Mainel cierra tras 46 años de actividad cultural

Gadea G. Ubierna / Burgos
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El Colegio de Arquitectos pidió que se protegiera la librería y galería, diseñada por el arquitecto Pedro Gutiérrez

El establecimiento liquidó durante los últimos días y esta semana ya no abrirá. - Foto: DB/Ángel Ayala

La propietaria de la librería y galería Mainel, Menchu Gil, insiste en que, por favor, la crónica sobre el cierre del establecimiento de la calle Vitoria no sea un obituario. Supone el fin de 46 años de actividad cultural ininterrumpida, con etapas más intensas que otras, pero lo que Gil quiere que se destaque de estas casi cinco décadas largas es el entusiasmo con la que ella, su marido (José Luis Maeso), y el pintor Luis Sáez pusieron en marcha un espacio de vanguardia en el Burgos de 1966, que abrió con obra de Tàpies, Lucio Muñoz, Manolo Millares, Manuel Rivera o Carmen Laffón. «Se inauguró con los mejores, Luis era un experto en la materia, y los libros eran cosa mía, pero mi marido se encargaba de todo el tema de cuentas», explica Gil por teléfono y claramente apesadumbrada después de un par de años muy difíciles en lo personal por la muerte de Sáez y su marido y, ahora, después de liquidar, también en lo profesional.

La muerte de Luis Sáez, en mayo de 2010, marcó un antes y un después para la galería por cuestiones obvias. Era el pintor quien se encargaba de decidir, con unos criterios muy exhaustivos, quién podía exponer en el sótano de la calle Vitoria, 27 y quién no. Fruto de esa pormenorizada selección, la galería consiguió hacerse con un fondo en el que, entre otros, hay dibujos de El Roto, obra gráfica de Chillida y Tàpies, óleos de Jesús del Olmo o acuarelas del pintor y arquitecto Jesús Arribas. Este último expuso en varias ocasiones y afirma que «las relaciones con los responsables eran especiales; no primaba el sentido del negocio, sino que era casi, casi una tarea de voluntariado. Mainel era el foro donde se juntaba gente para hablar».

De hecho, a finales de los años sesenta, en la galería llegó a celebrarse en secreto una tertulia entre cuyos participantes destacaban el crítico palentino Antonio L. Bouza y los pintores José Vela Zanetti y Luis Sáez. Aquellos eran tiempos de mucha actividad, acordes con los años de apertura y de desarrollo económico y social del país, años en los que la galería se ganó la fama como referente artístico de la ciudad. «En Mainel ha habido exposiciones de reseña como las del grupo El Paso. Y luego tenía libros muy especiales, muy estrambóticos y muy plásticos también», recuerda Arribas.

Son muchos los arquitectos y amantes del arte de la ciudad que tienen anécdotas o una historia particular con un local que primero atraía por los libros o cuadros expuestos en los escaparates y, después, por el sorprendente diseño del interior en tres espacios, obra del arquitecto Pedro Gutiérrez. «Mainel ha significado muchísimo para nosotros. Primero, porque era nuestra biblioteca y, luego, por el local en su conjunto. Casi todos los arquitectos hemos pasado por allí», explica el presidente del Colegio de Arquitectos, Félix Escribano, destacando que esa peculiaridad llevó al colectivo a pedir en las alegación al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se protegiera al local suponiendo que algún día cambiara de propietarios. Ahora que ha llegado el día, Menchu Gil solo tiene la esperanza de que alguien se decida a continuar con su legado. «Ojalá. Solo pediría que no tiraran el local», concluye.

 

Leniam

A lo largo de los 46 años, Maniel tuvo altibajos, sobre todo a partir de que Luis Sáez enfermara. Sin embargo, al final de su vida la sala volvió a activarse y a mostrar obras de José Miguel Solaguren o Fernando Arahuetes. Pero en mayo de 2010 murió el pintor y al cabo de pocos meses, el otro socio del establecimiento, José Luis Maeso, por lo que al frente del negocio se quedó sola Menchu Gil. Ella mantuvo la actividad en la librería, pero no en la galería.

Para tomarle el relevo se presentaron cuatro arquitectos burgaleses (Diana Hernando, Enrique Jerez, Jairo Rodríguez y Beatriz Sendín), que un día de finales de 2010 se pusieron a hablar por casualidad de Mainel. Los cuatro coincidieron en lo sorprendente del local y se propusieron devolverle algo de actividad.

Así surgió el colectivo Leniam, que en su año y medio de existencia ha organizado cuatro exposiciones;la última de Javier Muro, el autor de la escultura del cráneo que preside el paseo Sierra de Atapuerca, frente al Museo de la Evolución Humana. Ellos diseñaron también el escaparate que ganó en 2011 el primer premio del concurso organizado por DB con motivo de su 120 aniversario. Ahora, Enrique Jerez apunta que «no podemos sino agradecer el callado esfuerzo realizado por Luis, José Luis, Menchu o Jesús, un ejemplo de buen hacer. También, por darnos la oportunidad de aportar nuestro modesto grano de arena durante el último año».