Que la prórroga estival no les lleve a engaño. Pronto, muy pronto, se manifestará la larga sombra del invierno burgalés, que tiene por costumbre comerse la mitad del otoño y la práctica totalidad de la primavera. Aquí nieva. Sí, el último año únicamente hubo un par de avisos en febrero, pero lo habitual es que la capital no se libre de uno o dos temporales serios por año. Además, no resulta fácil saber cuándo ocurrirá. Puede ser a comienzos de noviembre, pero también en abril.
Así que el margen para revisar, actualizar y garantizar el Plan de Emergencias en lo que afecta a la nieve no es muy amplio. El año pasado se supone que eso se hizo a mediados de noviembre. El día 18, para ser exactos, el área de Emergencias, que en lo que afecta a este negociado es responsabilidad de Protección Civil, respondía a una información publicada por este periódico en la que se indicaba que había empresas privadas del sector de la construcción y el movimiento de tierras muy molestas con el Ayuntamiento, y que se negarían a participar de las labores de limpieza ante el supuesto de un temporal.
La reacción fue remitir una nota pública en la que se hacía referencia a un operativo enorme, perfectamente calibrado y acordado con empresas que... En la mayoría de los casos ya no existían porque la crisis las fagocitó. El asunto se remendó de urgencia con otro comunicado en el que en cuestión de horas habían cambiado de nombre más de la mitad de las empresas, sustituyendo algunas que limpiaban polígonos y barrios enteros (como Excavaciones Saiz) por autónomos con un par de máquinas. En esa ocasión, se decía, literalmente, que «el Ayuntamiento tiene preparado el operativo de nevadas con todos sus efectivos contratados desde el comienzo del otoño para prevenir el riesgo».
Eso no cuadra con el decreto firmado a fecha 4 de septiembre de 2014. En él se señala la necesidad de firmar esos acuerdos para poder pagar a las empresas 240 euros por máquina en concepto de disponibilidad. Según recoge el texto, es «la técnico de Protección Civil» quien «emite informe con fecha 25 de julio de 2014» poniendo de manifiesto que esos contratos no están firmados y que debe hacerse para poder pagar la disponibilidad, que asciende a 11.616 euros. Por tanto. Nunca estuvieron ratificados.
El invierno pasado apenas nevó y no fue necesario el concurso de la iniciativa privada para limpiar las calles, pero sí hubo empresas que advirtieron que no saldrían a limpiar sin contrato mediante. El riesgo era que, tal y como estaba el patio, hicieran buena su advertencia. Entonces el Ayuntamiento, como ahora se comprueba, no tendría absolutamente nada a lo que agarrarse para obligar a que la maquinaria privada saliera a limpiar las calles, o al menos no por la vía mercantil. Esos contratos serán ahora válidos para la temporada 2013-2014.