Castilla y León mantiene una relación institucional privilegiada con Portugal, con la que firmó al más alto nivel un ‘Memorando de entendimiento’. Es la única autonomía de España que tiene ese trato con el país vecino. Pero es también un paso más en una colaboración oficializada en 1995 con la creación de comunidades de trabajo con las regiones lusas Norte y Centro. La cooperación se reforzó con la Macrorregión ‘Regiones del Sudoeste Europeo’ (RESOE), cuyo acuerdo se suscribió en Valladolid entre Castilla y León, Región Norte y Galicia, a ella se han unido después Región Centro, Asturias y Cantabria.

La adhesión de España y Portugal a la Unión Europea en 1986 abrió la vía a una cooperación transfronteriza como política común, que se focaliza en el territorio rayano desde 1990 y profundiza en las relaciones hispano-lusas a nivel autonómico, regional y local. Con estos precedentes, la cooperación entre Castilla y León y las regiones portuguesas limítrofes del Norte y Centro de Portugal se inician formalmente en 1990 con la firma de dos Declaraciones de intenciones al respecto, una con cada una de ellas.

En 1995, se institucionalizan estas relaciones con la firma de dos protocolos de colaboración con las regiones Norte y Centro de Portugal, respectivamente, y que darán lugar a la constitución de la comunidad de trabajo Castilla y León-Centro de Portugal ese mismo año, y a la comunidad de Castilla y León-Norte de Portugal en el año 2000. El entonces presidente de la Junta, Juan José Lucas, suscribió los protocolos con Alberto Alves Santos y con José Albino Silva Peneda, en ese momento presidentes de la comisión de coordinación de la Región Centro y Norte, respectivamente.

A los tres territorios les unen materias comunes en transporte, comunicaciones y recursos hídricos, desarrollo económico, medio ambiente, patrimonio natural y turismo, agricultura y ganadería, educación, universidades, cultura e investigación o la navegabilidad del Duero. La Presidencia de la Comunidad de Trabajo, según el acuerdo, se ejerce por el presidente de cada región por un período de dos años.

Juan Vicente Herrera calificó de prioritaria la relación con Portugal. Se trataba de pasar de «amigos a socios», en palabras del consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez. Es en mayo de 2009 cuando se da un paso cualitativo en las relaciones entre Castilla y León y Portugal con la firma de Memorándum de Entendimiento sobre cooperación transfronteriza entre el Ministerio de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Desarrollo Regional del Gobierno de Portugal y la Junta. Es el primero de estas características que se firma entre el Gobierno de Portugal y una Comunidad Autónoma española.

En Lisboa, donde se reunió con el entonces primer ministro luso José Sácrates, Herrera abogó por abrir un «nuevo tiempo de reflexión» con Portugal para pasar a una cooperación reforzada, en un momento de crisis. El presidente pidió aunar las políticas de proximidad (educación, sanidad o servicios sociales) con grandes proyectos como Duero-Douro o el denominado MIT (Movilidad, Innovación y Territorio). Sobre la mesa se dejó la creación de una Eurorregión, informa Ical.

Fruto de la aspiración de una cooperación reforzada nació la Macrorregión ‘Regiones del Sudoeste Europeo’, la primera de este tipo en el territorio ibérico. Se constituyó oficialmente mediante un Memorando de entendimiento, suscrito en Valladolid en 2010, por los presidentes de Castilla y León, Galicia y la Región Norte. En 2014 se unen la Región Centro y el Principado de Asturias y en 2017 Cantabria.

Con la ampliación, la RESOE aglutina a 12,7 millones de habitantes, repartidos entre los seis territorios, con una extensión superior a los 189.200 kilómetros cuadrados. Más allá del tradicional marco de cooperación transfronteriza, representado por la figura de la Comunidades de trabajo existentes, aunque sin sustituirlas ni anularlas, la Macrorregión se constituye con vocación de cooperación interregional.