«La bajada del precio del suelo y la red soterrada de calor serán el espaldarazo para Villalonquéjar»

Gadea G. Ubierna / Burgos
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Jorge Villaverde Martín, presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar

Jorge Villaverde Martín • Propietario de Norcolchón y presidente de la Asociación de Empresarios de Villalonquéjar - Foto: Luis López Araico

Al preguntarle a Jorge Villaverde cuáles son sus objetivos como presidente de la Asociación de Empresarios del Polígono de Villalonquéjar contesta raudo que su intención es «continuar con la labor de Jesús Echevarrieta». El nombre del expresidente del polígono, fallecido el pasado mayo, sale a colación en varias ocasiones en esta entrevista porque, como destaca su sucesor, «ha dejado unas cotas muy altas, no solo en lo reivindicativo, sino también en lo personal y en lo humano». Así que, con el ejemplo de Echevarrieta en la cabeza, Villaverde tiene claro que no descansará hasta que el enclave empresarial más grande de la capital, y probablemente de la región, esté asfaltado, renovado y con cámaras de seguridad. Entre otras cosas.

 
¿Qué peticiones le han trasladado los asociados?
La principal e histórica es el asfaltado de López Bravo, que parece que por fin se va a materializar, pero también la reforma integral de los polígonos, que parece que también se está tomando en serio. Y, desde luego, esté quien esté en el equipo de gobierno, vamos a estar muy pendientes de que se siga tomando en serio.
El Ayuntamiento ha prometido alrededor de 25 millones de euros para los próximos cinco o seis años, pero para Villalonquéjar se ha presupuestado poco más de un millón en 2015. ¿Era lo esperado?
Siempre esperas más y que lo primero sea lo tuyo. Este año el millón se nos va a ir en el asfaltado de López Bravo pero, según nos han dicho, el próximo año se invertirá más en Villalonquéjar que en Gamonal.
El asfaltado es una reivindicación histórica, pero ¿qué más necesita un polígono de casi cincuenta años?
Hay otras imprescindibles: actualizar toda la red de saneamiento, porque hay zonas en las que no se ha tocado desde la fundación; y las redes de comunicación, porque no tenemos capacidad para meter fibra óptica. Y sigue pareciéndonos fundamental la videovigilancia. Nos consta que tanto la Policía Nacional como la Local nos tienen muy bien atendidos, porque están continuamente de ronda por aquí, pero no podemos olvidar que el polígono es muy extenso, con muchas empresas y de vez en cuando somos víctimas de robos.
En el anteproyecto de reforma de los polígonos que se ha presentado se contempla la construcción de carril bici y la instalación de videovigilancia, algo que se ha dicho en otras ocasiones y no se ha materializado. ¿Creen que va en serio esta vez?
Sinceramente, les hemos visto [en alusión a responsables municipales] un poco fríos con la videovigilancia. Argumentan que hay muchos resquicios legales que lo dificultan, pero nosotros seguiremos insistiendo porque es fundamental. Y si se ha hecho en el centro y en otros polígonos de la provincia, ¿por qué no va poder a ser posible en la capital?
Bonificaciones en el IBI, en el Impuesto de Actividades Económicas, en el de Instalaciones y Construcciones, además de otros incentivos. ¿Son estas medidas locales suficientes para potenciar la actividad del polígono o hace falta más?
Aun siendo mejorable, todo ayuda y todo empuja el carro. Pero el factor que yo creo que va a ser fundamental va a ser el haber bajado el precio del metro cuadrado. Antes no estábamos en precios de mercado y era una barrera natural insalvable que ahora ya no tenemos porque estamos en precios de mercado. Y creo que también se debe hacer una labor más personalizada y directa, quizá más activa hacia posibles inversores. Que se sientan más arropados, para que cualquier empresa potencial acabe decidiéndose por Burgos.
El precio del metro cuadrado en Villalonquéjar IV ha bajado de 90 a 50 euros. ¿Hay más margen de ajuste?
Por la información que tenemos, se mantiene en 50 euros, pero creo que el Consorcio está abierto a escuchar todo tipo de ofertas. Al final, lo que interesa es que Villalonquéjar IV se llene de empresas y son asequibles a cualquier negociación.
Acinesgon y Ten Brinke son dos empresas sobre las que se sabe que han iniciado negociaciones, pero no que hayan concluido. ¿Sabe la asociación si finalmente alguna de las dos se instalará?
Hasta donde nosotros sabemos, de Acinesgon no hay nada cerrado y en el caso de Ten Brinke creo que se ha consignado una fianza, una cantidad como reserva, lo cual da a entender que hay una intención.
Siempre que se le pregunta al Consorcio o al Ayuntamiento sobre la ampliación del polígono contestan que hay varias negociaciones abiertas, pero lo cierto es que luego no llegan a materializarse.
Es que hay muchas empresas que exigen confidencialidad para entrar en la negociación. Pero, en cualquier caso, en la asociación no tenemos constancia de las negociaciones. Alguien que quiera instalarse viene a la asociación como primer paso, pero después la negociación la lleva a cabo con el Consorcio, que es el propietario del suelo. Y a nosotros nos informa, pero casi igual que a los medios.
Comentaba que este año tienen más asociados. ¿Son nuevas empresas?
Hay alguna nueva, pero también hemos dado un poco de cariño a alguna empresa instalada hace años y que ha accedido a asociarse porque nos ven con ilusión y ganas de hacer cosas. Queremos que nos conozcan un poco más y lo cierto es que está dando un resultado sorprendente: la semana pasada ganamos cinco asociados, que está muy bien, y otros tantos vienen a preguntar.
La Asociación está participando activamente con la Administración en el proyecto de crear una red soterrada de calor a partir de la planta de biomasa de L’Orèal, ¿qué le aportaría a Villalonquéjar?
Cuántas más prestaciones y más moderno sea el polígono, más atractivo será para futuras inversiones. Creo que puede ser un espaldarazo importante. Si consiguiéramos hacerlo, tendríamos energía más barata y eso es lo más importante para que una empresa se decida. Pero tampoco podemos olvidarnos de lo ecológico; cada vez estamos más concienciados y esto supone tener una fuente de energía que no contamina, las emisiones de CO2 contabilizan como cero. 
Aparte de Benteler, ¿hay más empresas interesadas? ¿Se ha dirigido alguien a ustedes en estos días?
Tendremos próximamente una reunión informativa y, a partir de ahí, se hará un sondeo más personal de empresa a empresa para ver cuáles son sus necesidades. Pero hace tres años se hizo un estudio y hubo ocho o diez que sí manifestaron interés en esa instalación.
En este proyecto van de la mano de la Administración, pero ¿de qué otra manera puede colaborar el empresariado, qué puede aportar en beneficio del polígono la iniciativa privada?
El empresariado lo que puede hacer es llamar la atención de las administraciones y de las entidades públicas para que tengan en cuenta la importancia de la industria que, al final, es el soporte de la economía burgalesa. Y me gustaría decir que si 2014 fue el año de la industria fue gracias al esfuerzo que hizo Jesús [Echevarrieta] para que así fuera. Y lo que se ha conseguido es que, tanto las Administraciones como el público en general, a través de la exposición del Fórum, han sido conscientes de que vivimos de la industria y debemos cuidar nuestros polígonos. Y creo que lo que nosotros podemos hacer es valorarnos y reinvertir para generar riqueza en Burgos. 
¿Cómo valora la gestión de la Oficina de Captación de Inversiones o de la Mesa de la Industria a la hora de atraer negocio?
Bueno… Siempre se puede ir más allá. Quizá haya que ser más proactivo, aunque dar a conocer un polígono como Villalonquéjar o una ciudad como Burgos, al final es labor de instituciones y empresas. Nunca sabes por dónde puede venir una inversión.
Pero en este momento coexisten la Oficina de Captación, la Mesa de la Industria y hace poco se anunciaba la creación del Consejo del Diálogo Social, también con ese objetivo de promocionar y promover la industria. ¿No es  más de lo mismo?
Sí, estoy de acuerdo. Quizá sería mejor aunar esfuerzos y no desdoblar. Si a la Mesa de la Industria se le diera la importancia que tiene, no sería necesario hacer esos desdoblamientos.
El año pasado, durante muchos meses, se hizo público el malestar de FAE con la Consejería de Economía y empleo a cuenta del apoyo que se presta desde Valladolid a Burgos y a su industria. ¿Cuál es el punto de vista de Jorge Villaverde en esta cuestión, tiene Burgos el mismo apoyo que otras provincias?
Yo creo que en Burgos esa ha sido siempre la sospecha generalizada y, sobre todo, después de la creación de los parques de proveedores del automóvil. Mi sensación es que la Junta ha querido compensar a otras provincias menos industrializadas. 
Sin embargo, a partir del incendio de Campofrío todo cambió. Se demostró que se puede trabajar en conjunto.
Claro que sí. La semana pasada vinieron delegados de la Junta porque quieren invertir en nuestro proyecto de red soterrada de calor, por ejemplo. Se nota otra actitud, aunque estoy de acuerdo en que hasta la fecha del incendio parece que era como que ‘los de Burgos ya se defienden solos’. Pero el cambio surgido a partir de los últimos acontecimientos nos congratula.
La industria cárnica baraja la posibilidad de instalar la nueva fábrica en Villalonquéjar, junto a Carnes Selectas. ¿Qué supondría contar con una empresa así?
Estaríamos encantados de que así fuera y, de hecho, creemos que sería una ubicación bastante idónea al tener el matadero aquí mismo y también porque ahora mismo aquí no hay límite de metros para cualquier necesidad que pudieran tener. No quiero decir que Gamonal no sea una buena opción, pero simplemente por el matadero, creo que venirse a Villalonquéjar sería una buena decisión.
¿Tiene la asociación alguna noticia al respecto?
Nada. No sabemos más que lo que se publica últimamente.
Unas abren y otras cierran. Hace unos meses se publicaba la liquidación de la distribuidora de Michelín.
Lamentablemente.
¿Cuál es el balance de estos años de crisis, cuántas empresas ha perdido el polígono?
Este año tuvimos dos malas noticias: Michelín y ETM, que también ha sido un palo considerable por inesperado y sorpresivo. Pero más allá de eso, que ya es bastante, en el balance no hay grandes sorpresas. Tenemos suerte de tener unas empresas que son pesos pesados, son multinacionales y, según nos transmiten, su intención es permanecer e invertir: Benteler, L’Orèal, Johnson Controls… Las empresas asentadas están muy contentas con Burgos, no esperamos sustos.
¿Tienen los asociados la sensación de estar saliendo del bache?
Sí hay un cierto optimismo. Y hay un indicativo: que en los últimos meses están preguntando mucho por naves de tamaño pequeño o mediano, pero naves en las que empezar un negocio. Y también hay muchas consultas de empresas que buscan ampliar.
Una de las quejas recurrentes de estos años era la dificultad para acceder al crédito. ¿Se ha resuelto? ¿Es más fácil conseguir dinero?
Seguimos en la línea de los últimos tiempos. Es difícil, a no ser que demuestres que sacas muy buenas notas. Si no pruebas muy muy bien tu solvencia y no tienes una trayectoria muy buena, hay problemas para acceder al crédito.
Usted pertenece al sector del mueble. ¿Cómo han repercutido estos ocho años de crisis?
Nuestro sector, además de la crisis general, está sufriendo unos cambios importantes de los canales de venta y de la tipología del comercio habitual al que la gente va a comprar el mueble; y también ha cambiado la importancia que se le da al mueble. Ya no se busca un mueble para toda la vida, sino que se quiere algo funcional, económico y baratito. En lo único que se gasta un poco más es en un buen sofá o en un buen equipo de descanso, pero en muebles no. Y al ser menos duraderos, beneficará en que habrá más rotación de producto, pero lo que es la facturación del comercio tradicional se está viendo perjudicada.
¿Cómo afecta la tienda de IKEA de Arroyo de la Encomienda, en Valladolid? ¿Se ha notado en el volumen de ventas?
No especialmente. A ver, puede haber influido, pero no IKEAen sí, sino el concepto que se tiene del mueble ahora y que lleva a mucha gente a este tipo de tiendas con producto de calidad suficiente. Pero, al final, eso no es competencia para la tienda tradicional que tiene otro tipo de cliente. Yo creo que hay mercado para todos, pero el mueble funcional está ocupando cada vez más cuota de mercado.
Y ya para terminar, ¿cuántos trabajadores y qué nuevos proyectos tiene Norcolchón?
Ahora somos 17 trabajadores. Ampliamos hace dos años y esta semana vamos a presentar en Madrid una cosa que, creo, va a funcionar muy bien: vamos a ser el primer fabricante español que va a poner grafeno en los colchones. Creo que va a ser un bombazo.
¿Y cuál es el beneficio del grafeno?
La mayoría de los colchones que se venden hoy son de viscoelástica, cuya gran ventaja es que da mucho calor porque se amolda muy bien al cuerpo. Tradicionalmente la viscoelástica se ha mezclado con un tipo de gel, que disipa el calor pero que hace que la viscoelástica pierda un poco sus propiedades. El grafeno es un material súper conductor, por lo que el calor se disipa mucho mejor y consigues que no altere para nada las propiedades de la viscoelástica. Va a ser súper innovador.