«La Ley de Hidrocarburos está bien, pero no se cumple»

Javier d. Bazaga (SPC)
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Margarita Hernando es licenciada en Derecho y Master en Derecho Mercantil (LL.M. in Commercial Law), por la Bristol University, y es abogada especializada en Energía, ámbito en el que posee una amplia experiencia internacional.

Margarita Hernando es licenciada en Derecho y Master en Derecho Mercantil (LL.M. in Commercial Law), por la Bristol University, y es abogada especializada en Energía, ámbito en el que posee una amplia experiencia internacional. Desde el mes de febrero es la nueva presidenta de la Asociación Nacional de Compañías de Investigación, Exploración y Producción de Hidrocarburos y almacenamiento subterráneo (Aciep). Ostenta distintos cargos en consejos de administración de empresas del sector y representa y asesora firmas con activos productivos y exploratorios en varios países.
¿Qué es la Aciep?
Somos la asociación que actúa como interlocutor de la industria frente a las administraciones. Intentamos que se desarrollen las mejores prácticas en la industria haciendo una labor de búsqueda y promoción de las mismas, y favoreciendo también que entre las distintas empresas se pongan en común las nuevas tecnologías que se pueden emplear, favoreciendo un foro común de discusión y desarrollo. Además, promovemos el conocimiento y divulgación de la propia industria.
¿Qué planes tiene para este mandato ?
Mi objetivo es la defensa de la industria en un momento en el que vemos un movimiento muy fuerte en contra de las energías fósiles. Mi reto es que se conozca que los hidrocarburos no son solo un combustible o una fuente de energía, es también una materia prima muy importante. Móviles, cámaras de fotos o hasta el plástico que se emplea en las válvulas de corazón llevan hidrocarburos.
Usted misma ha mencionado que la opinión pública es uno de los principales escollos a los que se enfrenta la industria, ¿a qué cree que se debe?
A la desinformación. En general, hay una tendencia generalizada en contra de esta industria. Si se va a instalar en una determinada localidad una fábrica de automóviles o de pinturas, se crea una oposición social.
Todas las empresas tienen un impacto en el medio, en el paisaje y también en el empleo y en la economía. En el caso de los hidrocarburos hay mucha desinformación y está muy identificada la industria y el material con el chapapote. El problema es que esos accidentes están fundamentalmente relacionados con el tráfico y el transporte marítimo con barcos de distintas banderas y no sometidos a determinados controles, y pasa como sucedió con el Prestige.
¿Puede vivir España y la economía nacional sin los hidrocarburos?
No podría. España importa el 99,8%. Eso tiene un impacto en la balanza comercial y en la seguridad del suministro muy notable. Los hidrocarburos no solo los utilizamos para generar electricidad, los necesitamos para el transporte, no ya de carretera que podríamos sustituir por el coche eléctrico, es el tránsito marítimo, aéreo, y es la materia prima de todos los plásticos.
Somos de los pocos países europeos que no está explorando en el propio territorio...
En España está permitida la exploración de hidrocarburos, pero lo cierto es que la inmensa mayoría de los proyectos están muy demorados. En general, tienen unos retrasos en las autorizaciones administrativas que van mucho más allá de uno y dos años de retraso, con lo que eso conlleva. En los últimos cinco años no se han otorgado nuevos permisos de investigación.
De continuar con esta situación, ¿qué efectos puede tener en la economía del país?
La única alternativa ahora mismo es importarlo. Todas aquellas industrias que son muy dependientes de los hidrocarburos, ya sea como combustible o como materia prima, se terminan marchando a países donde es más barato. Se está deslocalizando mucho la industria petroquímica y está volviendo a EEUU. Y eso es empleo directo e indirecto que no se va a crear aquí.
¿Por qué existe tanta demora en esas autorizaciones? ¿Por el rechazo social?
 Hay proyectos que han recibido la declaración de impacto ambiental favorable que no tienen la autorización de Industria. ¿Por qué? No dan muchas explicaciones. Probablemente se deba a la oposición social, pero ésta debería tener su encaje en el proceso de información pública. Es ahí donde los ciudadanos tienen el derecho y el deber de manifestar su oposición.
¿Cuáles son las áreas de mayor interés para esta industria?
Hay una zona de interés en la cuenca del Guadalquivir; otra muy importante en el Mediterráneo; y ahora están concentrados en la zona de Valencia y Golfo de León; en tierra tenemos toda la cuenca Vasco-Cantábrica, donde ya hay producción de hidrocarburos y donde hay solicitadas nuevas concesiones de explotación; y en el mar Cantábrico, en el Golfo de Vizcaya.
¿De qué manera está contribuyendo a la industria la Ley de Hidrocarburos que se aprobó el año pasado? ¿Es suficiente?
La Ley de Hidrocarburos está bien. El problema es que no se cumple por parte de la Administración. Los plazos no se cumplen, ese es el problema. Sobre el resto se ha hecho una modificación que incluye nuevos tributos que se puede entender que perjudican al sector, aunque los está defendiendo porque cree que es una medida que puede facilitar que se perciba por la sociedad los beneficios que va a tener para todos.
¿No se corre el riesgo de que esos pagos conlleven una interpretación de la actividad como dañina para el territorio?
Llevar a cabo una operación en un determinado terreno acarrea unos expedientes de ocupación temporal que están pensados para indemnizar a la persona que va a permitir una actividad en su territorio. El canon es lo que se va a pagar a los propietarios cuando haya producción, con independencia de que se utilice o no ese terreno en las operaciones de producción.
Como interlocutores con la administración, ¿cómo perciben la incertidumbre política actual?
Con la misma inquietud que todos. Ahora mismo toda la industria está expectante. En lo que se refiere a la exploración y producción los permisos están concedidos, los derechos en vigor y entendemos que los cambios tendrán una incidencia menor a la industria actual. El impacto podrá venir en la posibilidad de desarrollar la industria como pretendemos, y buscamos crecer. Queremos que este país explore y pueda ser capaz de determinar si tiene o no hidrocarburos que nos hagan ganar independencia sobre nuestros suministradores, uno de los cuales es Argelia, que tiene una situación política y económica complicada.
¿Qué le pedirían al nuevo Gobierno cuando se constituya?
Le pediríamos que colaborase con nosotros para explicar a la ciudadanía las medidas tan estrictas que se cumplen para proteger el Medio Ambiente, nos gustaría que nos ayudasen a explicar las grandísimas ventajas y beneficios económicos y de empleo que tendría el desarrollo de la industria en el país. Lo que le pediríamos al nuevo Ejecutivo es diálogo, apoyo en la comunicación a la sociedad y el cumplimiento de la ley.