Huyen de su casa de Castrojeriz tras hundirse la muralla que la soportaba

I.E.-J.M. / Burgos
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Un matrimonio y sus hijos salieron corriendo de su vivienda tras oír un fuerte estruendo pasadas las 12 de la noche de ayer. Su inmueble sufrió daños y en la panera deshabitada situada al lado se abrió un boquete en la fachada

Sus hijos pequeños llevaban acostados desde hacía tiempo. A las 0,15 horas de ayer Daría González y su marido, Justo Lara, se iban a dormir cuando un gran estruendo les hizo dar un bote en el sofá en el que descansaban. Pensaron que se trataba de un terremoto, porque la casa de Castrojeriz en la que viven hasta tembló. Ella se dirigió rápidamente a la ventana para ver qué había sucedido y vio con dificultad, porque una densa polvareda inundaba el ambiente, que la centenaria muralla en la que se asienta su vivienda había cedido. El inmueble en el que habitan resultó gravemente dañado, pero no tanto como la panera situada justo al lado, en cuya fachada se abrió un boquete que dejó a la vista buena parte el interior.

El suceso se produjo en el Paseo de la Puerta del Monte. Los moradores de la vivienda salieron corriendo con sus niños ante el riesgo de que toda la edificación se viniera abajo. Llamaron al servicio de emergencias 112 de Castilla y León, que movilizó a los bomberos voluntarios de la localidad. José Luis Muriel, su responsable, subraya que lo único que pudieron hacer es balizar la zona con el fin de que los vecinos no se acerquen.

¿Por qué se vino abajo la muralla? Los técnicos del Ayuntamiento «están analizando las causas», explicaba ayer la alcaldesa, Beatriz Francés, a la que el incidente la sorprendió lejos del pueblo. A falta de un informe oficial el propio Muriel y el concejal Sergio González (Cive), hermano de la dueña de la casa afectada, apuntan a la antigüedad del muro, en el que ya se apreciaba «una cierta panza». La regidora tampoco descarta que filtraciones de agua provocaran un corrimiento de tierras.

La propia muralla hace las veces de cimientos de las dos casas que ayer se vieron afectadas por el derrumbe. Y ayer a las 0,15 horas ‘dijo’ basta y cedió al peso de las edificaciones situadas sobre ella. Éstas habían sido reformadas hace pocas fechas en el contexto del ARI que ha desarrollado el municipio, pero tanto la alcaldesa como Sergio González advierten de que solo se modificaron fachadas y ventanas, las obras «no tocaron la estructura de las viviendas».

Respecto a la panera en la que  los ladrillos caravista cayeron a plomo originando un gran agujero, no está habitada. A simple vista y a falta de lo que establezca el arquitecto municipal, «tiene muchas posibilidades de acabar derruida». En relación a la otra, el concejal de Cive confía en que pueda quedar en pie, «siempre y cuando se refuerce la muralla en ese punto». De hecho, este muro centenario ha experimentado mejoras a lo largo de los años en otros sectores con el fin de concederle más consistencia. Está protegido por el Plan Especial del propio Ayuntamiento, si bien su reforma, al poseer el municipio normas urbanísticas propias, no ha de ser sometida al escrutinio de la Comisión Territorial de Patrimonio, según explica Beatriz Francés.

Según apuntan en el pueblo los dos inmuebles que han sufrido desperfectos llevan construidos cerca de 80 años, si bien en este tiempo se han llevado a cabo distintas obras para adecentarlos, las últimas las mencionadas en el marco del ARI de Castrojeriz.

El matrimonio que habita en la vivienda afectada se aloja ahora en la casa de unos familiares y desconocen cuándo podrán regresar, si bien tendrán que esperar al dictamen de los técnicos, que habrán de establecer si su morada ha sufrido daños estructurales irreversibles o no. En todo caso habrá que reforzar el muro.