El plácet al presupuesto marca el inicio de otro reajuste del tripartito

N.L.V / Aranda
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La regionalista Elia Salinero podría asumir de forma inmediata la Concejalía de Hacienda, relevando al popular Ángel Calvo, cumpliéndose lo acordado para resolver la última crisis

El todavía edil de Hacienda, Ángel Calvo (d), interviene mientras su sustituta, Elia Salinero (detrás) repasa sus notas. - Foto: diariodeburgos.es

Solventado el trámite de aprobar cuando se media ya octubre el presupuesto que, supuestamente, regirá los destinos económicos municipales del actual ejercicio, el principal aliciente del pleno extraordinario celebrado ayer por la Corporación arandina estribó en conocer cuándo se llevará a cabo la tercera remodelación, en su escaso medio año de existencia, del equipo de gobierno de la capital ribereña. Aunque al tema se aludió en varias ocasiones durante la sesión, e incluso el edil socialista, Eusebio Martín, interrogó directamente a la alcaldesa sobre las razones de un reajuste que llega, precisamente, cuando se sacan adelante los presupuestos, el mutismo fue la nota dominante.

Sin embargo, todo apunta a que con carácter inmediato, entendiendo como tal la próxima semana, la regionalista Elia Salinero asumirá Hacienda, relevando en ese cargo al popular Ángel Calvo, principal víctima de la enésima crisis interna del Ejecutivo que encabeza Raquel González, y que se encuentra a la espera de nuevas responsabilidades, habiéndosele ofrecido entre otras áreas Deportes. De hecho, según ha podido saber DB la edil del PCAL habría empezado ya a trabajar en la elaboración del presupuesto de 2013.

Pero antes que al de 2013, hubo que dar salida a las cuentas de 2012, que se elevan por encima de los 27 millones de euros. En este caso, quedó en evidencia que una de las razones para constituir el tripartito era sacar adelante el presupuesto y PP, PCAL y CCD, votaron a una el documento. Únicamente, a modo de leve reconocimiento de culpa, tanto Salinero como el edil de CCD, Alfonso Sanz, los dedicaron calificativos como «extemporáneos»,  «mejorables» o «no operativos», pero justificaron su respaldo por la necesidad de dejar de funcionar con los de 2006.

El ya citado Ángel Calvo, por el contrario, insistió en considerarlos «responsables y realistas», que cubren las necesidades de los arandinos y sientan las bases del presupuesto de 2013. Todo ello, sin aumentar el endeudamiento, sino gastando únicamente el dinero que se ingresa. En este sentido, volvió a justificar la tardanza en presentarlos en la demora en conocer las transferencias de otras administraciones.

Frente a estos planteamientos, desde los bancos de la oposición, PSOE, IU y UPyD criticaron duramente una previsión de gasto que consideraron que es más una liquidación del ejercicio actual, puesto que a apenas dos meses y medio de que acabe, ya  se han llevado a cabo prácticamente todos los desembolsos. «Más que un presupuesto es un post-supuesto», señaló gráficamente Martín.

CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN. El desmedido incremento del gasto corriente, especialmente el destinado a servicios externalizados, que a juicio del portavoz de UPyD, Javier Ávila, de seguirse a este ritmo en un tres o cinco años no podrá cubrirse, y en contra del cual, Máximo Pastor, de IU, volvió a defender la creación de una empresa municipal de servicios ocupó buiena parte de la argumentación contraria. De la misma manera, también se aludió a la exigua partida para inversiones, solo 1,2 millones, el engorde injustificado de algunas partidas, como los ingresos por el Impuesto de Construcciones, la inclusión del gasto en horas extra, las malas maneras con que se han tramitado, entregándolos antes de las fiestas patronales y convocando de forma intempestiva dos comisiones para su debate, o la nula voluntad del equipo de gobierno en incorporar propuestas de la oposición a un documento que, a su juicio, será recurrido en base a varias irregularidades, fueron otros de los comportamientos censurados. Sin embargo, no sirvió para nada y el voto en contra de PSOEe IU y la abstención de UPyD se encontraron con el muro tripartito que se demostró suficiente por sí mismo para aprobar el presupuesto.