«Las novatadas implican comportamientos humillantes y vejatorios de hondo contenido sexual. Esta temática procaz, unida a una desmedida ingesta de alcohol de fuertes efectos desinhibidores, conlleva conductas vergonzantes, prácticas inasumibles en condiciones normales que, lamentablemente, vienen a reforzar estereotipos profundamente machistas, actos y actitudes de sumisión y explotación sexual claramente negativos pero que son descritos como ‘divertidos’, ‘necesarios’, ‘normales’. Esto significa que la permisividad hacia las novatadas no solo implica un problema de salud para los estudiantes (en cuanto al alcohol) e imagen para la institución, también para el fomento de la violencia y el dominio, la humillación y la degradación de terceros, la normalización del sometimiento y las jerarquías explotadoras. Esto es, las novatadas refuerzan los estereotipos que están en la base de la violencia de género». Hete aquí una reflexión como un ladrillazo. Una reflexión que emana del seno de la Universidad de Burgos, resuelta a poner coto a una mal llamada tradición que, año tras año, se repite en el campus y aleja a la comunidad universitaria de los rasgos que deben definirla.

Se trata de un informe elaborado por el Departamento de Antropología Social y firmado por Ignacio Fernández de Mata que arroja varias claves destinadas a erradicar una lacra que no tiene maldita la gracia aunque sean toleradas incluso por aquellos que la padecen.Así se desprende del estudio. «Hemos de rendirnos ante la evidencia: aunque creamos lo contrario, los datos confirman que un número importante de los estudiantes de primer curso de universidad aceptan de buen grado las novatadas. Ítem más, las están deseando. Esto obliga a un cambio en la percepción del problema y del tiempo/momento de iniciar acciones preventivas». Por eso, se sugiere comenzar a trabajar antes, mucho antes. «Por un lado, los estudiantes de bachillerato han idealizado las novatadas como el epítome del gran desmadre universitario. En conversaciones con chicos de 2º de Bach se detecta una total avidez por llegar al momento de las novatadas. Éstas parecen representar el total acceso a la vida universitaria, el ritual que les reconoce como universitarios (obviamente, todo esto desde el punto de vista de un adolescente, con pautas de ocio muy grupales y alcoholizadas)».

Las influencias para que esto sea así son claras, según el estudio de Antropología Social: «Como en otros aspectos de la vida académica, existe en esto una clara proyección de la falsa vida universitaria que aparece en películas americanas: Project X, Desmadre a la americana, Malditos vecinos, Aquellas juergas universitarias, las sagas de American Pie (8 películas) y las de Porky’s, La fiesta de la cerveza, No es otra tonta película americana, Juerga hasta el fin, Infiltrados en la universidad, Teen Wolf…. Estas películas han sido ávidamente consumidas por los chicos y aparecen como filmes recomendados para adolescentes en un montón de tutoriales de Youtube. El estereotipo es que ser universitario es ser un juergas, siempre con los ingredientes de alcohol y sexo».

(Artículo completo en la edición de hoy)