La admiración y respeto que Espinosa de los Monteros siente hacia la Guardia Real y  la compañía de Monteros, perteneciente a su Grupo de Honores, han sido esta tarde más poderosos incluso que la afición por la selección española que debutaba en el Mundial. Ya había comenzado la disputa con Portugal, pero  centenares de espinosiegos aplaudían y lanzaban vitores a los más de 50 monteros que han desfilado al término de los actos celebrados en la villa.
Una vez más, los Monteros han demostrado su apego a esta localidad y a la tradición que les une desde que en el año 1006, en los albores de Castilla, el montero Sancho Espinosa Peláez advirtió al Conde Sancho García de la traición que urdía el rey árabe, Mahomad Almohadio. Tan estrecho es el vínculo que el capitán de la compañía, Emilio José Arias, ha asegurado que el nombramiento de hijos adoptivos entregado a 88 monteros y que en su nombre ha recogido el montero más veterano, el cabo mayor José Manuel Fernández-Gay, supone «un honor de incalculable valor». «Desde hoy, quienes nos hemos convertido en hijos adoptivos de Espinosa nos comprometemos a presumir de vuestra villa», ha añadido el capitán orgulloso de «tener la suerte de contar con una historia  avalada por diez siglos de servicio a la Corona y de ser probablemente el más antiguo servicio de Guardia Real de Europa», pero también «la enorme fortuna de saber que aquí tenemos un hogar donde acudir».

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