Tras nueve años llamando a todas las puertas solicitando una actuación urgente que frenara el deterioro de su vivienda, una familia milagreña ha visto como lo que se temía ha terminado ocurriendo y parte de la vivienda en la que viven Ángel Moral y Rosario García, que en la última semana han cumplido 91 y 85 años, respectivamente, se ha venido al suelo sin que nadie haya hecho nada por impedirlo y, lo que es peor, sin haberles dejado tampoco actuar a ellos.
Una situación que atribuyen directamente a la situación que viven desde hace casi una década, cuando amparándose en la supuesta amenaza de ruina del inmueble, y a pesar de que solo se había pedido permiso para actuar en la cubierta, se procedió al desmontaje de la conocida como Casona de Vela Zanetti, la vivienda en la que residió hasta su muerte el célebre muralista local.
La desaparición de este inmueble dejó totalmente expuesta su casa, con la que lindaba una de sus paredes. Desde ese momento, el deterioro ha sido una constante hasta que el pasado 5 de octubre, quizás como consecuencia de las últimas lluvias, la estructura no aguantó más y se derrumbó la parte superior de un medianil cuya estabilidad ya preocupaba desde hace tiempo.
El hundimiento es el último capítulo de un largo peregrinaje de esta familia por todo tipo de administraciones e instituciones solicitando una solución rápida para su situación. Y es que, al haberse incoado la declaración de Bien de Interés Turístico para la casona, cualquier actuación requería el visto bueno de Patrimonio. Además, durante estos nueve años ha sido poco menos que imposible contactar con los propietarios para que les entregasen las llaves de su solar, lo que les permitiría actuar en su vivienda, o llegar a un acuerdo, estando dispuestos incluso a acometer en solitario la intervención. Por ello, el pasado mes de septiembre a poner una denuncia ante la Guardia Civil.
El problema radica ahora en que la Casona de Vela, o lo que queda de ella, habría pasado a ser propiedad de Caja España, que la habría embargado por una deuda pendiente. Sin embargo, aún no ha concluido el proceso de transmisión, por lo que esta entidad de ahorro no puede intervenir. Además, cualquier actuación tiene que pasar por varios filtros, lo que no hace más que demorar cualquier obra.
Mientras, Ángel y Rosario ven con temor como se acerca el invierno, su vivienda sigue deteriorándose y viven entre humedades y puntales sin que nadie les dé una solución. Aunque han recibido la visita de varios técnicos, entre ellos uno por orden de Caja España, que han reconocido que la situación es insostenible y que no puede continuar de esta manera. Sin embargo, hasta ahora, la única recomendación que han recibido en varias ocasiones es que desalojen la casa y se vayan a vivir a cualquier otro lugar.