Jesús Sanz recoge la notificación de su inhabilitación y nombra alcalde accidental

S. Rioseras / Villalba
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El teniente alcalde, Antonio Sanz, se encuentra al frente del Ayuntamiento

El alcalde de Villalba de Duero, Jesús Sanz, ya ha recogido la notificación judicial que le impone una condena de siete años de inhabilitación para ejercer cargos públicos al considerarle culpable de un delito contra la ordenación del territorio al haber  concedido una licencia en el año 2010 para edificar una vivienda en una parcela no urbanizable que exigía un plan parcial que no se había desarrollado.

Fue el Juzgado de lo Penal número 2 de Burgos quien, el 15 de diciembre de 2014, impuso la sanción que posteriormente fue ratificada por la Audiencia Provincial de Burgos el 12 de mayo. Sin embargo, Sanz concurrió como cabeza de lista del Partido Popular a las elecciones municipales. Y las ganó. No solo eso, sino que fue investido como alcalde de la localidad el 13 de junio a pesar de la pronunciación de los tribunales.

Molesto por la demora del procedimiento y la «frialdad» con la que han actuado los tribunales en un caso que, subraya, no se trata de corrupción política, Sanz reconoció ayer que recogió la notificación de su inhabilitación el pasado 30 de junio. «Yo quiero que se hable de las cosas que se hacen en el pueblo y no de estas cosas», lamentó, consciente de la repercusión de su condena.

Del mismo modo, anunció que ahora se encuentra al frente del Ayuntamiento el teniente alcalde, Antonio Sanz al que, recordó, «no le unen lazos familiares. «Digamos que ahora él es el alcalde accidental», comentó Sanz titubeante, pues su nombramiento no se ha publicado en el Boletín Oficial de la Provincia. Documento en el que sí aparece el traspaso de las competencias propias del regidor al teniente alcalde entre el 26 de junio y el 12 de julio. Posteriormente, ningún documento ha constatado el trasvase de funciones.

Sanz no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de solicitar el indulto. En cambio, apeló a una «suspensión cautelar» que ya no tiene cabida al tratarse de una sentencia firme.