Cien testigos en el juicio por el asesinato de Ezquerra con un hacha

A.C. / Medina de Pomar
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Doroteo y José Ángel Braceras se sentarán el lunes en el banquillo acusados de un asesinato con la agravante de alevosía por el que se enfrentan a penas de hasta 23 años cada uno

José Ángel Braceras, en 2012, durante su traslado a la reconstrucción de los hechos en el antiguo pueblo de Berrandúlez. - Foto: A.C.

Uno de los hechos más cruentos de la crónica negra de Las Merindades, la muerte del abogado vizcaíno José Javier Ezquerra (Txetxu) el 15 de febrero de 2012, cuando tenía 49 años, comenzará a juzgarse el lunes en la Audiencia Provincial con jurado popular. Durante siete días laborables más de un centenar de testigos pasarán por la sala para dar su versión de unos hechos por los que Doroteo Braceras y su hermano José Ángel están acusados de un «delito de asesinato con la agravante de alevosía». En los hechos justiciables el magistrado plantea que, «tras un forcejeo y  golpes llevados a cabo por parte de ambos hermanos, finalmente procedieron a asestarle un golpe con un hacha en la parte trasera del cuello» que «ocasionó la inmediata muerte de Ezquerra».
 
En el documento previo a la celebración de la vista oral, el magistrado repasa la cronología de los hechos en base a las pruebas y las investigaciones policiales, en las que han intervenido más de medio centenar de profesionales. Señala que el día de los hechos, Doroteo Braceras se encontró a las nueve de la mañana con Ezquerra en el Bar El Paso de Maltrana de Mena y que desde este lugar se desplazaron al Bar-Restaurante Cuatro, de Villasana hacia las 13.45 para comer.
 
El encuentro se produjo para resolver un entuerto originado por la pérdida de un contrato privado que era necesario volver a firmar de nuevo. Los hermanos Braceras poseían el 10% de una finca y disfrutaban del arrendamiento de los pastos  de la totalidad de la misma. Pero el 30 de diciembre de 2011 supieron que la mercantil Francisco Gómez Inmuebles había adquirido el 73,3% de la finca, según relata el magistrado , por un valor de 485.000 euros y les comunicó «la finalización del contrato de arrendamiento de pastos».
 
Préstamo. Ante ello, los ganaderos acudieron al abogado quien finalmente les prestó el mismo dinero con otras dos personas a partes iguales para que pudieran ejercitar la acción de retracto. El contrato privado «dejaba constancia de como se prestaban tales 485.000 euros... siendo ambos hermanos solidariamente responsables en la devolución de la cantidad prestada». El 20 de enero de 2012 se consignó el dinero en el Juzgado de Villarcayo, pero «por razones que se desconocen desaparecieron todos los ejemplares de dicho contrato privado, por lo que era necesaria la firma nuevamente» de los mismos.
 
El día de los hechos, tras la comida en Villasana Doroteo llamó a su hermano, que manifestó que estaba comiendo en su casa en la pedanía de Ayega. En los hechos justiciables se indica que Doroteo y la víctima «se trasladaron en el vehículo de José Javier hacia un lugar que no ha quedado debidamente determinado, pero en todo caso próximo al domicilio de José Ángel». Allí, «entre las 15.10 y las 15.50 surgieron discrepancias entre los hermanos Braceras y Ezquerra en relación con los términos del contrato, una vez leído».
 
El magistrado señala que «ambos se negaron a firmar, conscientes de que el dinero ya había sido consignado -en el juzgado- a su nombre, sin que hubiera quedado constancia alguna de dicho préstamo de dinero». A ello añade que «se sintieron humillados y engañados por José Javier Ezquerra» y «puestos previamente de mutuo acuerdo y con expreso ánimo de atentar contra la vida de José Javier Ezquerra procedieron a forcejear con él, para tras ello golpearle con el mango de una azada, así como con las manos». El magistrado continúa diciendo que «finalmente procedieron a asestarle un golpe con un hacha en la parte trasera del cuello» que lo mató.
 
El relato judicial señala que tras ello, los dos hermanos se dirigieron a la casa abandonada de Berrandúlez, donde tanto los acusados como la acusación particular que ejerce la esposa del fallecido, sitúan la muerte del abogado. Allí depositaron el cadáver de Ezquerra y lo envolvieron con una bolsa de plástico y sacas de nylon. De allí lo trasladaron a Arza, donde metieron el cuerpo en un remolque de Doroteo y acto seguido se fueron con el vehículo todoterreno del abogado a Vizcaya, donde lo incendiaron. «En los días siguientes próximos al 15 de febrero, ambos hermanos procedieron a trasladar el cadáver al interior de una cueva», indica el magistrado. Allí fue localizado en mayo de 2012 tras la confesión de Doroteo que acudió personalmente con las fuerzas de seguridad a la sima ubicada en el término de La Parte de Sotoscueva, cerca del túnel de la Engaña.