El Banco Sabadell obtuvo un beneficio neto atribuido de 371,7 millones en 2014, un 50% más que el año anterior, tras aumentar en todos los márgenes y destinar 2.499,7 millones a dotaciones, según destacó ayer su presidente, Josep Oliu, que avanzó que ha superado las previsiones de su Plan Estratégico Triple 2014-2016. 

El margen de intereses creció un 24,5% hasta los 2.259,7 millones, el bruto un 20,7% hasta 4.800,5 millones, y el superávit antes de dotaciones un 33,3% hasta 2.749,1 millones de euros. 

En cuanto a la morosidad, se situó en el 12,17%, frente al 13,63% de un ejercicio antes, y el core capital en el 11,7%. 

Las plusvalías por ventas de activos ascendieron a 236,9 millones (+439,8%) e incluyen principalmente una ganancia bruta de 162 millones por la venta del negocio de gestión y recobro de deudas impagadas a Lindorff, y un ingreso extraordinario de 80 millones por la formalización de un contrato con la cartera de seguros individuales de vida-riesgo de Mediterráneo Vida con SCOR Global Life. 

 

SOCIEDADES. En cambio, los dividendos cobrados y los resultados de las empresas que consolidan por el método de la participación fueron de 8,7 millones, un 52,7% menos que el balance anterior. La inversión crediticia bruta de clientes cerró con 121.140,8 millones de euros, un 2,8% menos que en 2013, aunque ya se nota la reactivación de la demanda. 

El Sabadell terminó 2014 entre las entidades que más crecen en España en la gestión de sociedades de inversión, con una cuota del 5,1% frente al 4,1% en 2013. El total de recursos gestionados ascendía a 152.185,4 millones, un 2,1% más que el resultado anterior anotado, y los activos totales de su grupo sumaban 163.345,7 millones de euros. El grupo financiero cuenta con 6,2 millones de clientes, y en 2014 captó 349.682 particulares y 95.927 empresas.

Josep Oliu prevé que este año el crédito en la entidad volverá a la senda del crecimiento con un avance de entre el 1% y el 2% «gracias al dinamismo de las pymes y familias». Respecto al conjunto del sistema financiero nacional, auguró que la evolución del crédito «si no sube, se acercará mucho a cero», y señaló que «dependerá de las incertidumbres políticas internacionales y domésticas, como Grecia, Ucrania, conflicto islámico, las elecciones en Italia, Gran Bretaña, y las españolas, así como a la demanda de préstamos de las familias, ya que los de las empresas seguro que crecerán». 

El presidente incidió en que, pese a la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), el resultado en la reactivación crediticia «no es automática», porque también hace falta que mejore la demanda solvente.