El avance en Estépar desbloquea el 'tapón' para la llegada del AVE a Burgos

H. J. / Burgos
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un túnel artificial con la vista en 2015. La excavación inicialmente prevista ha sido modificada para ahorrar. Los plazos oficiales hablan de 3 años para la puesta en servicio

Trazado visto desde el monte de Estépar, con Buniel al fondo. - Foto: DB/Alberto Rodrigo

La fecha de 2015 sigue marcada en el calendario. Es el año fijado para la llegada de la alta velocidad a Burgos, procedente de Valladolid y por ende de Madrid. Alcanzarla parecía bastante sencillo a la vista de los avances registrados en casi todos los tramos en marcha, pero faltaba uno, el último, que hasta ahora aparecía como un tapón en medio de un panorama con buenas perspectivas.

Se trata del Estépar-Burgos, un recorrido de 11,5 kilómetros en el que apenas se habían movido las máquinas. Hasta este verano. En las últimas semanas el movimiento es apreciable desde la propia autovía A-62 y parece que, por fin, las empresas adjudicatarias del tramo (Alter Infraestructuras y Torrescámara) emplean medios materiales acordes con la entidad de los trabajos que deben realizar.

Se demuestra, por ejemplo, en el viaducto sobre el río Arlanzón a la altura de Frandovínez que esta misma semana ha empezado a hormigonar sus pilares. O en la traza ya perfectamente apreciable entre Buniel y Estépar. O en los grandes desmontes ejecutados en las inmediaciones de esta última localidad, donde estaba previsto un túnel de casi 900 metros de longitud que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) estudió modificar para su sustitución por una enorme trinchera.

Precisamente en este punto, donde debía ir el túnel o la trinchera, es donde se aprecia un menor ritmo. Hay camiones y maquinaria pesada recorriendo la montaña arriba y abajo para depositar en la parte superior un vertedero de tierras, pero no ha comenzado la excavación. Y es que según han confirmado fuentes del ADIF, finalmente se ha optado por una solución de túnel artificial en lugar de un túnel en mina. Se cortará la montaña y se volverá a tapar en lugar de perforarla.

Esto permite ganar en seguridad pero, sobre todo, en costes. Explica el organismo oficial que el ahorro se ha destinado a la excavación y conservación del yacimiento ‘Molino de Arriba’ en Buniel, a la realización de desvíos de líneas eléctricas y comunicaciones no contemplados en el proyecto inicial, a la ejecución de trabajos en la estación de Quintanilleja para señalización y telemando y al incremento de material de préstamo de tierras, que habría supuesto un sobrecoste.

Mientras tanto, el resto de los tramos que recorren la provincia de Burgos siguen avanzando con relativa normalidad aunque con lentitud, siempre dentro del notable retraso que todos ellos acumulan. Este último, el de Estépar, fue adjudicado en marzo de 2010 con un plazo de ejecución de 28 meses. Cierto es que problemas con las expropiaciones impidieron entrar a trabajar sobre el terreno hasta finales de ese año, pero según los plazos legales la obra tenía que haber estado terminada este verano.

Lo mismo ocurre con el resto de los tramos, desde Quintana delPuente (aún en la provincia de Palencia) hasta la variante de la capital burgalesa. El propio ADIF considera el Villodrigo-Villazopeque como «a punto de finalizar» según un informe facilitado a este periódico y fechado el 31 de agosto. Todos ellos fueron adjudicados con pocas semanas de diferencia hace más de dos años y medio y ninguno tenía un tiempo de ejecución superior a los 30 meses. La famosa ‘reprogramación’ del Ministerio de Fomento, obligada por la situación económica, ha hecho mucho daño a las previsiones oficiales sobre la llegada del AVE a Burgos. Y quizás por eso el Gobierno ya no se pilla los dedos ofreciendo nuevos plazos más allá de apuntar a 2015 (el año lo marcó el exministro José Blanco), con un margen todavía más que suficiente, para la finalización de las obras.

En el mes de julio, y durante una visita girada por el subdelegado del Gobierno en Burgos, José María Arribas, conocimos que los trabajos estaban ejecutados en un 67% tras gastar 176 de los 280 millones de euros que costará la conexión con Venta de Baños. Pero estas cuentas se ciñen únicamente a la construcción de la plataforma ferroviaria. Cuando acabe esa ‘carretera’ todavía faltarán muchos meses hasta que la línea esté lista para recibir trenes. Hay que colocar la vía, en algunos tramos extender el balasto (en otros se ha experimentado una especie de ‘asfaltado’), electrificarla, colocar la compleja señalización... Todo ello, en cualquier caso, no debería llevar más de tres años. De nuevo, será la economía la que marque el ritmo.