El buen estado que presenta en la actualidad la Autovía Madrid-Burgos (A-1) a su paso por la provincia y especialmente por la comarca, tras los últimos proyectos de rectificación de algunas curvas y renovación del firme, hace que algunos conductores inconscientes se piensen que están disputando una prueba en un circuito de carreras en lugar de transitar por una carretera.

Es el caso de un súbdito francés, que responde a las iniciales R.B. y del que no ha trascendido su edad,  sorprendido el pasado domingo circulando a una velocidad de 230 kilómetros por hora por la A-1 a su paso por la comarca de la Ribera del Duero. Pero también de otro conductor -del que se desconocen sus datos de filiación- que fue cazado nueve segundos después en el mismo punto a 199 kilómetros por hora.

Tanto el conductor galo que circulaba en sentido Sur al volante de un Mercedes -del que por el momento se desconoce el modelo- como el otro infractor fueron sorprendidos al parecer por un radar móvil, si bien no se les pudo detener por parte de agentes del destacamento de Tráfico de Burgos hasta que, ya superado el puerto de Somosierra, en sus frenéticos viajes se adentraron en los límites territoriales de la provincia de Madrid y fueron interceptados por una Patrulla del Destacamento de Boceguillas (Segovia).

El primer detenido superaba en un 91,66% la velocidad máxima establecida con carácter genérico para esta vía, fijada en 120 km/h, por lo que se le imputa un delito contra la seguridad vial que puede conllevar la imposición incluso de penas de cárcel de tres a seis meses y la retirada del permiso de conducir de uno a cuatro años. Mientras, el conductor del segundo vehículo, que pasó por el punto de control nueve segundos más tarde, lo hizo a una velocidad de 199 kilómetros, lo que constituye una infracción muy grave con la consiguiente sanción administrativa (cuantía económica y retirada de puntos).

Quinto caso en el 2014 superando los 210 km/h. Se da la circunstancia de que el del conductor francés es, al menos, el quinto caso que se detecta en lo que va de año en las carreteras burgalesas de vehículos circulando por encima de los 210 km/h. El reprobable ‘récord’ lo tiene un hombre de 35 años, de iniciales A.T., que a comienzos de julio fue detenido por circular a 235 kilómetros por la Autovía de Castilla (A-62) a su paso por el término municipal de Los Balbases.

A finales del mes de enero era  sorprendido en la A-1, a su paso por la Ribera del Duero, un motorista que transitaba a 212 kilómetros por hora en el viaje inaugural desde Vizcaya a Madrid; y apenas una semana después era detenido un vecino de Bilbao de 42 años en un tramo ribereño de esta misma autovía circulando a 222 kilómetros con Ford Focus en sentido Madrid. Finalmente, a comienzos de febrero era detectado en la autopista de peaje AP-1 un alavés a bordo de una motocicleta que pasó por La Bureba a 211 km/h.