La relajación de los conductores y la novedad de Santa Bárbara elevan las multas de los radares urbanos

H. Jiménez / Burgos
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El mayor porcentaje de infractores de los últimos 4 años. Desde enero ya han sido multados más de 1.600 vehículos, más que en todo 2012

La cabina situada junto al cementerio (avenida de Cajacírculo) es la que registra un mayor número de infracciones. - Foto: Valdivielso

Los conductores burgaleses parecen haberse olvidado de la presencia de los radares fijos en la ciudad, quizás más acostumbrados a su presencia desde que en mayo de 2010 el Ayuntamiento colocó cuatro cabinas y empezó a rotar el único cinemómetro del que disponía.

Posiblemente con el tiempo, a medida que uno pasa por delante de las cámaras, va perdiendo el miedo a su presencia, va asumiendo los controles como algo normal y llega el día en el que circula por delante de ellos sin percatarse de que el radar sigue ahí y su límite de velocidad de 50 kilómetros por hora también. Y es entonces cuando saltan las multas.

En lo que va de 2014, y en concreto hasta el día 25 de julio, el número de sanciones impuestas por los dispositivos fijos de control de velocidad instalados por el Ayuntamiento de Burgos ascendió a 1.634 de un total de 636.042 vehículos controlados. La relación entre un dato y otro refleja un porcentaje del 0,25%, que supone el mayor de los últimos cuatro años.

Solo en 2010, cuando se estrenaron a la vez las cajas de la carretera del cementerio (oficialmente denominada avenida de Caja Círculo), Esteban Sáez Alvarado, Casa la Vega y avenida del Arlanzón ‘cayeron’ más conductores en la imprudencia de circular por encima de la velocidad legal.

A partir de entonces y durante los dos ejercicios siguientes los conductores burgaleses respetaron más los límites, pero desde 2013 se observa un repunte afianzado durante este año. La relajación, o quizás una menor densidad de circulación que a algunos les lleva a la tentación de correr, parece estar detrás de este aumento de velocidad pero la Policía Local apunta a otro factor novedoso que eleva la estadística: el estreno del radar de Santa Bárbara.

En el mes de mayo empezaron a funcionar, tras meses de pruebas y homologaciones, las dos cabinas situadas en el vial que comunica Severo Ochoa con la calle Vitoria y su entrada en servicio puede haber elevado la estadística general. Al tratarse de una calle de control reciente, muchos conductores se ven sorprendidos por la cámara (solo hay una y va rotando en uno y otro sentido) y esto empuja al alza el porcentaje de sancionados.

Fuentes de la Policía Local explican, en cualquier caso, que el radar que mayor número de infracciones registra sigue siendo el de la carretera del cementerio, pese a la notable reducción de la velocidad que provoca su presencia y que se traduce en llamativos frenazos a la altura del punto de control. Y todo pese a que ese cinemómetro estuvo averiado durante varios meses a principios de este año, de ahí el escaso número de controles registrados hasta el 25 de julio. La estadística, por tanto, depende en buena medida del tiempo que se mantenga el radar dentro de esa cabina, aunque por el resto siguen rotando.

El Ayuntamiento de Burgos dispone en estos momentos de dos cámaras de control. Una de ellas rota cada semana o cada dos semanas entre la avenida Cajacírculo, Casa la Vega, avenida del Arlanzón y Esteban Sáez Alvarado, mientras la otra permanece fija en uno u otro sentido de Santa Bárbara.

El objetivo de la administración local es poder homologar este último para su uso en el resto de cabinas de la ciudad, pues así se incrementaría de forma notable la capacidad de rotación, pero para ello deberán solicitar los permisos oportunos al Centro Nacional de Metrología, algo siempre lento y complejo.