La Federación de Empresarios de Comercio (FEC)ha decidido poner en valor -vender o, en su defecto, alquilar- buena parte del centro comercial Camino de la Plata que es de su propiedad para intentar resolver la compleja situación económica por la que atraviesa en los últimos años esta organización patronal, una de las más importantes e influyentes que opera en la provincia de Burgos.

En concreto, se han puesto en el mercado los 700 metros cuadrados que ocupa la sala de exposiciones en la planta baja, que no acoge ningún evento desde hace más de dos años, junto con los 300 metros cuadrados situados en la entreplanta y donde se ubican actualmente las oficinas, aulas, archivos y salas de reuniones de la organización. Si se concretase la operación, la idea es trasladar estas dependencias a la tercera planta del inmueble, donde también está ubicada la sede del I3com, el Centro de Innovación Comercial. 

Esta última planta es propiedad de la Fundación Comercio, presidida por Jesús Ojeda y que se constituyó recientemente, además de para promover y difundir el comercio y buscar patronos que apoyasen económicamente este objetivo, para salvaguardar el valioso patrimonio inmobiliario de los comerciantes en la avenida de Castilla y León gestado en la etapa de Carlos Olivares en la presidencia. En esta tercera planta trabajarían las 7 personas que componen actualmente la plantilla de la federación, que se ha visto  reducida en los últimos años.

La FEC ha tasado la planta baja en 1,4 millones de euros, valorando que la sala de exposiciones está ubicada en un enclave comercial de primer nivel en la ciudad, que tiene acceso desde la avenida de Castilla y León y que podría tenerlo -de acuerdo a los planteamientos del posible comprador- desde la galería comercial del Camino de la Plata. Asimismo, cuenta con el aparcamiento subterráneo que sirve a todo el edificio.

Los actuales responsables de la Federación -a falta de un presidente que se elegirá en las elecciones de marzo, el equipo de cuatro vicepresidentes integrado por Consuelo Fontecha, Loreto Pérez, Julián Vesga y Alejandro Güemes- estiman que la venta -que priorizan sobre el alquiler- de este patrimonio les permitiría resolver la difícil situación económica por la que atraviesan y afrontar el futuro con más garantías que las actuales. «Pese a todo -insisten- la FEC sigue trabajando con normalidad».

 

crisis. La mala situación financiera actual se remonta a al menos tres años en el tiempo, cuando finalizaron los convenios de colaboración con la desaparecida Caja de Burgos, el sostén de este colectivo en los últimos años. Un primer convenio, que tenía cuatro años de vigencia y se prorrogó en el tiempo, contemplaba una ayuda de 130.000 euros al año. A este se sumó un segundo, vinculado a la construcción del I3com, el proyecto estrella de la FECque se constituyó como una empresa para desarrollar ideas de innovación comercial a nivel local, nacional e incluso internacional. En el mismo participó, además de la Caja, la Junta, el Ayuntamiento y la Confederación Nacional de Comercio.

Para el I3com, cuya sede está en la tercera planta del Camino de la Planta, Caja de Burgos concedió una ayuda de hasta 180.000 euros para cubrir los gastos de construcción de este centro, que ascendieron hasta los 471.000 euros. 

El centro de innovación, reconocen desde la FEC, sigue trabajando e investigando con normalidad, «pero no cumple su función», es decir, no ha llegado a aportar ningún rendimiento económico a los asociados.

En este proyecto colaboró también el Ayuntamiento, otro de los pilares económicos de la FEC que se ha debilitado en los últimos tres años a un ritmo de 10.000 euros menos por ejercicio. La ayuda municipal a los comerciantes es hoy de 52.000 euros al año.

Llegados a este extremo, la única fuente fija de ingresos es el convenio anual que mantiene con Caja Viva-Caja Rural desde hace tres años (está a punto de renovarse), 60.000 euros que les permiten desarrollar programas de formación, labores de promoción y marketing y apoyar a las 37 asociaciones y 3 gremios representados. 

Quedan las cuotas de los 800 asociados, una cifra que ha ido menguando en los últimos años a medida que caía la oferta de acciones formativas y se agudizaba la crisis, que ha llevado al cierre de muchos negocios, caída de ventas, recorte de gastos y miedo al futuro entre los asociados.

Aunque en alguna de las últimas asambleas se ha planteado un incremento de cuotas, desde el equipo directivo de FEC se reclama ahora «unidad, cierre de filas      y colaboración» para salir de esta situación. «Esta claro que el comercio necesita una organización que le apoye y le anime en estos momentos», aseguran los  vicepresidentes, quienes reconocen que necesitan «sentirse respaldados» por los asociados en asambleas y juntas, algo que no habrían sentido especialmente en las últimas cuatro citas convocadas este año.

El deseo de la FEC es tener resuelta la venta de parte de su sede antes de las elecciones de marzo, para que la nueva etapa se inicie con la economía de la institución saneada.