El futuro laboral será senior

Mariona reus
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El número de trabajadores mayores de 50 años está subiendo y decrece el de menores de 25, lo que sumado a la incesante 'fuga de cerebros', obligará a retrasar la edad de jubilación

El futuro laboral será senior

Que el trabajo para toda la vida ya no existe y que nada dura para siempre ya lo sabíamos, y estos últimos años nos hemos acabado de convencer. Lo que algunos aún no entienden es que esta situación no es sólo temporal, producto de una terrible crisis, sino que, en conjunción con el irremediable envejecimiento de las plantillas, marcará el futuro del mercado laboral en España, por lo menos durante las próximas décadas. Varios estudios demográficos lo demuestran: el futuro es senior. 
Así, aumenta el número de personas de más de 50 años y decrece el de menos de 25. Según datos del INE, si se mantiene la tendencia actual, la población española seguirá envejeciendo hasta 2020. A todo ello, debemos sumar el descenso de la inmigración y la fuga de cerebros al extranjero, gente joven que se abre paso en otros países, además del buen estado de salud del que gozan los trabajadores más maduros, que se ven obligados a retrasar su edad de jubilación, más que por gusto por necesidad.
Recordemos que la generación del Babyboom, los trabajadores que ahora tienen entre 35 y 54 años, iniciarán su llegada a la edad de la jubilación a partir de la década de 2020, siendo ellos a quienes les tocará tirar del carro para sacar adelante a dos generaciones, la que les precede y la que les sigue. Tampoco hay que olvidar el progresivo retraso en la edad de maternidad ni el aumento de la esperanza de vida entre los mayores.
Silvia Forés, directora de Recursos Humanos de Bové Montero y Asociados y experta en materia de empleo, comenta que teniendo en cuenta este envejecimiento de plantillas, es imposible pensar que los modelos de empleo no se verán afectados. Además, con la crisis, las empresas ya han empezado a adaptarse, flexibilizando su organización mediante modelos que reduzcan el coste fijo de su estructura, a través de la contratación de trabajadores freelance o a tiempo parcial, o contratación de servicios de outsourcing para la realización de las actividades menos críticas de sus respectivos negocios. Esto ya es una realidad en profesiones como consultores, abogados, ingenieros, publicistas, contratados por proyectos, los cuales prestan sus servicios a varias empresas a la vez.
En su libro titulado Solo puede quedar uno. Diario de un proceso de selección, conoce de primera mano cómo han cambiado las necesidades en materia de contratación en los últimos años y cómo la crisis ha afectado especialmente al colectivo de mayores de 45-50 años. El éxito profesional no es reflejo de la consecución de un contrato indefinido, tal como se medía antiguamente. Se estima que el futuro de las organizaciones avanza hacía el modelo siguiente: 20% de plantilla a tiempo completo, 40% freelance o a tiempo parcial y el 40% restante outsourcing. 
«El problema es que no nos han educado para trabajar de esta forma, ni para emprender y nos estamos dando cuenta un poco tarde. Algo está cambiando y los asalariados serán responsables de anticiparse a ello desde sus puestos de trabajo actuales, demostrando habilidades de  polivalencia, generando contactos de valor en su respectivo sector, a la vez que labrándose una reputación y visibilidad profesional que puede serles de utilidad durante este incierto futuro profesional», comenta la barcelonesa, para luego añadir:«Se trata de forjarse un seguro, un patrimonio, un plan de pensiones profesional, en lugar de quedarse cómodamente agarrado a la silla controlando únicamente su parcela de conocimientos.  ¡Cuántas personas que ahora buscan empleo se lamentan por tener que empezar de cero, gestar oportunidades y recuperar contactos que descuidaron en su momento!». 
A su juicio, estamos ante un caso de clara corresponsabilidad: por un lado, las empresas y por otro, los empleados son responsables de asegurar su propia empleabilidad.
Otra opción que no es en absoluto descartable es el de los minijobs alemanes. Yes que no es difícil ver allí a una septuagenaria limpiando en la calle para poder incrementar su pensión. Quizás dentro de unos años en España se generalice esa figura.