Imparable caída de pasajeros en la estación de tren desde su mudanza

H. Jiménez / Burgos
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Rosa de Lima cumple su quinto año consecutivo en bajada a consecuencia de las pérdidas en Media Distancia, que no logran compensar las Grandes Líneas. En 2013 perdió casi un 3% y lleva 60.000 usuarios menos en un lustro

 
La apuesta de Renfe por los servicios de Grandes Líneas en detrimento de los Media Distancia le está pasando una notable factura a la estación de Burgos desde su traslado hasta la nueva terminal Rosa de Lima, al norte de Gamonal. En los cinco ejercicios que la estación de ferrocarril ha cumplido bajo un flamante techo de diseño, aunque alejada del centro de la ciudad, los viajeros con subida o bajada en Burgos no han parado de descender, y en total el tren ha perdido en torno a 60.000 viajeros, más de un 15 por ciento en apenas un lustro.
La última cifra conocida, la de 2013, lo ha sido gracias a la Federación de Transporte de UGT en Castilla yLeón. Mientras la operadora Renfe no ha revelado todavía los datos del año anterior (solicitados desde finales de enero por este periódico), el sindicato difundió un informe que incluye todas las capitales de provincia y algunas de las principales estaciones (como Medina del Campo, Ponferrada o Miranda de Ebro).
En este balance, durante el último ejercicio Rosa de Lima habría perdido 7.908 viajeros sumando los de Media Distancia y Grandes Líneas. La terminal burgalesa partía, según datos de UGT, de 275.248 pasajeros (frente a los 278.747 admitidos por la operadora para el año 2012) y ha caído hasta los 267.340, lo que supone un descenso del 2,87 por ciento. A la espera de que algún día Renfe ofrezca sus propios datos, la tendencia a la baja no hace sino confirmar lo que viene sucediendo en los ejercicios precedentes.
De forma consecutiva, en todos ellos ha habido caídas ya reconocidas por la empresa que los transporta, varias de ellas en el entorno de los 20.000 viajeros anuales, como el que ahora apunta el informe del sindicato. Y tal y como ha sucedido en ocasiones precedentes, la razón hay que buscarla en la bajada de los servicios de Media Distancia, que pese a las subidas de los Grandes Líneas arrastra al conjunto hacia los números rojos.
Los trenes que cubren largas distancias, habitualmente cubiertos por productos de mayor confort y por tanto mayor precio como los Alvia, ganaron el año pasado más de 26.000 viajeros en Rosa de Lima. Sin embargo, aquellos que conectan con las capitales más cercanas o incluso que dan servicio a pequeñas localidades, conocidos popularmente como «los regionales», perdieron casi 35.000. La supresión de servicios como los que quedaron recortados en Briviesca y Pancorbo en el mes de junio, o la eliminación del tren hotel a París en diciembre, no ayudan desde luego a sustentar la estadística. 
Siempre que ha eliminado un tren o una ruta Renfe ha alegado su bajo uso por parte de los viajeros. La cuestión es saber si fue antes el huevo o la gallina, la deficiente prestación del servicio o la caída en sus usuarios.
 
ganan los recibidos. Como curiosidad, en la estadística anual del año pasado son más los viajeros recibidos (134.057) que los que han tomado Burgos como punto de partida (133.283), lo que supone una inversión de tendencia respecto al año anterior. Es un fenómeno que se observa tanto en Grandes Líneas como en Media Distancia. 
 
La sexta terminal de la comunidad pese a ser la segunda en población
 
 
Algo ha fallado en la planificación ferroviaria de las últimas décadas cuando la segunda ciudad en población de la región es la sexta por volumen de pasajeros transportados en tren. Burgos está por debajo de Valladolid, y eso parece normal, pero también muy lejos de Segovia, Ávila, León e incluso Palencia. Y en el último año ha logrado superar por poco a Medina del Campo, que en 2012 estuvo por delante.
Los 267.340 viajeros de Rosa de Lima en el año anterior fueron aproximadamente la mitad de los  que movieron los vecinos palentinos, pese a que en su caso la caída fue mucho mayor. Además, Burgos tiene tres veces menos pasajeros que Segovia y diez veces menos que la estación de Campo Grande, por donde pasaron más de 2,27 millones de personas tras un ligero incremento el año anterior.
De todas las estaciones de la Comunidad Autónoma, solo las que se benefician de estar en trayectos de alta velocidad lograron incrementar sus viajeros. Valladolid y Segovia, que tienen AVE ‘puro’, están muy lejos de las demás, pero también Zamora, pese a estar en una zona de línea convencional, creció gracias a los pasajeros que van y vienen desde Galicia, donde hay un tramo de alta velocidad entre Santiago y Orense.
La terminal zamorana, en cualquier caso, sigue en el pelotón de cola junto a la estación convencional de Segovia (a la que no llega el AVE) y la de Soria.
 
Esperando al AVE. Habrá que esperar al menos hasta el próximo año (si se cumplen los anuncios ministeriales) para ver si la llegada de la alta velocidad a la capital burgalesa consigue hacer remontar la estadística, aunque de nuevo lo haría de la mano de las grandes líneas y de las hipotéticas ventajas que tendría el estreno de la línea del AVE, con tiempos de viaje ligeramente superiores a la 1 hora y 30 minutos con Madrid. Ahora se tardan 2 horas y 15 minutos en el mejor de los casos.