Un sol radiante propició que, pese a la gélida mañana, cientos de arandinos se acercaran ayer  hasta la ermita de San Antón para cumplir con la arraigada tradición y asistir a la popular celebración del patrón de los animales.

La fiesta reunió este año un muestrario de mascotas algo más reducido que en las últimas ediciones, con los perros como grandes protagonistas de una colorista cita que, por momentos, parecía un desfile de moda canina. También hubo representación felina,   pudieron verse dos tortugas y una cabritilla de tan solo 17 días hizo las delicias de los más pequeños, hasta que hicieron su aparición tres ponys que captaron  toda su atención y finalmente se sumó al evento la burra Macarena.

La modesta ermita situada junto al humilladero volvió a quedarse pequeña a la hora de oficiar la misa, tras la que tuvo lugar  la procesión alrededor del templo  para, antes de retornar la imagen del santo al interior, proceder a la bendición de los animales.

Y es como es habitual desde tiempos inmemoriales acto seguido tuvo lugar, con una enorme expectación, el sorteo de tres cerdos por parte de la cofradía. Este año sin la incompresible presión que han venido ejerciendo los grupos ecologistas en las dos ediciones precedentes  -el premio en realidad son los cochinos en canal o su valor- y aún caliente la moción de apoyo aprobada por la corporación municipal y que, por cierto, ayuda de manera determinante a que se agotaran las papeletas.

 El párroco de Santa María, José Luis Gutiérrez, la alcaldesa, Raquel González, y la concejala socialista Ana María Lozano fueron las manos inocentes encargadas de accionar las ruletas que arrojaron como números ganadores el 0261, el 5.737 y el 6.138.