La autopromoción y los primeros bloques tras la crisis tiran del sector

H. Jiménez / Burgos
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La construcción de viviendas individuales en la provincia se suma al impulso de las colectivas en la capital para mejorar la estadística de proyectos inmobiliarios en marcha

El antiguo solar de Diario de Burgos, entre el bulevar y San Pedro de Cardeña, ha sido una de las grandes nuevas promociones con 56 viviendas. Allí acaban de empezar las obras de cimentación. - Foto: Ángel Ayala

 
El sector inmobiliario empieza a recuperar una mínima actividad tras pasarse los dos últimos años en estado casi comatoso. En los nueve primeros meses del año el Colegio de Arquitectos ya ha visado proyectos para más viviendas que en todo el año anterior, y si el último trimestre se comporta de manera similar podrían superarse los datos de 2012, cuando empezó la verdadera debacle (aunque los descensos se arrastraban ya desde 2007).
De momento el Colegio trabaja con moderado optimismo, consciente de que ante un punto de partida tan bajo conviene no echar las campanas al vuelo al mínimo crecimiento estadístico. Pero se observan algunos datos que invitan al alivio, siempre a la espera de lo que pueda deparar el futuro inmediato.
Por un lado, por primera vez desde comienzos de 2012, la promoción de varios bloques de viviendas en Burgos capital han impulsado los visados. Las grandes promociones (de 30, 40 o más de 50 pisos) no se veían desde hace más de dos años y en el presente ejercicio se han vuelto a ver varios ejemplos. Desde la Secretaría Técnica del Colegio recuerdan alguna reciente en la zona del S-3 en Casa la Vega, que contemplaban 25 VPO, o las del antiguo solar de Diario de Burgos, en San Pedro de Cardeña, donde acaban de empezar las obras para edificar 56 viviendas. 
Gracias a ellas y a otras pocas promociones en la capital burgalesa se han visado proyectos para 131 viviendas frente a las 54 de todo el año pasado y las 142 de 2012. A poco que surja otra promoción de aquí a final de año el ejercicio se cerrará como el tercer peor de los últimos años, o quizás el cuarto si es que se logran superar las 189 de 2009.
Esas 131 viviendas de nueva planta visadas son exactamente el mismo número que las que se llevan registradas en el ámbito rural de la provincia y que aparecen como una segunda tendencia destacada. Desde que comenzó el ejercicio se nota un goteo de viviendas, con una media que supera las 40 por trimestre, y que según explican desde el Colegio son «fruto de la autopromoción». Sería el caso de quienes optan por construirse su primera o segunda residencia en el pueblo de forma individual o el típico ejemplo de una familia con varios hermanos que heredan una vieja propiedad en el pueblo, la tiran y acaban levantando una mini-urbanización de tres o cuatro chalés.
 
las peores zonas. Esta autopromoción y los grandes bloques de la capital son los que salvan un año que en el alfoz, Aranda de Duero y Miranda de Ebro continúa siendo desastroso. En los alrededores de Burgos, un entorno que en los años de la burbuja llegó a registrar más de un millar de viviendas nuevas anuales y que precisamente por eso mereció un apartado propio en la estadística del Colegio de Arquitectos, solo se han visado proyectos para 15 casas. Es un dato aún peor que las 21 de todo 2013, aunque mejora ligeramente las pírricas 14 de hace dos años.
En el caso de Aranda, en el primer trimestre del año hubo una promoción de 34 viviendas pero en los dos siguientes solo se han registrado 3 y 5 respectivamente, así que la cifra global también está por debajo de la del año pasado. Y en la localidad mirandesa acumulan dos trimestres consecutivos con 0 viviendas nuevas proyectadas y únicamente hubo 3 entre enero y marzo.
Por todo ello, cuando el presidente del Colegio, Carlos Miranda, hacía una valoración del sector la semana pasada en las páginas de Diario de Burgos, recordaba que pese al crecimiento respecto a 2013 las cifras «siguen siendo menos del 10 por ciento de lo que se visaba antes, aunque hay que reconocer que lo que estábamos haciendo en 2006, 2007 y 2008 no era razonable».