Las bajas laborales caen un 25% pero duran 7 días más que en 2007

J.M. / Burgos
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El desempleo, el temor a perder el puesto de trabajo y el decreto de 2012 que reduce la remuneración de los empleados públicos durante las ausencias explican el descenso

El paro, el temor a perder el puesto de trabajo y el real decreto aprobado por el Gobierno en el verano de 2012 para tocar el bolsillo de los empleados públicos cuando una enfermedad común los tiene apartados de su puesto de trabajo son las principales causas por las que el número de bajas laborales en la provincia de Burgos, según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, han bajado un 24,7% desde 2007. La estadística de noviembre (la última disponible) muestra como en ese mes había 2.588 personas en esta situación. Hace 7 años la cifra era sensiblemente mayor, 3.433.

La estadística del Ministerio de Empleo muestra una fotografía fija en el que no se ofrece el número total de bajas acumuladas a lo largo del año, sino que se fija en un momento puntual. Lo que sí  refleja es el periodo medio de las ausencias al trabajo por contingencias comunes (gripe, catarro, lumbalgia...) al enseñar que mientras en 2007 se situaban en los 30 días, ahora escalan hasta los 37. Es decir, 7 más.

La razón que puede explicar este aumento se encuentra en que muchos de los empleados que antes cogían bajas efímeras, ahora hacen un esfuerzo mayor por acudir a su puesto de trabajo. Es decir, que la estadística alarga la media porque lo que mantienen, que no se pueden evitar, son los casos más graves.

El secretario provincial de UGT, Roberto Gómez, critica «la presión» que se ejerce sobre los médicos de familia para firmar una baja en casos que pueden «interpretarse o parecer sospechosos. Casi hay que ir con el termómetro», apunta matizando el respeto a los profesionales de la sanidad.

El dirigente sindical apunta al «miedo a perder el empleo» como la principal causa de la disminución de las bajas y que muchos de ellos acuden a su puesto de trabajo en unas condiciones en las que lo aconsejable sería que se quedaran en casa. Añade que si a veces hay problemas con las enfermedades físicas, las psíquicas, que define como «invisibles», es aún mayor.

También ha influido el hecho de que el Gobierno decidiera, salvando algunos matices en función del tipo de enfermedades, que los empleados públicos solo cobren en los 3 primeros días de baja el 50% de lo que les correspondería si estuvieran trabajando; un 75% entre los días 4 y 20 de ausencia en el trabajo y el 100% solo a partir del vigesimoprimero.

La reducción de las bajas también ha tenido un efecto directo en el gasto ya que los datos de la Seguridad Social detallan que mientras en el año 2009 ascendió a casi 25 millones de euros, en 2013 la cifra se ha reducido hasta cerca de 18.