Cantos a la luz de las hogueras

DB / Burgos
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Los vecinos de Mecerreyes salen mañana, a las doce de la noche, a cantar las Marzas

Canto de las Marzas del pasado año en Mecerreyes. - Foto: DB

El fin de semana, Mecerreyes vuelve a ser centro de interés al renovar, un año más, una de sus  tradiciones más populares: el Canto de las Marzas. Los vecinos invitan a cuantos quieran acercarse a la localidad para disfrutar de esta actividad viviendo una noche mágica al calor de las hogueras y aprovechar, además, para disfrutar de un día de campo en el monte de Mecerreyes. Será mañana sábado cuando se lleve a cabo esta ancestral costumbre, que empezará a fraguarse a las 11,00 horas, con la recogida de támbaras y almuerzo en el monte y que culminará a las 24,00 horas con el canto propiamente dicho.

Como es habitual en este tipo de canto, se comienza con las estrofas en las que de solicita permiso a la primera autoridad municipal: Con licencia de Dios y la del señor alcalde queremos cantar las Marzas sin causar perjuicio a nadie. A esta calle honrada señores venimos; para cantar las Marzas la venia pedimos. Si las cantaremos o las dejaremos y son de su agrado cantarlas queremos. A los dueños de esta casa Dios les de salud y gracia y a las gentes de esta villa Dios les de salud y vida. Estas estrofas iniciales siguen con el resto del Canto de las Marzas por parte de los vecinos, una tradición prácticamente ininterrumpida.

Según los entendidos y estudiosos del folclore, es claro que el origen de estas rondas o cantos, parecen relacionarse con el comienzo del año romano y su influencia posible en España. Teniendo esto en cuenta, las marzas en su origen fueron una especie de ceremonias cívico-religiosas para dar gracias a la divinidad por el nuevo renacer de la naturaleza.

Aunque partiendo de este origen, las marzas pasarán a ser unos cantos de ronda por parte de los mozos, para halagar o conseguir la moza deseada. No se olvida el canto a la naturaleza, pero el centro de las marzas actuales, es el canto a la juventud y al amor, terminando con la petición del aguinaldo para la clásica merienda.

En Mecerreyes, no sólo eran los quintos los que cantaban las marzas, sino la cuadrilla de mozos presidida por su alcalde o mozo mayor, que era el director de esta fiesta primaveral.