Un sábado no es el mejor día para comprobar si la AP-1 liberalizada -A-1 ya, aunque las señales sigan diciendo lo contrario- atrae el tráfico de la nacional. Una jornada a caballo entre laboral y festiva no sirve para inferir en qué grado aumentará la circulación en la doble vía y disminuirá en la carretera paralela. Ahora bien, un viaje entre Castañares y Armiñón sirve para sacar unas cuantas conclusiones. La primera es que un número nada desdeñable de usuarios del corredor no se había enterado de que el trayecto Burgos-Miranda era gratis desde ayer. Lo que conduce a una segunda, que quizás el esfuerzo informativo del Ministerio de Fomento para avisar de la supresión de los peajes no ha sido suficiente ni efectivo. Es cierto que la noticia, por el efecto boca oreja, llegará no en mucho tiempo a los interesados, pero no estaría de más poner en marcha una campaña publicitaria más intensa, sobre todo destinada a los transportistas.
De la simple observación del tráfico desde los puentes que cruzan la doble vía y del testimonio de camioneros y empleados de estaciones de servicio cabe otra deducción: que los conductores que partían del sur -España y Portugal- hacia el norte estaban peor informados que quienes circulaban desde Europa a la Península. Sí, porque en la gasolinera de Briviesca -sentido Miranda- sus empleados detallaron sobre las 13 horas que cualquier sábado han repostado hasta ese instante unos 2.000 litros de combustible y ayer llevaban solamente 1.000. Lo que revela que en sentido norte el tráfico fue menos intenso, incluso, que antes del fin del peaje.
En dirección contraria sí se podía apreciar un tránsito de vehículos más denso, tanto de camiones como de turismos. Manuel, un chófer portugués que cada semana completa la ruta entre el país luso y el norte de Europa, no sabía que ayer entraba en vigor la gratuidad del tramo Miranda-Burgos, pero aseguró que en Pancorbo sí observó que «muchos compañeros se desviaban a la pista, muchos más que en fines de semana anteriores». Ignoraba a qué atribuirlo. Él sí había visto un luminoso de ‘autopista gratuita’, pero pensó que aludía solo al trayecto entre Miranda y Armiñón, que lo es desde hace años. «Por eso seguí por la carretera», explicaba a este periódico en el área de servicio de La Brújula.
El de Manuel no fue el único caso ni mucho menos, lo que demuestra que el empeño informativo ha de intensificarse, quizá no tanto en la cantidad de mensajes como en la calidad, es decir, que aporte más información al usuario y quizá con más antelación. En todo caso, era el primer día, y muchos camioneros tienen diseñadas sus rutas desde hace meses o años y ayer, quizá despistados, siguieron con su rutina.
camiones extranjeros. Lo cierto es que por la N-I circulaban ayer tráilers que la lógica dice que debían hacerlo por la doble vía, porque muchos de ellos eran camiones con matrícula extranjera que no completaban un itinerario con parada en los pueblos de la Bureba para descargar ni abandonaron la autopista para comer en la Brújula. No, porque muchos pasaron de largo por este enclave.
Los dos redactores que ayer completaron el primer viaje gratis por la AP-1 se entrevistaron con varios usuarios. Algunos estaban bien informados y cogieron la doble vía a sabiendas de que ya no había que pagar, cuando normalmente circulan por la carretera. A otros, que van por la autopista con frecuencia, les pilló por sorpresa no tener que abonar peaje, algo que agradecieron. Habrá que ver cómo evoluciona el tráfico en las próximas semanas, a fin de comprobar si la N-I se descongestiona y si la ya A-1 es capaz de absorber los vehículos que dejen la vía convencional.
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