Que Mercadona no es una empresa más, queda claro por las cifras que ofrece y también por la filosofía que transmite su presidente, Juan Roig, basada en la satisfacción del cliente -«el jefe» como él le llama-, el bienestar del trabajador bien pagado y muy productivo y la sostenibilidad del proveedor. Esa es su fórmula para lograr beneficios y, a juzgar por los resultados, parece que le funciona. 

De hecho, la compañía ganó 543 millones en 2014, lo que supone un aumento del 5% respecto al año anterior. También subieron sus ventas el 2%, hasta los 20.161 millones lo que, según dijo Roig, les hace estar «muy satisfechos» con el balance del año.

El empresario presentó los resultados de 2014 repasando los principales datos de la sociedad, una de las mayores de España en empleados, 74.000, y en establecimientos, 1525 tiendas abiertas al público. El precio medio del «carro de la compra», cayó un 2% el año pasado, afirmó el presidente. 

El máximo dirigente de la empresa de alimentación presume continuamente de que su firma genera más riqueza y contribuye a su desarrollo. Y no solo por el empleo directo, el ejecutivo destacó que la cadena compra el 85% de sus productos en España y solo en el ejercicio pasado invirtió 655 millones entre nuevas aperturas con un total de 60 supermercados, la reforma de 30 tiendas, la construcción de un nuevo centro logístico y la puesta en marcha del centro informático de tratamiento de los datos. 

Además, Mercadona pagó 850 millones de euros en 2014 en impuestos, de los que 312 fueron en concepto de Impuesto de Sociedades y 534 en Seguridad Social de sus trabajadores. No es habitual escuchar a un empresario decir que está «orgulloso» de pagar a Hacienda porque eso, explicó Roig, «indica que ganamos dinero» y, además, contribuimos «a hacer carreteras». 

El propietario del grupo destacó, además, la riqueza indirecta que genera la corporación con sus 2.000 proveedores y 120 interproveedores, que son los que fabrican la marca blanca de los productos que se venden en sus supermercados, que dan empleo a 1.500 personas más. Todos ellos, destacó el presidente, invirtieron 500 millones de euros en 2014 con el fin de «crear industria en España».Los interproveedores de Mercadona invirtieron al menos 34 millones de euros en sus factorías en Castilla y León durante 2014. En concreto, Grupo Siro desembolsó 30,8 millones de euros en sus plantas en Palencia, Zamora, Valladolid, Burgos y Segovia; Ibersnacks, dos millones en Medina del Campo (Valladolid); y Audens Food, 0,9 millones en Roales del Pan (Zamora). 

Dentro de esa manera diferente de concebir una compañía, Roig aseguró que tratan de «compartir el éxito». En esta línea, explicó que el beneficio bruto de la empresa en 2014 ascendió a 1.118 millones de euros de los que el 25% (236 millones) se repartieron en primas para sus trabajadores, otro 25% más «se compartió con la sociedad» en forma de impuestos, y el 50% son los beneficios netos. De estos, remarcó, el 40% se reinvirtieron en la propia estructura corporativa y el 10% restante se destinará a repartir dividendos entre los accionistas, tal y como decidió el pasado miércoles el Consejo de Administración.  

Juan Roig presumió de su política de personal, aseverando que «tratar muy bien a las personas» y pagarles salarios altos, es su receta. Así, según los datos que ofreció, el 90% de la plantilla cobra 1.420 euros netos al mes, más dos «primas» equivalentes a dos mensualidades más siempre que los trabajadores permanezcan tres años en la compañía. 

 

PRODUCTIVIDAD. A cambio, Mercadona exige «una altísima productividad» a un equipo humano que «se sacrifica y trabaja mucho», dijo Roig. Por eso, argumentó, su empresa no cree en la «moderación salarial» sino que, por el contrario, se trata de buscar una «alta productividad y grandes sueldos». 

En 2014 el número de empleados se mantuvo estable en 74.000 personas, y para este ejercicio no hay previsto tampoco un aumento del personal. Eso sí, según apostilló el presidente, la corporación apuesta siempre por la promoción interna y la formación, en la que el último año invirtió 37 millones o, lo que es lo mismo, 500 euros por empleado. 

A pesar de estas cifras el grupo de alimentación de capital 100% español considera que aún tiene un «70% de margen de mejora», según explicó Roig. Quieren seguir creciendo en el mercado nacional y para este año tiene previstas 60 nuevas aperturas de supermercados, con lo que esperan aumentar las ventas el 3%, un 1% los beneficios y bajar los precios también el 1% de media.