Un total de 78 enfermos de alzhéimer de la zona Sur de la provincia de Burgos se beneficia cada mes de los distintos programas y talleres que tiene en funcionamiento la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Aranda y la Ribera (AFAR), la agrupación fundada en la capital ribereña en 1996 con el objetivo de mejorar la calidad de vida de aquellas personas afectadas tanto por esta patología como por otras demencias, su bienestar y el de sus familias.
La Unidad de Memoria, cuyos talleres se desarrollan en los espacios cedidos por el Ayuntamiento en el Centro Intergeneracional La Estación, en el antiguo colegio Nuestra Señora de Belén, es el servicio que mayor número de usuarios concentra, alcanzándose en la actualidad los 35. Una cifra muy similar a la que acude de forma cotidiana al Centro de Día de Las Francesas, donde, a pesar de disponer solo de 20 plazas, gracias a la posibilidad de doblar algunos turnos, se alcanzan los 28 pacientes. Cierran la demanda de servicios los 15 enfermos que se benefician, directamente, del Servicio de Ayuda a Domicilio.
Una cifra que se eleva por encima del centenar, según aseguró ayer Mª Cruz Rodríguez, presidenta de AFAR, durante la presentación de la Semana del Alzhéimer, que se celebrará hasta el viernes en la capital ribereña con el objetivo de sensibilizar a la población sobre esta enfermedad, si se tiene en cuenta que también se presta atención a las familias. «Nosotros hacemos mucho trabajo con los familiares, tanto información como apoyo y asesoramiento psicológico o en trámitEs sociales, grupos de autoayuda, yoga, talleres psicoeducativos...», explicó Gema Arranz, directora técnica de AFAR.
Hay que tener en cuenta, además, que las limitaciones de espacio impiden atender toda la demanda que existe ahora mismo en la comarca, lo que ha provocado que, en estos momentos, haya otra quincena en lista de espera para poder acceder a algunos de los servicios que presta la asociación. «Necesitamos ampliar el Centro de Día de Las Francesas. Es una de las necesidades grandes, ya que por escasez de espacio no se puede llegar a todo el mundo», señala la directora técnica. De momento, y gracias al dinero recaudado en la Feria de la Ribera, se puede hacer frente a la adecuación de la rampa de acceso a estas instalaciones, unos trabajos que arrancaron ayer mismo.
NECESIDADES ECONÓMICAS. La presidenta de la agrupación, por su parte, incidió en que en estos momentos su principal necesidad es disponer de dinero para hacer frente a los gastos que genera un servicio como el que prestan «y que tendía que realizar el Estado». En estos momentos, AFAR cuenta en plantilla con una veintena de trabajadores, todos ellos especializados en distintas ramas del sector psicosocial, desde terapeutas y psicólogos a médicos y enfermeras, técnicos en animación y educadores, entre otros.
Asimismo, abogó por que se incrementen también los fondos para investigar sobre este tipo de patologías, lamentando que en la actualidad se está destinando más dinero al desarrollo de técnicas relacionadas con la estética que al alzhéimer y otras demencias.