La formación, fundamental para reintegrar a los parados

S. Gónzalez - D. Alonso
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El Ecyl dedica 33 millones para actividades formativas de 13.450 desempleados, un esfuerzo dirigido a la preparación de estas personas a las actuales exigencias de las empresas

La formación no es algo con principio y final, sino que tiene que ser una constante a lo largo de nuestra vida laboral. Incluso, en ocasiones el reciclaje y la adquisición de nuevos conocimientos teóricos y prácticos se convierte en fundamental para volver a reinsertarse en el mercado de trabajo o simplemente para promocionar en la empresa. En el transcurso de una mesa de redacción, representantes del Ecyl, de la patronal Cecap y de los sindicatos CCOO y UGT coincidieron en la importancia y la necesidad de una buena formación para lograr mayor empleabilidad entre los jóvenes que acceden a un puesto de trabajo, pero también en un continuo aprendizaje para que quienes sufren el desempleo durante un periodo de su vida puedan conseguir lo antes posible su reinserción laboral.

La gerente del servicio público de empleo de Castilla y León (Ecyl), Rocío Lucas, insistió en la importancia de la formación, aún más en procesos de cambio como el actual, aunque nunca ha tenido una consideración suficiente en la sociedad. «Estamos en un continuo cambio, ahora camino hacia la revolución tecnológica o digital, pero antes hubo una revolución industrial y todos tenemos que estar preparados hacia los nuevos campos laborales», afirma la responsable del Ecyl, quien no obstante asegura que «no nos tiene que asustar» si la administración y los agentes sociales y económicos trabajan para adaptar a las personas hacia ese nuevo escenario.

También Nieves García, presidenta de la patronal castellana y leonesa de empresas de formación (Cecap), coincide en su trascendencia, pues «la formación para el empleo abre las posibilidades de trabajar» y destaca que desde las empresas se intenta inculcar a las personas «que hay que reciclarse», ya que la tecnología obliga a estar al día permanentemente. Aunque reconoce la dificultad de compatibilizar la formación con la conciliación entre la vida laboral y familiar, existen modalidades online o telemática que pueden ayudar. García considera que la crisis económica ha supuesto un toque de atención para muchos trabajadores, «ya que se han dado cuenta de que no estaban preparados y necesitaban formación», por lo que ahora ha aumentado la conciencia entre los empleados de esta necesidad.

Aún estando de acuerdo con ello, los responsables sindicales consideran que existe «mucho margen de mejora». Carmen Álvarez, secretaria autonómica de Formación y Política Industrial de Comisiones Obreras, recuerda que desde 2004 se trasladó a las empresas la mayor parte de responsabilidad y que, aunque desde 2012 existe un derecho de los trabajadores a 20 horas de formación, «prácticamente no ha tenido relevancia, excepto en las grandes compañías». También Raúl Santa Eufemia, secretario de Acción de Política Sindical, Industrial y Empleo de UGT, destaca que «debería ser obligatoria la formación continua, pues es casi la única manera de promoción» y además, no sólo existen razones tecnológicas, sino que «el envejecimiento de las plantillas lo hace imprescindible». Por ello, cree que debería incorporarse a los convenios colectivos.