«En España, si tienes una empresa y fracasas te crucifican de por vida»

Gadea G. Ubierna / Burgos
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Santiago Serna, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Burgos - Foto: DB/Patricia González

Experiencia. Burgalés de 39 años, está casado y tiene una hija. Estudió Imagen y Sonido y fundó Burcode. Hace diez años entró en Aje, asociación que preside desde mayo de 2011. Sus retos: clamar para que, por fin, sea más fácil montar un negocio y que haya segundas oportunidades

Santiago Serna está a punto de dejar de ser un joven empresario para convertirse en un empresario a secas porque el año que viene cumplirá 40 años y por lo tanto, en cuanto culmine su mandato como presidente del colectivo, tiene que abandonar Aje. A pesar de toda la parafernalia que se le atribuye a ese cambio de década y de estatus social, a Serna se le ve optimista y confiado. En su haber tiene la experiencia de una década regentando Burcode, una empresa dedicada a la retransmisión de eventos a través de Internet que en este tiempo ha vivido momentos mejores que los actuales. «En Burcode ahora somos cuatro personas porque hemos tenido que reducir plantilla. Nos hemos quedado con lo estrictamente necesario para continuar, pero esto es así: hay que respirar, coger aire a intentar aguantar un poco con la estructura que tienes». Pero de los malos momentos también se aprende, como destaca Serna en esta entrevista.

¿Es tan difícil como parece montar una empresa?

Montarla es fácil, lo difícil es mantenerse. Tampoco es que la Administración lo ponga muy fácil. Llevamos muchos años detrás de la Ley del Emprendedor que, se supone que se iba a sacar y todavía no se ha sacado. Esperemos que salga a finales de año, pero conlleva una serie de beneficios fiscales y el Estado ahora lo que busca es recaudar; si se dan beneficios fiscales, se recauda menos... Pero para que alguien genere empleo, tiene que montar la empresa, así que hay que dejar que los primeros tiempos no le cueste o que le cueste poco, porque el todo gratis tampoco puede ser.

Hace tiempo, Aje denunciaba que en España se tardaba 45 días en montar un negocio. ¿Se ha conseguido bajar este plazo?

Está igual, no ha cambiado nada. Parte de lo que llevaba esta ley era que se redujesen los períodos y no se han reducido. Montar una empresa tenía que ser tan fácil como llegar a un sitio, decir que quieres montarla y empezar. En el tema de licencias sí que se está agilizando un poco, pero bueno, lo que de verdad es complicado es que las empresas salgan adelante y se mantengan. Nosotros insistimos: la gente tiene que hacer los deberes antes de emprender.

¿Qué deberes?

Un plan de empresa. Para hacerlo se necesita asesoramiento, pero en Burgos ahora hay un montón de sitios en los que te ayudan a emprender. Hace 16 años, cuando nosotros montamos la Oficina de Autoempleo con la concejalía de Juventud no había nada. Ahora está la ventanilla de la Cámara, el CEEI, la oficina de autoempleo de Aje Burgos y el vivero que vamos a montar. Nosotros no vamos a hacer los planes de empresa, pero cuando vengan y no sepan, les ayudaremos y les tutelaremos. Tampoco tiene que ser una biblia de 300 páginas, tiene que ser unos números y unas previsiones. Y muchas veces, cuando haces esas previsiones, te das cuenta de que tu negocio no funciona o que cambiando un poco sí puede funcionar.

¿Es más sencillo emprender en el extranjero?

Hay un ranking sobre los países en los que más cuesta montar empresas y España está a años luz de otros. Aquí queda mucho por hacer.

Pero si en otros sitios se ha podido agilizar, ¿por qué aquí no?

Porque hay mucha burocracia que cambiar, y yo veo que entre las prioridades del Gobierno no está esta, porque si de verdad se pusiesen a ello, no sería difícil regularlo.

¿Qué traba podría suprimirse sin mayor complicación?

Pues por ejemplo, organizar todo en un solo trámite. En Estados Unidos tienes una sola plataforma web en la que tú entras y das de alta a la empresa. Aquí hay muchas Administraciones: la estatal, la regional y la local, y con todas hay que hacer un trámite para empezar. Eso sería lo interesante: un solo trámite en un lugar concreto y tener todo hecho.

Antes hablaba de los incentivos fiscales que no hay en España. ¿Qué se hace en el extranjero?

Hay países dentro de la UE en los que si no llegas a facturar al año 12.000 euros, por poner una cantidad, no pagas autónomos; con lo cual, consigues que aflore la economía sumergida. Creo que es en el Reino Unido donde te puedes dar de alta como autónomo por 60 libras. Entonces, mientras no factures una cantidad muy elevada, puedes funcionar y no te grava. Aquí, te das de alta como autónomo y ya son 250 euros, por lo que hay mucha gente que no se da de alta por no pagar. Haciendo una cuota hiperreducida para jóvenes, para parados de larga duración se puede empezar más fácilmente y luego ya tributarás. Estas son algunas de las exigencias que marcamos. Si se quiere, se puede. Pero hay que ponerse a trabajar.

Una reivindicación de Aje que viene de antaño es que se den más facilidades de financiación. Lejos de mejorar, empeora.

Financiarse por las vías tradicionales sigue estando muy difícil, las entidades están poniendo muchísimas trabas.Hay asociados que han tenido problemas de impagos y tienen deudas, y para refinanciarse, van a las entidades y como tienen rehipotecados los bienes, empiezan a pedirles avales personales... Están estrujando al máximo, las entidades ya no se fían de las empresas.

¿Qué salidas quedan?

Que abran un poco más la mano. Creo que nadie que vaya a pedir financiación esté pensando en no devolverla. En un momento en el Estado y las entidades tienen que buscar financiación, ¿para quién queda dinero? Para nadie. Pero necesitamos que abran la mano y que confíen en las empresas. Si no se fían, al final, ni vamos a generar empleo ni nada. Antes era más fácil porque venían las entidades y acordaban condiciones ventajosas para los asociados y ahora no, ahora se estudia cada uno de los casos. Y ahí volvemos a la importancia de disponer de un plan, con números y con un estudio de viabilidad que presentar. Tampoco se puede ir a pedir financiación para el 100% del proyecto. Hay que profesionalizar el tema de emprender.

¿Siguen dándose casos en los que hay gente que confía en las subvenciones para ponerse en marcha?

Todavía hay demasiada gente que lo cree y en cualquier libro que leas sobre emprendimiento lo primero que viene, en rojo y bien grande, es que las subvenciones llegan tarde y que cuando llegan ya no te hacen falta. Siempre está bien que te den una ayuda, pero es mejor que en lugar de una subvención a fondo perdido, te subvencionen la cuota de autónomos los primeros dos años, por ejemplo.

Con cada campaña electoral se habla mucho de emprendedores y de ayudas para montar un negocio. ¿Qué queda después?

Nada. Se acaba la campaña y se acaban las ayudas. La Ley del Emprendedor iba en campaña y no se ha sacado, aunque se sigue hablando de ello y supongo que se sacará. Otro tema que se había hablado: no pagar el IVA hasta que tú no lo hayas cobrado. Eso no se está cumpliendo y era una promesa electoral. La Ley de Morosidad, que las empresas tienen que cumplir, pero también la Administración, y no está siendo así.

¿Saben cuánto debe la Administración a los jóvenes asociados?

No. Con el plan Montoro de pago a proveedores se está agilizando bastante, pero no sé qué va a pasar el año que viene o con las facturas que se están generando ahora.

El propósito era que la Administración pagara en un máximo de 45 días en 2012. ¿Cuánto están tardando?

No hay un dato, pero eso seguro que no se está cumpliendo. Por regla general, la Administración paga tarde. ¿Cuál es la ventaja? Que al final, paga.

Hace un año se hablaba del auge del emprendedor por necesidad u obligación. ¿Cuál es el perfil ahora?

Cada vez hay más parados, así que esto va a más. El perfil es, sobre todo, micropymes con el autónomo que capitaliza su propio paro y, si tiene una habilidad, intenta dedicarse a ello. Ahora hay gente joven y ya no tan joven, de 40 o 50 años, con su familia y su vida hecha que, en otras circunstancias, no se hubieran planteado emprender pero que ahora no tienen otra alternativa. Y es gente que, en muchos casos, trabaja desde casa.

¿En cuántos casos Internet es la única plataforma empresarial, la única conexión del empresario con la sociedad?

Muy elevado, la mayoría. Si tienes un correo electrónico o una página web, no necesitas una oficina física. Puedes funcionar y no solo en Burgos, puedes trabajar en Burgos, Madrid o en cualquier otro sitio. Pero las nuevas tecnologías son herramientas que hay que saber utilizar. Ocurre lo mismo con las redes sociales, están bien pero tampoco son la panacea. Hay parte de negocio pero no todo, porque hay mucha gente que no está en redes sociales. Nosotros hemos hecho cursos para que los empresarios sepan cómo pueden utilizar las redes, ya no para disfrute u ocio, sino para trabajo.

En ese sentido, ¿qué es lo que tiene que saber al respecto un empresario?

Por ejemplo, qué red vale para cada cosa. Hay empresas que tienen un perfil en Twitter o en Facebook, y si tú das al ‘Me gusta’, tienes un descuento. De esta manera, has fidelizado a un cliente. Hay redes en las que si pones un comentario positivo de un establecimiento, te invitan a un café después de comer. Esto es una estrategia de marketing, pero es como todo: a las redes sociales hay que entrar con una estrategia. Si creas un perfil y luego no lo actualizas en dos años, eso da muy mala impresión.

Se ven muchos negocios que abren y al cabo de muy poco tiempo cierran, ¿tienen datos de altas y bajas?

No, nosotros no manejamos estadísticas. Aje gestiona la oficina de Autoempleo para el Ayuntamiento en la segunda planta del Teatro Principal y lo que sí vemos es que ahora, hay algunos casos en los que alguna persona, antes de cobrar la subvención del Ayuntamiento, ya había cerrado la empresa. Eso es muy duro, pero lo que nos preguntamos es: ‘¿Cómo has hecho tú la labor para ni siquiera poder aguantar seis meses?’ Emprender, de por sí, es un trabajo y si para cualquier trabajo te tienes que formar, para ser emprendedor o empresario te tienes que formar también.

El programa Iniciador está funcionando muy bien. ¿Piensan introducir alguna novedad?

Pensamos seguir en la misma línea. Al último fuimos ochenta personas y la idea es que haya mucha rotación, que no siempre vengan los mismos. En la última edición, el 50% eran nuevos y eso es lo que da frescura. Hasta el año que viene tenemos cerradas fechas y, ahora, queremos acercar este y otros eventos a la provincia porque creemos que la zona rural puede ser un nicho de mercado interesante. Hay muchas oportunidades, el sector agroalimentario está funcionado, el sector turístico también... Pero, ahora, con las nuevas tecnologías, ¿por qué no poner un call center [centro de llamadas]? Estamos haciendo un estudio de detección de oportunidades en la provincia con Sodebur y el CEEI que se presentará en noviembre para que alguien que quiera emprender y no tenga muy claro en qué, vea dónde puede tener oportunidades.

Aunque no se haya presentado el estudio, ¿podría especificar cuáles son algunas de esas oportunidades detectadas?

No lo sé de momento. Para cosas concretas hay que esperar al resultado, pero está claro que con las nuevas tecnologías se puede hacer mucho y entiendo que en el sector agroalimentario todavía hay cosas por hacer.

La gente joven tiene un panorama muy poco halagüeño. ¿Cómo creen en Aje que debería enfocarse este problema? ¿Cómo se podría evitar el éxodo?

A una persona joven, recién salida de la facultad, no le puedes decir que emprenda porque no tiene los conocimientos suficientes. Hay excepciones, pero en general, hay que formarlos dentro de la empresa. ¿Cuál es la solución? Que las empresas podamos contratar,y para eso hay que tener mercado y negocio. ¿Que la gente se va fuera? Amí no me parece tan malo, siempre y cuando luego vuelvan, que ese es el problema. Pero una serie de incentivos con opción de retorno para jóvenes desempleados no sería mala cosa, porque si te formas en otro país y vuelves, luego puedes poner aquí algo de lo que has visto fuera. En España siempre hemos sido muy localistas y ahora estamos en una sociedad en la que hay que moverse. No veo mal que alguien se vaya fuera, pero atándolo para que ese talento no se pierda.

Austria es el país con menos paro de la UE y esta semana el embajador en España aseguraba que una de las claves para ello era la Formación Profesional. ¿Cree que en España se han enfocado correctamente estos estudios y su relación con el empresariado?

En la FP y en todo lo relacionado con un oficio tiene que haber muchísima relación entre las necesidades de la empresa y la formación que se está dando. Así te estás asegurando de que esas personas, cuando salgan, van a tener un trabajo, porque los has formado acorde a la demanda. En países de este tipo [Austria], durante los cuatro años que dura tu formación estás trabajando. Eso es fundamental. Aquí los períodos de prácticas son muy limitados y deberían ser más prolongados. En mi empresa, muchos de los que luego se quedaron vinieron haciendo prácticas. También veo que hay jóvenes que no utilizan las prácticas como debieran porque piensan que los están  explotando.

¿En qué medida ha beneficiado o perjudicado la reforma laboral al joven empresario?

La reforma ha dado más flexibilidad. Es muy duro prescindir de trabajadores, sobre todo en pymes y micropymes en las que tienes una relación muy directa. Pero cuando consigues mantener parte de la estructura de la empresa, es mejor prescindir de la otra parte y que perviva. Si puedes hacer un expediente de regulación ágilmente, a lo mejor la empresa puede y luego, cuando haya sobrevivido, volver a contratar. Lo que está claro es que si la empresa se desmantela, no vuelve a generar empleo. También es verdad que se está viendo que la reforma en sí tampoco genera volumen de contratación porque se está despidiendo gente. Esto está todavía por engranar. Pero sirve para tener una herramienta para la supervivencia de las empresas.

El paro ha obligado a emprender y, por lo tanto, se supone que hay más cultura emprendedora o más iniciativa. En comparación con otros países, ¿cómo estamos?

Pues mal. El país referente en cuanto a emprendimiento es Estados Unidos y aquí el problema es que tú tienes una empresa, fracasas y ya estás crucificado de por vida. Así que también se están pidiendo segundas oportunidades, porque en EE.UU se habla de que alguien no es empresario hasta que no ha tenido cinco empresas y le han fracasado. Aquí si fracasas, luego ya lo tienes muy complicado para conseguir financiación. En otros sitios se entiende que vas aprendiendo de los errores y se supone que el siguiente negocio saldrá mejor que el anterior. En España empieza a haber cultura emprendedora por necesidad y no por convicción y eso marca diferencias. Si de verdad quieres, te enfrentarás a todo para sacar tu proyecto adelante.

¿Qué porcentaje de éxito hay?

Hablamos de éxito a partir de los tres o cinco años, porque se supone que pasado ese tiempo la empresa está más o menos está consolidada. Pero datos... No lo sé. Por ahí se dan datos muy negativos, pero no lo sé.

El demandado vivero de empresas está a punto de empezar a funcionar. ¿Cuántas solicitudes han recibido ya?

Pues con exactitud no lo sé, pero se han recibido llamadas preguntando por las condiciones. Más que el espacio físico, lo que nos interesa es la gestión de las personas, asesorar, supervisar y ayudar a la gente en los dos años de estancia.

En Burgos está empezando a sonar con fuerza el coworking. ¿Qué le parece esta modalidad de trabajo en colaboración?

Muy buena, siempre y cuando se sepa lo que es el coworking, No es un despacho compartido, sino que esas personas que están en ese espacio trabajen entre ellas. Para eso tiene que haber una persona dinamizando a esas personas y que organice eventos. Me parece una alternativa muy buena porque hay proyectos a los que uno solo no puede llegar, pero en cooperación con otra persona sí. Te da la ventaja de optar a proyectos más grandes. Hace unos años, los empresarios éramos muy solitarios, costaba mucho cooperar, pero ahora, no sé por qué, se trabaja más cooperando. Me parece una idea genial.