El vuelo de la pequeña Jimena desprende del luto a la Virgen en la tradicional Bajada del Ángel

L. Sierra (ICAL)
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La fiesta, declarada de Interés Turístico Regional, congrega a cientos de arandinos y visitantes en una abarratoda Plaza de Santa María

La pequeña Jimena Arranz Bravo, una niña arandina de cinco años, sobrevoló hoy Domingo de Resurrección el cielo de la localidad burgalesa de Aranda de Duero para desprender a la Virgen María del luto en una jornada festiva que congrega a miles de arandinos y curiosos. La tradicional Bajada del Ángel, Fiesta de Interés Turístico Regional, puso el broche final a los actos de Semana Santa en la capital ribereña en un acto que cada año congrega a más medios de comunicación y fotoperiodistas por el impacto visual de una tradición que lleva celebrándose desde el siglo XVI.

Desde primera hora de la mañana fueron muchas las personas que se apostaron frente a la fachada de la iglesia de Santa María para coger un sitio desde el que contemplar e inmortalizar el vuelo. En esta ocasión, los arandinos tuvieron que esperar un poco más que el año pasado puesto que la procesión no comenzó hasta las 11 horas y el acto central se postergó hasta las 11.30. Ni el frío ni la amenaza de lluvia aplacaron los ánimos de los ribereños que esperaron pacientes la llegada de la pequeña Jimena.

Pasadas las 11 y media de la mañana la niña salió de una especie de cascarón para patalear, volar y acabar con el luto de la madre de Jesús. A través de un sistema de poleas, controlado por dos profesionales, Jimena descendió del globo sin parar de patalear y mover el pañuelo que antes cubrió a la talla. La rapidez de los actos marca la jornada. Retirado el manto, tuvo lugar el encuentro de la Virgen con el Cristo Resucitado. Minutos después, el pequeño ángel tomó tierra para presidir la procesión que recorrió las calles de la Villa, retornando de nuevo a la parroquia.

Y una vez en el suelo, el pequeño ángel se unió bajo la atenta mirada de su madre a la procesión que conduce de nuevo al templo arandino. Un premio que cada año demandan más niños de la localidad que aspiran a ser ángel por un día. Los requisitos que deben pasar los aspirantes al puesto son: tener cinco años, ser miembro de una de las cofradías y tener la habilidad emular un vuelo y hacer caso omiso al miedo a las alturas. En cuanto a la seguridad del protagonista, cada año se mejora el sistema de poleas por lo que el riesgo de que ocurra un accidente es prácticamente nulo, aunque no descartable, por lo que se supervisa de forma constante.

 

Desde el siglo XVI. La ‘Bajada del Ángel’ es la protagonista del Domingo de Resurrección en la provincia de Burgos. Con los años, se ha convertido en uno de los platos fuertes de la Semana Santa arandina y cada edición es mayor el público que se congrega a los pies de la iglesia de Santa María. Organizado por la Cofradía de la Misericordia y de las Candelas, cuya fundación se remonta al siglo XVI, es una de las tradiciones más antiguas de la provincia de Burgos.

La tradición del ángel alado que desciende de las alturas para acabar con el sufrimiento de la Virgen es una expresión religiosa que sólo se celebra en otros puntos de la geografía española como Peñafiel, Tudela, Alfarrasí, Muros y Ariza.