Detenidos 3 jefes de una contrata de Carnes Selectas por extorsionar a empleados

P.C.P. / I.E. / Burgos
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Mordidas. Los arrestados son de nacionalidad rumana. Cobraban entre 1.000 y 2.000 euros a compatriotas suyos por entrar a trabajar en la firma Europrodcom.

Varios trabajadores acceden a la planta de Carnes Selectas, en el polígono de Villalonquéjar, poco antes de las 3 de la tarde. - Foto: Luis Lopez Araico

El rumor de que la empresa que subcontrata Carnes Selectas (Campofrío) para efectuar labores de despiece en el turno de la tarde incumplía preceptos básicos de la legislación laboral y llevaba a cabo prácticas irregulares en la contratación de trabajadores se había extendido como la pólvora por Burgos en los últimos años. Pero la ley del silencio que imponían los jefes (rumanos) a sus subalternos (de la misma nacionalidad) había impedido, hasta hace unos meses, iniciar una investigación para establecer si los responsables de la firma -con sede social en Barcelona- estaban cometiendo ilegalidades. Las pesquisas de la Policía Nacional dieron sus frutos y el pasado lunes fueron detenidos tres dirigentes de Europrodcom Cárnicas Selectas S.L.U., que pasaron a disposición judicial y están en libertad con cargos. La Comisaría les considera presuntos autores de varios delitos de extorsión y, a medida que avance la instrucción, es posible que A.C.C., de 36 años, I.G.T., de 36, y E.O.O., de 42, sean inculpados de delitos contra los derechos de los trabajadores.

¿En qué consistía la extorsión? Los dueños de Europrodcom contrataban a compatriotas pero éstos presuntamente debían pagarles antes de firmar una cantidad de dinero que oscilaba entre los 1.000 y los 2.000 euros. No solo eso, también les reclamaban la mordida si pretendían acceder a un mejor puesto una vez dentro de la empresa o si no querían ser sometidos a una fuerte carga de trabajo.

Para su ‘negocio’ no podían permitirse una plantilla estable, pues la mayor parte de los beneficios la obtenían del dinero que exigían antes de la firma del contrato. De hecho, a los investigadores les llamó mucho la atención la elevada rotación de personal en la empresa. A algunos empleados los despedían y volvían a los dos meses previo pago del soborno ‘obligado’, si querían trabajar de nuevo. Resulta muy difícil calcular a cuántas personas han extorsionado y qué cantidad. En los dos últimos años se calcula que a más de un centenar, lo que arrojaría un montante total de cerca de 150.000 euros. Sin embargo a esa cifra habría que sumar también las mordidas más moderadas que pedían para ascender o desempeñar tareas más cómodas. Y hay que recordar que esta misma firma lleva trabajando para Carnes Selectas más de 7 años.

Solo se libraban de estas prácticas los amigos y los familiares de los responsables de la empresa. El resto debía pasar por el aro si quería entrar en Europrodcom. Hay que decir que no es Carnes Selectas la que subcontrata directamente las labores de despiece con esa firma sino que es una empresa de servicios alemana la que lo hace, según explicaron a este periódico.

La Policía Nacional no lo ha tenido sencillo a la hora de llevar a cabo la investigación, pues muy pocos trabajadores, incluso empleados despedidos y ‘rebotados’, aceptaban hablar. Para causar miedo a quienes echaban bastaba un lacónico ‘No cuentes nada’ para que se dieran cuenta de que a partir de ese momento debían guiarse por el viejo código mafioso de la ‘omertá’. Pero el empeño de los investigadores -quienes gracias a las bases de datos de la Seguridad Social lograron contactar con numerosos empleados que habían pasado por la empresa- dio resultado, consiguieron indicios de delito y el lunes remataban la operación con esos tres arrestos. Además, a la Policía le había llamado la atención el alto nivel de vida de los dirigentes de la firma, que lucen coches de alta gama y habían abierto otros negocios en la ciudad. Carnes Selectas ha colaborado en todo momento con la Comisaría para esclarecer los hechos, según las fuentes consultadas.

Otros cobros

Los cabecillas de la trama tenían también otras formas de sacarles el dinero a sus empleados. Les cobraban antes de entregarles las herramientas para despiezar a los cerdos -chairas (marca Dick) a entre 60 y 100 euros- y debían pagar también para afilarlos. Los operarios de Europrodcom trabajan prácticamente a destajo. Se encargan de trocear todos los cerdos que no despieza el turno de la mañana. Se calcula que de los 6.000 animales que se sacrifican cada día la plantilla de la tarde ‘hace’ más del 60%.

La carga de trabajo de cada uno dependía del peaje que estuvieran dispuestos a pagar. El que no quería que le adjudicaran 150 cabezas en un solo día había de pasar por caja. El que no se avenía a hacerlo ya sabía que iba a tener tarea para más horas de las 8 estipuladas por convenio, hasta 12 en muchas ocasiones.

¿Cómo hacían los pagos los trabajadores? En  metálico y en sobres, para no dejar rastro del dinero. Los aspirantes a un puesto de trabajo en la subcontrata y los cabecillas de la trama quedaban en algún lugar fuera de Carnes Selectas y completaban el intercambio. ‘Pasta’ por un puesto de trabajo. Así de simple.

No es en la única cárnica de España ni de Europa, según fuentes consultadas por este periódico, dominada por clanes del Este que incurren en prácticas similares con sus trabajadores.

En esos países, sobre todo Rumanía, «forman a los jóvenes desde muy corta edad (14 años) en profesiones como la de carnicero». Como en España no hay especialistas en esas tareas y cuesta muchos años preparar a un experto de nivel medio, «resulta más cómodo y rápido» subcontratar mano de obra foránea. Pero en este caso la empresa de servicios encargada de traer a ese personal a España pretendía, al parecer, beneficiarse del contrato con Carnes Selectas (en realidad con la intermediaria alemana) y además aprovecharse de sus propios trabajadores.

Europrodcom tiene una plantilla de entre 120 y 130 personas y cuenta con un comité de empresa formado por cinco miembros (rumanos) que se presentaron por los sindicatos tradicionales. Pero nunca se han dirigido a las centrales ni a la autoridad laboral para comunicar esas irregularidades, según supo este periódico.