Oña y Pradoluengo se unirán contra el cierre de las urgencias nocturnas

L. Sierra (ICAL) | Oña
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Unos 150 vecinos se manifestaron ayer ante el centro de salud de la villa oniense, con su alcalde a la cabeza, para exigir a la Junta que dé marcha atrás en la anulación de ese servicio sanitario

Los asistentes creen que la Consejería de Sanidad incumple sus propias normas sobre distancia a otro centro de salud. - Foto: Ricardo Ordóñez / Ical

Oña y Pradoluengo «unirán fuerzas» y presentarán sendos recursos a la Consejería de Sanidad por el cierre de las urgencias nocturnas en ambos municipios. Así lo avanzó ayer en declaraciones a Ical el alcalde de Oña, Arturo Pérez, quien declaró que las dos localidades se encuentran trabajando para tomar las medidas jurídicas necesarias.

Alrededor de 150 vecinos de Oña y municipios vecinos se concentraron ayer a las puertas del centro de salud, que, desde hace varias semanas, permanece cerrado durante la noche, con el consecuente riesgo para los habitantes de esta comarca. Así lo entienden parte de ellos, quienes consideran que el cierre del centro de salud «pone en peligro» sus vidas.

En este sentido, el alcalde de Oña manifestó que en las últimas semanas han intentado ponerse en contacto con la Junta de Castilla y León, sin que ésta haya contestado a su llamada. «Hemos intentado hacerlo de buenas maneras pero la Junta no ha respondido», aseveró Pérez, quien participó en una movilización que se extenderá a todos los sábados de cada mes.

El alcalde entiende que «la Junta no parece querer entrar en razón, pese a que ha cometido un error enorme al contradecir una ley en la que dice que ningún pueblo puede estar desatendido a más de 30 minutos». Por ello, Pérez se ha reunido con el resto de localidades afectadas para poner en marcha «los mecanismos legales» que sean necesarios para acabar con un cierre que considera «injusto». Por el momento, los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Oña trabajan en la vía con la que pretenden recurrir el cierre, al tiempo que Pérez afirmó haber mantenido conversaciones con el Ayuntamiento de Pradoluengo para poder fortalecer el recurso. «Hemos mandado dos escritos a la Junta y no han contestado. Toca mover ficha», sentenció. La protesta duró 15 minutos, tiempo en el que, pese a todo, los vecinos hicieron gala de su buen humor.