Repunta la población inmigrante después de tres años de descensos

J.C.O. / Aranda
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A comienzos de año los extranjeros residentes en la capital ribereña ascendían a 3.399, a los que hay que sumar los 1.133 individuos nacidos fuera de nuestro país nacionalizados españoles

La evolución demográfica del año 2015 ha frenado en seco la drástica caída de la población inmigrante en la capital ribereña que se había venido produciendo durante tres años consecutivos y ha devuelto las cifras a la senda del crecimiento iniciado en el año 2000.

Según datos facilitados por la Comisión Arciprestal de Pastoral con Inmigrantes, que maneja fuentes el INE y del Ayuntamiento, a comienzos de este mes de enero  la población extranjera empadronada en la ciudad ascendía a 3.399 personas (1.682 hombres y 1.717 mujeres), lo que representa un incremento del 1,95% en relación al ejercicio anterior. Este repunte de 65 extranjeros ha posibilitado precisamente que el balance demográfico general haya sido  positivo ya que cuenta oficialmente con 33.203 habitantes, 38 más que hace un año o lo que es lo mismo una leve subida del 0,11%.

En estos momentos los nacidos fuera de nuestra frontera representan el 10,2% de la población en general, lo que supone una décima más que hace justo un año  pero 1,3 puntos porcentuales por debajo del techo alcanzado en 2012 cuando suponían el 11,6% y sumaban 3.831 individuos. En cualquier caso hay que tener en cuenta que dentro de esa estadística no constan los originarios de otros países que ya tienen reconocida la nacionalidad española, y que, según el dato facilitado por primera vez por el Consistorio, suman 1.133 personas.

Europeos

A la hora de analizar los flujos migratorios uno de los datos que llaman la atención es que el crecimiento de la población extranjera se ha producido capitalizando ciudadanos europeos, que son los únicos que se han incrementado y que suponen ya más de uno de cada dos extranjeros empadronados en la capital ribereña. De nuestro propio continente proceden un total de 1.752 extranjeros, 105 más que el año anterior, mientras que en el reparto de la tarta han perdido sendos puntos porcentuales América, África y el bloque Asia-Oceanía que con 918, 610 y 119 personas respresentan respectivamente el 27%, el 18% y el 3%.

También cabe destacar que continua ampliándose el abanico de nacionalidades y se elevan ya a a 68 los países de origen de los vecinos de la capital ribereña.

Los búlgaros, con 707 individuos, 28 más que en enero de 2015, constituyen la colonia más numerosa, seguida muy de cerca de los rumanos que han desplazado a 691 compatriotas, lo que supone 69 más que hace un año. Se da la circunstancia de que a estas dos nacionalidades únicamente se añade Honduras dentro del reducido club de las que han incrementado significativamente sus representantes ya que el número de brasiñelos y portugueses solo ha crecido en uno y dos individuos, respectivamente.

En estos últimos ejercicios se apuntaba como causas  del descenso de los residentes foráneos a un creciente número de inmigrantes que adquieren la nacionalidad española, entre los que destacan los marroquíes cuando anteriormente eran los latinoamericanos, a una mayor movilidad interprovincilal e incluso intereuropea y al retorno a sus países de orige. A la hora de buscar una explicación al repunte registrado José Luis Lastra, de la Mesa Diocesana de Pastoral con Inmigrantes, cree que podría obedecer a que haya algo más de oferta de  trabajo en la agricultura o quizás a la vuelta de gente que regresó inicialmente a sus países de origen   «porque la población que ha credido es la comunitaria y la ley de libre circulación facilita estos flujos».

Por contra siguen bajando considerablemente el contingente de  vecinos de América Latina, de nacionalidades como Colombia, Ecaudor o República Dominicana, «unos -apunta Lastra- porque se van y otros porque se hacen españoles y  desaparecen de la lista de extranjeros».