El cuestionario lanzado por la Consejería de Educación para evaluar el servicio de comedor escolar el curso pasado ha arrojado una buena valoración tanto regional como provincial. Las familias burgalesas han concedido una nota de 7,9, una décima que el anterior ejercicio lectivo (2016-2017).

La calificación es similar a la del conjunto de la comunidad, mientras que en provincias como Ávila, Segovia, Palencia y Valladolid la puntuación ha sido un poco más elevada. En el caso de Burgos, la empresa concesionaria (Igmo) ha recibido también una valoración de 7,9.

En total y en el conjunto de la región, han cumplimentado la encuesta 6.416 familias correspondientes a más de 340 centros educativos, representando a 8.925 comensales usuarios del servicio, lo que supone un 26 % de la asistencia media diaria de este servicio. De ellas, más 5.000 se han rellenado a través de la aplicación de comedores escolares, 1.350 en papel y 54 a través del servicio de atención al ciudadano 012. Estos datos reflejan una participación que supera el 26 %. La Consejería valora muy positivamente la alta participación, máxime cuando se trata de un servicio público muy cercano al ciudadano.