientes de oftalmología. De los 477 enfermos operados de forma programada, solo 4 quedaron ingresados. El resto, 473, se marchó a casa. 
Al margen de la evidente optimización de recursos hospitalarios, esta práctica también es más cómoda para el paciente. Además, al no haber ingreso hospitalario se corre menos riesgos de contraer infecciones en el interior del centro sanitario. 
La cirugía mayor ambulatoria se realiza en el Santiago Apóstol desde hace más de 20 años, iniciándose precisamente con las operaciones de cataratas, y sumándose de forma progresiva otras intervenciones como la cirugía laparoscópica, que no requiere una gran incisión, y algunos procesos de traumatología, como las  artroscopias de rodilla, en las que a través de una pequeña cámara se visualiza la articulación y se facilita la cirugía.
 
El cáncer copa tres de cada diez tratamientos del Hospital de Día
 
Cada día son decenas los pacientes que acuden a la unidad de día del Santiago Apóstol para recibir algunos tratamientos especializados, como es el caso de la quimioterapia en enfermos de cáncer. Los tratamientos para pacientes oncológicos suponen el 30% de toda la actividad que se genera en el hospital de día. De hecho, durante el año pasado, el centro dispensó 5.251 tratamientos. De todos ellos, 1.657 fueron para enfermos de cáncer. 
La apertura hace casi siete años de la unidad de Oncología supuso todo un alivio para los pacientes con tumores cancerígenos, evitando en muchos casos incómodos a Burgos, tanto a la consulta médica como a las sesiones de quimioterapia que, desde entonces, se preparan y dispensan en la unidad de día. El paciente llega por la mañana, se le aplica el tratamiento oncohematológico y unas horas después puede regresar a su casa. Se calcula que, de media, se invierten alrededor de 5.000 euros por paciente, siendo los más costosos los que se aplican a tumores de colon y de recto.
Además de pacientes oncológicos, la unidad también atiende a otros muchos enfermos que precisan de un tratamiento concreto que debe ser administrado bajo supervisión médica o que tienen que someterse a algún tipo de prueba, sin necesitar de ingreso. Durante el año 2015 se prepararon otros 3.594 tratamientos al margen de  los oncológicos.