Las batas blancas de la risa

Angélica González / Burgos
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El grupo de payasos de hospital Terapiclowns cumple 6 años de actividad ininterrumpida tanto con personas con enfermedad mental en el Hospital Fuente Bermeja como con niños, primero en el Yagüe y ahora en el HUBU

Imagen de una actuación de Terapiclowns en 2013 con motivo del aniversario de Apacid. - Foto: Luis López Araico

Todo el mundo ha sentido en alguna ocasión el beneficio físico que provoca estar un buen rato ‘echando risas’. Parece que los nervios desaparecen y son sustituidos por un placentero bienestar y una importante relajación. Se trata de percepciones muy subjetivas que  la ciencia está empezando a confirmar. Hace seis años cuando arrancaba en Burgos el trabajo de un grupo de payasos de hospital se estaba lejos de pensar que su actividad realmente era tan eficaz como parecía. «Vimos que esto no se había hecho nunca aquí y que hacía mucha falta abrir el hospital a otras maneras de entender la estancia, la curación y el abordaje de una atención más integral a los pacientes», explica la coordinadora de Terapiclowns, Alicia Benito Román, a propósito de qué fue lo que les movió a traer tan singular actividad a Burgos.

Año y medio antes, un grupo de actores interesados en la adaptación del arte del clown al medio hospitalario habían participado en la iniciativa de Caja de Burgos ‘Factoría del Talento’ que premiaba ideas culturales novedosas y una de ellas fue la suya. A partir de ahí se forman en la materia y se inicia «un proceso muy largo, muy largo, muy largo de negociación con el hospital». Y es que no se trataba de ir a actuar al salón de actos en Navidad sino de intervenir con los pacientes, formar parte del personal, hablar con los médicos y hacer un seguimiento del trabajo: «Era poner al payaso en un lugar en el que no está normalmente, que pudiera entrar en las habitaciones, que siguiera las mismas normas de higiene que el personal... Existe toda una filosofía de trabajo, los payasos de hospital están específicamente formados para  actuar en ese entorno».

El primer «gran recibimiento» que obtuvieron en el Yagüe, como lo denomina Alicia Benito, fue el de Isabel Zapatero, actualmente supervisora de Enfermería de escolares y Cirugía Pediátrica, que ahora es la presidenta de la Asociación Terapiclowns. La otra referencia fundamental para estos payasos de hospital fue el jefe del servicio de Psiquiatría,Jesús de la Gándara, «que tiene una gran sensibilidad para el arte», quien se interesó por el proyecto y entendió que encajaría perfectamente en el programa del Centro de Rehabilitación Psicosocial del Hospital Fuente Bermeja: «Nos pidió que preparáramos un proyecto para personas con enfermedad mental y fue el espaldarazo para acceder al Hospital General Yagüe».

El balance de estos seis años no puede ser mejor, dice la coordinadora «porque el proyecto ya tiene vida propia». En la actualidad son cinco los payasos de hospital e intervienen semanalmente en el área pediátrica del Hospital Universitario de Burgos y siguen en Fuente Bermeja, donde han impulsado un grupo de teatro entre los pacientes. «Nuestra intervención con niños es la clásica del payaso de hospital, el personaje de ficción que conecta con el crío; con los adultos cambia porque olvidamos la fantasía, la capacidad de reírnos, de creer en cosas y con las personas con enfermedad mental grave el principal problema es el ostracismo, que se encierran en sí mismos. Por eso, con ellos lo que hacemos es talleres donde les enseñamos a hacer reír a otros: reconocemos que es difícil motivarles pero lo que nos han devuelto a nosotros es increíble».