El talento de un tercio de los universitarios se desaprovecha con trabajos de baja cualificación

Pablo Álvarez / Valladolid
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Menos de la mitad de los graduados superiores que consiguieron un empleo el año pasado lo hicieron en puestos que tenían que ver con su formación, la tasa más baja de todo el país

¿Estudiar una carrera universitaria es garantía de un futuro laboral mejor? En Castilla y León, al menos, los datos son contundentes y hacen penar que no. Sólo la mitad de los licenciados, diplomados o graduados de la Comunidad que encontraron puesto de trabajo en 2013 lo consiguieron en ocupaciones ajustadas a su cualificación, mientras que el resto es talento desaprovechado. Se trata de la tasa más baja de todo el país. Uno de cada siete (14,6 por ciento), al concluir sus estudios, acabaron trabajando como camareros, vigilantes o vendedores y uno de cada ocho (12,7 por ciento), se dedicaron a ocupaciones elementales como peones, limpiadores o reponedores. Sumados todos los puestos de baja cualificación alcanzarían un tercio de los graduados superiores.  
 
Son datos recogidos en el último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD) con el título La contribución de las universidades españolas al desarrollo, que utiliza estadísticas oficiales del Servicio Público de Empleo (SEPE) referidas al año pasado. De ellas se desprende que Castilla y León es la comunidad con más trabajadores sobrecualificados y donde menos consiguen colocarse en una profesión para la que se han preparado.
 
En comparación con el resto de España, Castilla y León es la tercera comunidad con más graduados superiores dedicados a camareros, vigilantes o vendedores, sólo por detrás de Baleares y Canarias y empatado con Cantabria. Duplica la tasa de Navarra y duplica la de Cataluña.
 
En cuanto a universitarios dedicados a peones, barrenderos o reponedores, Castilla y León está a la cabeza nacional con el 12,7 por ciento, casi el doble que la media del país que se sitúa en torno al 6,7 por ciento y multiplica por cuatro y por tres las tasas de Baleares, Cataluña o Madrid.
 
En el extremo contrario, el de los que se dedican a lo que estudiaron, aquí Castilla y León ocupa los puestos de cola. Por ejemplo, técnicos, profesionales científicos e intelectuales, sólo logran trabajo el 43,3 por ciento de los recién licenciados, casi 30 puntos por detrás de Navarra, claramente a la cabeza y cinco puntos por debajo de la media nacional. 
 
Con estas cifras, Castilla y León se sitúa como la comunidad donde los universitarios tienen un futuro laboral más negro. Si a esto se suma que en 2013, España era el país de la Unión Europea con una proporción de ocupados graduados superiores en puestos de alta cualificación, la región sería el lugar de Europa con el problema más grave. 
 
En cuanto a las diferencias entre sexos, en este caso se puede decir que les va igual de mal a hombre como a mujeres. 
 
El único aspecto positivo es que, aunque sea un puesto de trabajo por debajo de su nivel de formación, tienen más posibilidades de encontrar empleo que otra persona sin estudios o con las enseñanzas básicas terminadas.