"Van a desmontar una industria única"

Á.M.
-

Carlos Gallo, alcalde de Sargentes, ya ha recibido la primera notificación de la Compañía Petrolífera de Sedano anunciando el desmantelamiento de las instalaciones

"Van a desmontar una industria única" - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Nació en Moradillo del Castillo, uno de los seis pueblos pertenecientes al Ayuntamiento de Sargentes de la Lora, que preside desde 2015. Conoce el geoparque de Las Loras y el valle del Rudrón como los chavales de la ciudad conocen las esquinas de su barrio. Por eso sufre. La orden de cierre definitivo del campo de explotación petrolífero le ha robado el sueño y llena su discurso de preguntas sin respuesta. Más allá del daño económico para su tierra, le escama la pérdida de un recurso turístico, científico y educativo único en España. Y por eso no se rinde. En la semana en la que el debate sobre el ‘no futuro’ de La Lora llegó al Senado, entrevistamos a uno de los alcaldes de la provincia que no echará de menos el 2018.

Después de lo escuchado en el Senado, parece que ahora nadie es responsable del cierre...

El responsable es el que lo ordena. Lo mismo que se han pronunciado a favor de cerrarlo podrían haber sido los pioneros para mantenerlo abierto y más cuando el borrador para sacar la explotación a licitación pública ya estaba preparado.

En el PSOE dicen que el anterior gobierno tuvo un año y medio para volver a licitar los yacimientos y no lo hizo.

Eso no es cierto. Desde el 1 de marzo de 2017, y con una empresa que quería seguir trabajando, se abre un periodo de investigación y revisión de las instalaciones. En julio se hizo una auditoría externa y en los boletines se ve cómo fecha a fecha se han ido produciendo reuniones. Hasta diciembre, que es cuando se produce el primer desmantelamiento para retirar los elementos que se consideran obsoletos. Estuvimos hablando con el subdelegado del Gobierno para pedir que se acelerara el proceso porque se había cumplido con ese desmantelamiento de seguridad. La empresa reenganchó del ERTE a algunos empleados y ejecutó las obras en un mes. En enero, la Subdelegación avisa de que ese trabajo ya se ha hecho y poco después se hicieron los primeros anuncios. En junio ya estaba preparado el borrador, pero se produjo el cambio de Gobierno, el Ministerio pasó a llamarse de Transición Ecológica y al final se ordenó eliminar el campo de petróleo.

¿Han recibido alguna explicación de por qué se ha tomado esta decisión?

Ninguna. Llegar nosotros al Ministerio... Y visto lo que decían, pensé que estaba perdido. He hablado con algún diputado del PSOE y he expuesto que esto es un patrimonio industrial de la provincia de Burgos, que es único en España y generador de empleo, pero ha dado igual. Después leí la postura de Esther Peña (secretaria provincial del PSOE y parlamentaria nacional) y, bueno, imagino que tiene que cumplir con el Partido y ya está.

 La que se montó en la Diputación tampoco fue pequeña, por cierto.

Vaya tela. Me río por no llorar. Tuve que salir en defensa del trabajo que se había hecho durante este año; ha habido muchos movimientos por parte de la Diputación. Pero ahora te encuentras desolado. Ellos (el Gobierno) dicen que no hay solución porque esto es una ‘transición’. Yo no lo entiendo, ¿o es que el petróleo va a desaparecer de la noche a la mañana? Es una materia prima fundamental para todo lo que hacemos.

Hablan de un proceso de ‘descarbonización’, pero al tiempo defienden con vehemencia las explotaciones de carbón en otras provincias de la comunidad. Ahí sí hay cierta paradoja.

Sí, he oído eso de la ‘descarbonización’, pero mezclan cosas  que no tiene nada que ver. Este mismo lunes vi un programa en televisión en el que salíamos el carbón y nosotros en el mismo contexto, y me sorprendió mucho. Las empresas de cabrón decían que el uno de enero se van a quedar en la calle pero España va a seguir consumiendo carbón, pero trayéndolo de Europa. Y acto seguido sale el petróleo. El carbón es un mero combustible, el petróleo es una materia prima que tiene miles de aplicaciones.

¿Qué dice la empresa? ¿Cuál es la última hora que le han dado?

Que quieren empezar ya a desmontar todo. Llevo un disgusto enorme desde ayer (por el miércoles), cuando recibí el correo electrónico. Hablan de desmontar una industria única en este país y creo que deberían venir con un proyecto, un planteamiento cultural para que quede mella de lo que ha habido ahí y una alternativa. Nadie nos plantea nada y estamos desesperados. La Diputación y la Junta sí nos dan su apoyo, pero... El primer golpe fue en marzo, cuando la empresa despidió a los trabajadores. Chavales con cuarenta años que en lo único en lo que han trabajado ha sido en el petróleo y que se ven sin alternativa, padres de familia a los que han mandado a casa.

La compañía despidió tan pronto como pudo...

Sí. Los tuvo un año (en ERTE) y, al ver que no había salido el concurso, despidió. Pero ellos conocían por qué se estaba tardando.

Y ahora se quieren llevar el material, hacer desaparecer el rastro de lo que ha habido.

Sí. Quieren dejar las plataformas para que se haga el desmantelamiento: sellar los pozos, retirar a vertederos los materiales... Me dicen: quitamos los caballitos, vendemos el material y ya te presentaremos un proyecto para ir quitando el resto. Esto es irrisorio. Ya contesté advirtiendo que hay un Ayuntamiento que tiene que conceder unas licencias, algo para lo que llevamos tiempo preparando a un técnico. (En este momento abre el email que recibió y lee, textualmente, que la empresa prevé de forma inminente «la venta de materiales móviles o herramientas»). La empresa (Compañía Petrolífera de Sedano) ya nos denunció. Decía que los terrenos eran suyos con un expediente de dominio. Se gastan un dineral en despedir a los trabajadores y el triple en hacer un expediente de dominio que no fue a ninguna parte. Es increíble.

Supongo que ustedes pretenderán salvar, al menos, dos o tres pozos con fines turísticos y científicos.

Lo suyo es que en cada uno de los 53 pozos quede marcado el año de perforación, el de desmantelamiento, la situación en la que está y la profundidad a la que se ha trabajado. Sería un paseo distinto por la paramera de La Lora.

¿Van a pedir a la Junta que se proclame Bien de Interés Cultural (BIC) al menos el pozo número uno?

Sí, por supuesto. El delegado territorial de la Junta está informado porque da la sensación de que la empresa va a venir aquí con un soplete y no va a dejar títere con cabeza.

Se supone que en La Lora se podrían extraer otros 100 millones de barriles...

Sé que queda el 84% de lo que hay, pero sólo se puede sacar otro 20%, no más. Se han barajado muchas hipótesis de lo que se podría hacer ahí. El gasoducto que trae el gas de La Gaviota (almacenamiento en la costa vasca) pasa por ahí, así que no es descabellado pensar en un almacenamiento de gas ahí, que daría riqueza y empleo a la zona. El fracking, por ejemplo, está desestimado.

¿Ha asumido ya que el punto de no retorno se ha rebasado?

Con esta empresa, sí. A futuro no descarto que el desmantelamiento se frene porque hay empresas interesadas en el petróleo. Hubo una empresa de Zaragoza que nos contactó para crear un almacén de CO2, para inyectarlo en los pozos, pero vinculado a una explotación. Posibilidades hay un montón, pero ahora estamos en el peor momento. No hay noche que me eche en la cama sin haber recibido un golpe. Ha sido un año bárbaro.

Todo esto ya se está notando en la comarca...

Se notó ya el invierno pasado, que además fue de nevadas. Antes había media docena de chavales que subían de Cantabria a trabajar. Si había nevado, subían con la quitanieves hasta el campo, y así el que quería salir de Sargentes ya podía salir. Este año cayó la primera nevada a finales de octubre y a las siete y media de la mañana ya me estaban llamando para decirme que había 15 centímetros de nieve en la carretera y Diputación hasta la una del mediodía no pasa. Fui a hablar con la Diputación para tratar de arreglarlo, porque si hay que evacuar a un enfermo en esas condiciones...

Al cierre de los campos se suma toda la problemática que acecha al mundo rural: falta de atención primaria, envejecimiento, despoblación...

Sí. Este año también nos han quitado un médico en la zona, otra para sumar al 2018. No es quitar un médico porque hay pocas cartillas: deben entender que la comarca es enorme, que dos médicos tienen que cubrir el Valle de Zamanzas, Los Altos, Sedano, Tubilla, Sargentes... Hablas de 40 ó 50 pueblos que tienen población. Mucha o poca, pero la hay. Como dice la médico, ‘si pasa algo aquí y estoy en la otra punta, cuando quiera llegar ya es tarde’. Es dramático. En 2001 el médico vivía en Sargentes (ahora pasa los miércoles). En 17 años no se puede ir todo al garete como se ha ido.

¿Les quedan niños?

Hay dos niñas en Sargentes. La mayor ya está en secundaria y tiene que ir todos los días en autobús a Burgos, y la pequeña va a Escalada, donde van 17 niños de toda la comarca.

¿El reconocimiento del Geoparque por parte de la Unesco puede cambiar las cosas?

Hablo mucho con las personas que han luchado por la proclamación y llevaban 18 años trabajando en el proyecto. Son 1.000 kilómetros cuadrados de territorio y creo que es importante que en cada actividad que hagamos sepamos que estamos en el Geoparque, porque el sello de la Unesco nos hace diferentes al resto. Para los promotores, el campo de petróleo es una escuela.

¿Cómo va su proyecto para pedir auxilio a las universidades?

La idea es hacer un llamamiento a las que imparte estudios de minas para que paren el desmantelamiento. Que sepan que, sean 100, 200 o 1.000 barriles los que se sacan, esto es un activo geológico tremendo. No se trata de decir que es el 0,1% de las necesidades del país. España está comprando 1,3 millones de barriles diarios; pues que empiecen la transición por ahí, y no por los que te están creando empleo en casa.

Me ha sorprendido verle relativamente optimista.

Pienso que La Lora debe tener una oportunidad. Esa industria ha dado trabajo y mantenido familias, ha puesto a esta esquinita de la provincia de Burgos en el mapa y la ministra debería repensar su decisión. El patrimonio industrial debería ser algo respetable; no hay más campos en España, sólo este.