A misa, a la sucursal

Gadea G. Ubierna / Burgos
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San Lesmes celebra este año el décimo aniversario de la puesta en marcha de la capilla de la calle Calzadas, en la que unos 40 fieles participan cada día en la eucaristía. Es la única parroquia de la ciudad que se ha 'desdoblado'

El local tiene rótulo y un cartel con los horarios para oír misa, pero pasa desapercibido para los viandantes porque la estética es muy discreta. - Foto: Ángel Ayala

 
Si los fieles no pueden acercarse a la parroquia, la parroquia se acercará a los fieles. Ese fue el argumento de peso a la hora de acordar el desdoblamiento de San Lesmes en la iglesia de la plaza San Juan y una capilla en el 28 de la calle Calzadas (entre la calle Segovia y la avenida Cantabria) hace ya diez años. La céntrica parroquia fue pionera en la capital en tomar una medida semejante y el resultado, según explica uno de sus promotores y entonces párroco, César Alonso de Porres, ha sido un éxito desde el principio. «El sábado y el domingo la capilla se llena y tiene capacidad para unas ochenta personas, incluso cien si están un poco apretadas», explica el hoy canónigo penitenciario de la Catedral. El párroco actual, Pedro Sáez Vesga, corrobora estas palabras y afirma que, de media, suelen asistir a la misa diaria entre cuarenta y sesenta feligreses.
San Lesmes es la parroquia más poblada de la diócesis burgalesa, le corresponden alrededor de 18.000 habitantes, buena parte de ellos muy mayores. Alonso de Porres explica que hacía muchos años que tanto la parroquia como el Arzobispado recibían comentarios o incluso quejas acerca de lo lejana que estaba la iglesia de numerosos puntos de su ámbito, como es el final de la calle Calzadas, la Plaza del Rey, y tramos de la calle Vitoria o de las avenidas Cantabria y la Paz. «Es una zona en la que se calculó que podían vivir alrededor de 5.000 personas, personas a quienes la iglesia les pillaba bastante lejos y pedían que se tomara alguna medida», apunta Alonso de Porres. Y a esta densidad de población hay que añadir el perfil de esos vecinos, mayores y con dificultades para caminar todos los días calle abajo hacia la iglesia para escuchar misa. 
Todos estos argumentos fueron analizados y compartidos por el Arzobispado [presidido entonces por Santiago Martínez Acebes] y se plantearon dos opciones: o levantar un nuevo edificio a modo de iglesia, para lo cual no había fondos, o hacerse con un local y habilitarlo a modo de capilla. Optaron por la segunda opción, comprando un local ubicado en las Calzadas, nada más pasar la calle Segovia y en la misma manzana en la que está la dirección provincial de Tráfico. Es muy discreto, tanto que aunque está rotulado y tiene un cartel en la calle con la hora de misa, hay que fijarse muy bien para apreciar que se está ante un lugar de culto. Desde el momento de la inauguración hasta ahora se ha oficiado una misa por la tarde, a las 17.30 horas, excepto en los meses de verano, en los que coincide que baja la afluencia por las vacaciones y el buen tiempo que, a juicio del expárroco, «anima más a caminar hasta la plaza San Juan y participar en la eucaristía que se celebra en la iglesia. Pero en los meses de invierno, la gente agradece no tener que desplazarse». 
 
fieles agradecidos. Unas palabras que repiten todos los feligreses consultados por este periódico el pasado jueves, 2 de octubre, a la salida de la misa y el rosario. Víctor Villanueva, por ejemplo, explicó que para él, «con 95 años cumplidos» y residente en la avenida La Paz, ir todos los días hasta la plaza San Juan sería impensable, porque necesita un bastón para caminar y en invierno le costaría salir de casa. «Pero venir a la capilla me gusta porque está a la vuelta de casa y la misa se oye muy bien», explica, matizando que no le importa el parón estival porque se suele ir al pueblo y allí también le es cómodo ir a misa. Ymás o menos las mismas razones son las que exponen otros asistentes y vecinos, algunos de los cuales ignoraban que ya se había reanudado la actividad en la capilla y se congratulaban de la vuelta a la rutina con comentarios como «ya tenemos misa otra vez» o «ya nos veremos en misa».
Además de la capilla, sencilla y luminosa, en el local se construyó una sala de reuniones para vecinos o colectivos que lo soliciten. Sáez Vesga explicó que todos los lunes se celebra un encuentro de miembros del movimiento Vida Ascendente y, una vez al mes, de la Legión de María. «Sí se utiliza, sí. Abrimos a las 17.00 horas, a las 17.30 horas hay misa y luego se celebra el rosario, además de estas reuniones», comenta el párroco al respecto.
San Lesmes ha sido una parroquia pionera en tomar una decisión semejante en tiempos recientes, pero Alonso de Porres destaca que esta práctica no es nueva en la diócesis burgalesa. Es más, apunta que hubo un tiempo en el que la parroquia de San Antón también estaba desdoblada entre la iglesia ubicada frente al Monasterio de las Huelgas y la capilla del Hospital del Rey. «La función es siempre la misma, servir a la gente», concluye este religioso. Ahora, hay otras, como la de San Pedro y San Felices, en la que los religiosos también atienden la capellanía de las Salesianas, cuya misa está abierta al público. Pero casos en los que la iglesia tenga una sucursal, de momento solo hay uno: San Lesmes.