Larga vida al juego de bolos

A.C./ Quintanilla del Rebollar
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Óscar Ruiz emprendió hace cinco años la ardua tarea de recuperar la afición por los bolos • Su semilla comienza a germinar

Mis héroes de infancia eran los buenos jugadores de bolos». Así lo recuerda Óscar Ruiz Pereda, quien a sus 50 años de edad persigue sin descanso sacar al juego de bolos tres tablones de «la agonía» en que considera que está sumido. Este juego, originario de Las Merindades y del que hay referencias históricas escritas desde el año 1530, en que se cita en un documento de Valdivielso, salió del medio rural durante el gran éxodo de los años sesenta para extender su práctica por ciudades como Bilbao, Vitoria, Burgos o Madrid e incluso por países de Sudamérica. Sin embargo, esta expansión apenas ha conllevado un relevo generacional, como lamenta Ruiz, dado que los que emigraron apenas han trasmitido su saber, mientras que en la mayoría de los pueblos, el juego pasó de ser «el centro de la vida social» a prácticamente desaparecer. En algunos lugares, como el Valle de Mena, se ha perdido por completo.

Ese no fue el caso de Ruiz Pereda. «Mi padre -de Ahedo de las Pueblas- era un buen jugador y de pequeño lo he mamado». Su madre nació en Quintanilla del Rebollar, su ahora lugar de referencia en la Merindad de Sotoscueva. Óscar Ruiz, quien preside en Madrid el Club Bolera Merindades, lleva cinco años detrás de la organización de campeonatos en los que tengan cabida los niños, las mujeres, los mayores y todo aquel que quiera practicar con los bolos. Se ha prestado a dar clases en donde se lo han solicitado y ahora ve los frutos en varias localidades donde se sigue jugando.

El próximo día 12, en Quintanilla del Rebollar también estará dispuesto a trasmitir su sabiduría con los bolos a quien lo desee durante el Campeonato ‘Solo puede vencer uno’. En este caso, Ruiz pondrá en práctica el sistema que busca que los más inexpertos aprendan de los jugadores veteranos tirando todos juntos y no por grupos de edad o categoría. De este modo, los pequeños podrán ver a los mayores. Su objetivo es «prender la mecha» y lograr que la afición prevalezca.

La web www.bolos3tablones.com ofrece toda la información sobre los campeonatos infantiles que Ruiz Pereda, siempre con el apoyo de los vecinos, ha ido logrando instaurar hasta en ocho localidades de la Merindad de Sotoscueva. Asimismo, está detrás del Campeonato Histórico de Bolos y Pasabolo que se celebrará en Riaño, Valle de Valdebezana, este martes. En este caso, unos jóvenes de la localidad interesados por recuperar los bolos han apoyado la iniciativa, en la que se tratará de recuperar la manera antigua del jugar en el siglo XIX.

El hecho de no encontrar a nadie con quien echar unos bolos durante los meses de julio y agosto, en que Ruiz Pereda siempre regresa a Quintanilla del Rebollar, fue el detonante de su pequeña cruzada en busca de la revitalización de este juego tradicional. Lograr que se introdujera en los centros de enseñanza sería una de las principales alegrías para este jugador, que incluso considera que los bolos tres tablones se merecen la denominación de Bien de Interés Cultural Inmaterial, una distinción que el Gobierno de Cantabria aprobó el pasado mes de febrero para sus cuatro modalidades: bolo palma, pasabolo tablón, pasabolo losa y bolo pasiego. En ello creee que se deberían implicar instituciones como la Diputación o la Junta de Castilla y León.

Óscar Ruiz, un divulgador incansable de los bolos tres tablones, quiere conservar esta herencia de generaciones y generaciones e incluso la página web bolos3tablones trata de mantener vivos los recuerdos de los jugadores más veteranos. En ellos encuentra un aliado y, a veces, un jugador que mira de reojo sus intenciones de tratar de reducir el tamaño de los bolos a los niños y niñas y mujeres para facilitar el juego a todos. «Busco más la puntería que la fuerza. No se trata de que gane el más fuerte», relata.

La tradición está ahí. Pero entre los jugadores federados de bolos tres tablones, solo unos pocos tienen menos de 50 años. «Hay veces que el deporte machaca el juego y eso fue un poco lo que nos pasó a partir de los años setenta». Ahora Ruiz busca, sobre todo, recuperar el juego y para ello confía en las nuevas generaciones.